La verificación de datos ha dejado de ser una tarea complementaria al trabajo del reportero en los tiempos en que las redacciones de las publicaciones de récord se dividían entre escritores, reporteros y fact-checkers -una posición ocupada mayormente por mujeres según lo describe la periodista Lynn Povich en su libro The Good Girls Revolt – para establecerse como una profesión casi independiente al periodismo y cuyas posibilidades de publicación son mayores por el acceso a herramientas digitales cada vez más sofisticadas.
De recibir la llamada de un medio para verificar datos luego de una entrevista, el fact-checking ahora pasa a ser todo un sistema de verificación de la veracidad del discurso público, una modalidad en sí misma. Según el Knight Center, en el pasado año se duplicó este tipo de proyecto. Un estudio del Duke Reporter’s Lab dice que actualmente hay 96 iniciativas en 37 países.
Esta evolución incluso ha transformado otras áreas más allá del periodismo, como es el caso de la organización sin fines de lucro AfricaCheck que se distingue como una entidad que verifica el discurso de los políticos como método de activismo para lograr cambios en política pública en el continente africano. AfricaCheck utiliza una metodología de ocho pasos: seleccionar la sentencia a verificar, buscar lo que se dijo exactamente, pedir evidencia a quien lo dijo, buscar en archivos propios y otras fuentes, escribir un informe con la evidencia y el proceso de verificación, pedirle a un colega que revise este informe y publicar y monitorear el informe.
Chequéalo Puerto Rico, un reciente emprendimiento del Centro de Periodismo Investigativo, sigue una metodología de ocho pasos, con la rigurosidad periodística que obliga a establecer la relevancia de las citas escogidas y ponerlas en contexto para su mejor comprensión. Es una adaptación del método propuesto por Chequeado en Argentina, iniciativa pionera en el ámbito de la verificación de datos de la organización sin fines de lucro La Voz Pública que ya lleva seis años de trabajo. Los pasos que siguen en su proceso de verificación incluyen seleccionar una frase del ámbito público, ponderar su relevancia, consultar a la fuente original, consultar la fuente oficial, consultar fuentes alternativas, ubicar en contexto, confirmar, relativizar o desmentir la afirmación para luego calificarla.
Chequéalo Puerto Rico usa las siguientes categorías o veredictos: verdadero, verdadero pero, insostenible o falso.
Otros ejemplos periodísticos interesantes de verificación de datos son FactCheck.org, PoliticFact, The Washington Post Fact Checker y La Chistera.
FactCheck.org es un proyecto estadounidense con sede en el Annenberg Public Policy Center de la Universidad de Pensilvania y tiene 13 años de trabajo. Revisan toda expresión pública de los políticos desde anuncios de televisión hasta comunicados de prensa. No tienen una metodología única establecida para todos los casos más allá de consultas con expertos en cada chequeo que se les presente, aprovechando los recursos que provee su sede.
PoliticFact examina varios aspectos del ámbito público desde expresiones de políticos hasta aseveraciones de celebridades. Utiliza una metodología de cinco pasos que incluyen ir a la fuente original de la información, un repaso de entrevistas para récord ya publicadas y búsqueda de datos y estadísticas en las agencias de gobierno para luego asignar a un periodista a escribir un artículo con la información encontrada. Este artículo lleva consigo una calificación sobre la veracidad de la expresión original y es sometido a un panel de tres editores donde al menos dos de ellos deben estar de acuerdo con la calificación para que la verificación sea publicada. Los artículos publicados van acompañados de las bases de datos oficiales que explican y detallan la información presentada.
El proyecto The Washington Post Fact Checker es tal vez el menos riguroso de los aquí mencionados pues como parte de su metodología de verificación no utiliza voces de expertos y acepta fuentes anónimas de información para confirmar o no una sentencia. El proyecto comenzó como un ejercicio ligado a las elecciones estadounidenses del 2008 y se convirtió en una sección permanente en el 2010. Su sistema para categorizar la veracidad es a través de la otorgación de Pinochos (de uno a cuatro dependiendo de la falsedad del dato expresado) o Gepettos (si la aseveración es cierta). Esta iniciativa es la que más depende de la curiosidad de sus lectores para operar pues muchas de sus verificaciones provienen de sugerencias que estos hacen a través de la plataforma web.
Por su parte, La Chistera es un blog reciente del periódico español El Confidencial que se ha centrado mayormente en verificar las expresiones de los candidatos en los debates de las últimas elecciones generales. Se basan en una metodología sencilla que privilegia la fuente oficial y la información pública para la búsqueda de evidencia. De no haber dicha información, le piden a la fuente original que proporcione los datos que usó y la metodología aplicada para evaluarla. Luego, califican los hallazgos en cuatro categorías: verdadero, impreciso, falso e invención. Acompañan cada chequeo con gráficas e infografías que explican los datos y la calificación.
En España se destaca también un ejemplo de verificación de datos en la televisión con el programa El Objetivo donde todos los domingos la periodista Ana Pastor y su equipo de trabajo, repasan datos y frases expresadas por los políticos españoles. Estas se acompañan de un ‘chequeómetro’ que califica la información. El trabajo no se hace en tiempo real, sino que se investiga, se produce, y se transmite posteriormente. Los ejemplos aquí detallados no usan métodos de verificación de datos al instante o lo que se conoce como live fact-checking sino que optan por metodologías que le permiten examinar con detalle, tiempo y precisión lo que van a chequear. Esta metodología permite un espacio de reflexión y exactitud que la inmediatez no permite. En ejemplos recientes de verificación al momento, como los debates de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el fact-checking ha quedado usurpado por la opinión de periodistas o expertos con el único recurso de su memoria y con la única función de alimentar redes y medios que están en competencia. En ciertos casos, los ejercicios se limitan a resaltar las frases que deberían ser verificadas pero, sin la acción correspondiente.
Estos ejemplos, menos La Chistera, trabajan bajo un código de principios establecidos por Poynter, uno de los más grandes proyectos de verificación de datos en Estados Unidos y que cumple la misión de entrenar en esta modalidad y escribir sobre nuevas tendencias. Los principios imprescindibles para la verificación de datos que señala Poynter son tres: imparcialidad partidista, que los equipos de trabajo no estén asociados a candidatos ni a partidos políticos; transparencia en las fuentes de información, en el financiamiento y en la metodología, haciendo pública esta información desde el momento en que se lance el proyecto actualizando cada vez que sea necesario; y estar abierto y comprometido a realizar correcciones, especialmente cuando el equipo se percate que su veredicto final no es el más adecuado. Las correcciones deben ir acompañadas de su propia metodología y se debe resaltar.
Chequéalo Puerto Rico por ser una iniciativa de nuevo cuño no forma parte oficial de este código de Poynter, pero sí lo ha adoptado a su modelo de trabajo.