A menudo, iniciar una conversación sobre salud sexual con los hijos adolescentes resulta una tarea difícil. Mucho más cuando se trata de romper con tabúes o temas relacionados a la sexualidad que se ocultan por convenciones sociales o religiosas.
Con el propósito de fomentar este diálogo, Antonia Villarruel, decana de Enfermería en la Universidad de Pensilvania, y Nelson Varas Díaz, profesor de Psicología en la Universidad Internacional de la Florida, crearon un módulo educativo en la web al que denominaron proyecto Cuídalos, con el fin de promover la comunicación entre padres, madres y sus hijos adolescentes sobre temas relacionados con su sexualidad para que puedan tomar buenas decisiones.
Los padres y madres participantes observaron el módulo interactivo con información sobre salud sexual y métodos sobre cómo prevenir y protegerse de infecciones de transmisión sexual y embarazos, entre otros aspectos relacionados. El proyecto, que fue el producto de una investigación que realizaron estos académicos, también incluía técnicas para facilitar el diálogo con sus hijos e hijas sobre estos temas.
El estudio incluyó a puertorriqueños de un promedio de 42 años y sus hijos adolescentes, entre las edades de 13 a 17 años. El total de participantes, unos 650 pares (hijo/a y padre o madre) se dividieron en dos grupos, 325 cada uno. A algunos de los adultos se les asignó al azar un módulo sobre salud sexual (que midió los aspectos de comunicación general, riesgo, prevención, protección, presión sexual, comodidad en la conversación y estigma hacia el VIH). A otros (el grupo control), se les dio un módulo sobre cómo prevenir la obesidad. Los padres completaron el cuestionario en la preintervención a los tres, seis y 12 meses de seguimiento; mientras que a sus hijos se les proveyó el cuestionario en todas estas ocasiones, excepto a los tres meses.
El diseño experimental tuvo una medición longitudinal durante un año.
Las únicas áreas en las que los participantes carecieron de mejoría significativa fueron comunicación general, comodidad en la comunicación y estigma sobre el VIH, mostraron los investigadores.
El estudio demostró que a través de este módulo se mejoró la efectividad de las conversaciones acerca de prevención, protección, precisión y riesgo sexual, de acuerdo con Villarruel y Varas Díaz.
Los hallazgos de esta investigación se presentaron recientemente en una actividad en el hotel Four Points by Sheraton de Caguas, a la cual asistieron maestros, consejeros, trabajadores sociales y profesionales de la salud, entre otros.
De acuerdo con Priscila Solís Rivera, consejera de la escuela Felipe Rivera Centeno -uno de los centros donde se realizó la investigación-, ”Los estudiantes respondieron. Fue participativo en todos los aspectos”.
Acerca de la retroalimentación, Varas Díaz dijo que las reacciones más directas ocurrieron en las escuelas participantes o clubes. Destacó que algunos participantes, luego de completar los módulos, se sentaban con ellos a conversar.
El psicólogo clínico destacó que este proyecto, que contó con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, les dio la oportunidad de participar a unos siete estudiantes subgraduados o graduados de trabajo social y psicología de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.
Actualmente, los módulos no están disponibles, pero los investigadores esperan que eventualmente este proyecto pueda estar accesible para todos los padres y madres puertorriqueños.
Villarruel y Varas Díaz expresaron que les gustaría adaptar y accesibilizar los módulos a todos los padres y madres puertorriqueños.
Urgente promover la educación sexual
”El asunto aquí es que cuando las personas inician la actividad sexual antes de tiempo sin la información necesaria de cómo protegerse, las consecuencias que pudieran suceder-como embarazos tempranos o infecciones de transmisión sexual- tienen un impacto en el desarrollo y progreso de la vida de un adolescente de manera general”, señaló Varas Díaz.
El psicólogo social indicó que las tasas de infecciones de transmisión sexual han aumentado, especialmente entre adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años. Además, que este grupo refleja un alto nivel de las infecciones como clamidia, gonorrea y sífilis, según las estadísticas de la Oficina de Vigilancia de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
”El VIH impacta de manera desproporcional a los adolescentes latinos cuando los comparamos con otros grupos étnicos y sabemos también que en comparación con los jóvenes en Estados Unidos, los jóvenes puertorriqueños inician actividad sexual antes en contraste con Estados Unidos”, manifestó el profesor durante su alocución.
Por su parte, la doctora Villarruel comentó que algunas escuelas también requieren informarse. Dijo que, en ocasiones, en los planteles escolares se utiliza el miedo como estrategia de cambio. Un ejemplo de esto es cuando presentan fotografías sobre los efectos de las Enfermedades de Transmisión Sexual.
Otro problema, según la experta, es que la educación sexual solo se concentra en los adolescentes, sin incluir la red de personas que rodean al alumno, quienes podrían servir de apoyo.
Ambos catedráticos coincidieron en que la intervención de los padres con los hijos adolescentes se convierte en una herramienta importante para la prevención de infecciones de transmisión sexual y la salud sexual.
”Los padres no deben tener miedo. Los adolescentes quieren oír de los padres que quieren platicar con ellos sobre sexualidad”, exhortó Villarruel.