Científicos de la NASA están como perro con tres rabos ya que por primera vez en la historia tendrán una sonda espacial orbitando el planeta Mercurio. El impacto de esta nueva información ayudará a detectar nuevos sistemas solares en la galaxia y a entender mejor la historia de nuestro propio sistema solar.
Con la enorme controversia de que si Plutón es un planeta o no lo es, el público conoce bastante de este distante cuerpo celeste. Sin embargo, hay planetas de verdad y que están mucho más cerca de la Tierra y ni caso les hacemos. Éste es el caso de Mercurio, el cual está casi 65 veces más cerca de nosotros que Plutón.
Y no es que explorar Mercurio sea una güame. Si malo es construir sondas espaciales con sofisticados instrumentos que puedan soportar el intenso frío del espacio más allá de Júpiter, peor es crear sondas espaciales que no se derritan ante el insoportable calor y radiación del Sol.
Lo que pasa es que Mercurio está 70% más cerca del Sol que la Tierra. Desde la superficie de Mercurio el Sol se vería tres veces más grande y 11% más brillante. Esta cercanía al Astro Rey hace que durante el día mercuriano, que dura 2,112 horas, su temperatura suba hasta los 800 °F (420 °C). Durante la noche mercuriana, que dura 2,112 horas también, la temperatura baja hasta -300 °F (-180 °C).
Pero como a la ciencia no hay quién la postergue, científicos e ingenieros de la NASA lograron construir una sonda espacial super-resistente al calor llamada Messenger o “Mensajero.” Desde marzo del 2011 “Mensajero” se convirtió en el primer satélite artificial que orbita a Mercurio. Esta sonda cuenta con varios intrumentos de alta tecnología, tales como un altímetro de láser (mide con exactitud la distancia de la supeficie a la sonda), un magnetómetro (mide campos magnéticos) y una cámara. Además, una serie de espectrómetros permite medir rayos gamma, rayos X, rayos ultravioleta y ondas infrarojas.
Algunas de las cosas que los científicos esperan aprender de “Mensajero” es por qué Mercurio es tan denso. Su núcleo de hierro es el 42% de la masa del planeta, comparado con sólo el 17% de la masa de la Tierra. Otro misterio es el campo magnético de Mercurio, el cual no debería existir dado su tamaño pequeño. Una tercera interrogante es descubrir cómo es posible que se haya detectado hielo en la superficie de Mercurio dados sus brusquísimos cambios de temperatura. Los científicos creen que hay cráteres profundos donde el Sol no alumbra y ahí podría haber residuos de hielo.
La sonda “Mensajero” permitirá entender mejor las características físicas, químicas y geológicas de Mercurio, algo esencial para crear modelos más precisos que expliquen la creación, desarrollo y evolución de nuestro sistema solar.
El autor es Catedrático Asociado de Ciencias en Morehead State University y miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).