
El escritor español Miguel Delibes, referente medular de la literatura posterior a la Guerra Civil Española, falleció esta mañana a los 89 años de edad cuando el sol recién despuntaba en Valladolid, ciudad que amaba y amó. Delibes, nacido en el 1920, regeneró la literatura española. Su vasta obra así lo atestigua. Este Licenciado en Comercio fue periodista, pero luego se dedicó casi con exclusividad a la novela. Con casi sesenta títulos, en los que se destacan: “La sombra del ciprés es alargada”, “El hereje” o “Los santos inocentes”, pronto se convirtió en un autor de culto. Su obra además fue constantemente adaptada al teatro y al cine, siendo la adaptación de “Los santos inocentes” galardonada en el Festival de Cannes. Miembro de la Real Academia de la Lengua, obtuvo un sinnúmero de premios en los que destacan: el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias de las Letras, el Nadal, el Nacional de Literatura, o el Premio de las Letras Españolas. Con una gran ovación fueron recibidos los restos del escritor este medio día en su ciudad de Valladolid. “Maestro”, le gritaban. Delibes desde hace varios años acarreaba con un cáncer en el colón que le había impedido seguir con su labor literaria. Hace mucho tiempo que se le veía apagado, este decaimiento comenzó quizá con la muerte de su esposa en el 1974, hecho que le marcó profundamente y del cual nunca se pudo reponer del todo. En nuestro País ya se sintió la pena del fallecimiento de este español. La escritora puertorriqueña Mayra Santos-Febres en una breve entrevista con Diálogo declaró que Delibes “Tuvo una vida muy fructífera, su obra es parte desde hace mucho de toda la literatura Hispanoamericana. Nos dejó, que es a lo que cualquier escritor aspira, una marca importante”. Delibes a su obra le imprimió gran parte de sus pasiones, siendo la práctica de la caza una de sus mayores constantes. Con un conocimiento avasallador de la flora y la fauna de las regiones que habitó, lo supo extra polarizar a su obra. De hecho, el mismo escritor admitió varias veces: “Soy un cazador que escribe”. Por su parte, el Ministro de Educación de España, Ángel Gabilondo pidió que lo recordaran como lo que era: “una persona buena”. En declaraciones a la estación de radio RNE, sentenció: “Nos ha enseñado que el cuidado de la escritura y de la palabra son también formas de constituirse a uno mismo”. El Ayuntamiento de Valladolid, tras la muerte del escritor, declaró tres días de luto en honor a su memoria.