En un artículo anterior planteé que el gran reto que tenemos es cómo crear escuelas efectivas en áreas de pobreza urbana. Proyectos como ASPIRA, Centros Sor Isolina, CREARTE, Nuestra Escuela, PECES, Politécnico Amigó, que atienden jóvenes “desertores” escolares, la mayor parte de ellos de áreas de pobreza urbana, nos presentan opciones.
A diferencia del sistema escolar en donde solo 50% de los estudiantes de bajos ingresos terminan su cuarto año en estos proyectos cerca del 90% terminan la escuela superior. Debemos estudiar los elementos que hacen a estos proyectos exitosos e investigar en la acción cómo traducir los mismos a las escuelas del sistema público.
La importancia que le dan estos proyectos a atender las necesidades psicosociales de los estudiantes es un factor esencial en su éxito. Investigaciones recientes apuntan a la estrecha interrelación del desarrollo emocional y el cognoscitivo. Por tanto, en toda experiencia educativa, no importa el nivel socioeconómico del estudiante, es necesario atender el componente emocional.
Ahora bien, las familias en áreas de pobreza tienen más situaciones que les causan estrés, lo que a su vez se refleja en más problemas emocionales en los hijos, por tanto en las escuelas en áreas de pobreza urbana es aún más necesario este componente. Así en los proyectos exitosos que mencionamos se crean espacios que faciliten la introspección y la comunicación por el estudiante de sus inquietudes, malestar y conflictos.
Esto tiene el efecto de desinflar su animosidad y lograr un mayor sosiego. También los maestros ofrecen a través de la discusión de los temas de su clase la oportunidad al estudiante de entender emociones y explorar alternativas de trabajo y de vida.
Otras estrategias utilizadas para atender el desarrollo socio emocional son las siguientes:
- Retiro antes de comenzar el programa que permite un proceso de inmersión en el que se identifica las necesidades académicas y psicosociales, y se trabaja con estas últimas. Por ejemplo, con su auto-conocimiento, sus conflictos y se promueve la convivencia efectiva. En algunos casos se integran a los padres parte del tiempo al retiro.
- Espacio de tiempo al comenzar cada día escolar para discutir situaciones problemáticas, trabajar con el manejo de conflicto, entre otras. En otras instituciones se separa un tiempo cada semana con estos mismos fines.
- En sus experiencias prácticas, integrar el trabajar con poblaciones vulnerables, que los lleva a reflexionar sobre aspectos socio-emocionales.
- El uso de mentorías, personas adultas que apoyan y acompañan al joven.
Otra de las estrategias es ofrecer una diversidad de experiencias que permita al joven descubrir sus talentos. En esta dirección Sor Isolina Ferré hace décadas nos había dado un ejemplo. Su proyecto de la Playa de Ponce promovía clubes de fotografía, de crianza de caballos, de artesanía, entre otras, a través de los cuales los jóvenes descubrían sus talentos, lo cual los motivaba a continuar estudios.
Este principio surge en diversos proyectos: una vez el estudiante descubre “su estrella”, y se le reconoce sus talentos se esfuerza y trabaja por alcanzarla. En esta dirección es muy positivo ofrecerles experiencias de trabajo. Así se ha visto jóvenes con gran aversión a la labor académica que al comenzar a trabajar en tareas donde sobresalen, como ofrecer tutorías a sus compañeros, o atender niños en centros pre- escolares, descubren sus talentos lo que les brinda autoestima y entusiasmo, y redunda en un mayor esfuerzo y dedicación a los estudios.
Finalmente, estos proyectos trabajan una educación personalizada, esto es, al ritmo y partiendo del talento del joven. Al trabajar con una competencia o destreza, se ofrece una prueba; el que la aprueba continua con el próximo tópico y el que no la aprueba regresa a aprender nuevamente el material.
La enseñanza personalizada ha permitido partir del nivel donde está el estudiante. En las conversaciones con los estudiantes se observa que uno de los elementos que estos más aprecian es que se atienden sus dudas y preguntas, y se asegura que entiendan el material, lo cual produce un sentido de logro y de satisfacción, que motiva continuar con las lecciones de la clase.
Propongo que trabajemos proyectos de investigación en la acción en escuelas de áreas de pobreza, donde traduzcamos a la realidad escolar los elementos efectivos de los proyectos mencionados: la educación personalizada, la integración de la familia y la comunidad y el apoyo al desarrollo emocional y social del estudiante.