BOGOTA- El máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Alfonso Cano, anunció que el grupo guerrillero está dispuesto a iniciar una negociación de paz, incluso en una eventual reelección del presidente Álvaro Uribe. Si el Gobierno ofrece las condiciones que faciliten las conversaciones, Cano indicó, a través de una entrevista vía email de la Revista Cambio, que la FARC podría entrar en un proceso de diálogo. En la actualidad, el grupo guerrillero no tiene ningún contacto con el Gobierno de Uribe, quien desde que asumió el poder en el 2002 lidera una ofensiva contra los rebeldes. “Lo esencial son las concepciones políticas y los intereses que represente la persona que asuma el próximo período”, aseguró Cano a una pregunta sobre el impacto de una eventual reelección de Uribe para una negociación de paz. “Si sus convicciones están inundadas de violencia, guerra, vindicta y autoritarismo, la confrontación persistirá y seguramente alcanzará nuevos niveles. Si existe una visión democrática, civilizada, patriótica y realista, la perspectiva será alentadora para Colombia”, afirmó. Uribe, quien lidera el Gobierno que más ha combatido militarmente a la guerrilla a la que frecuentemente califica de terrorista y narcotraficante, también dijo en abril que estaba dispuesto a iniciar un proceso de paz con la FARC si suspendían sus hostilidades por tres o cuatro meses como un gesto de buena voluntad. Aunque las partes se han declarado dispuestas a avanzar a una negociación de paz, no concretado sus intenciones, que podrían sentar las bases de un acuerdo que permita poner fin al conflicto interno de más de cuatro décadas que sacude esta nación sudamericana productora de café, petróleo y carbón. “Una salida civilizada al conflicto no puede depender de la voluntad de una persona por poderosa que sea. Así que, independientemente de quien ocupe la presidencia, persistiremos en buscar salidas políticas al conflicto”, insistió Cano. “Hay que hablar, dialogar y ello significa espacio, garantías, medio ambiente, grandeza, tolerancia, voluntad y decisión”, aseguró el líder guerrillero quien no reveló detalles sobre esas condiciones, mientras que reiteró la disposición de la FARC de liberar al sub oficial del Ejército Pablo Emilio Moncayo, secuestrado desde hace más de 11 años.
El mandatario colombiano, un abogado de 57 años considerado como el aliado más importante de Estados Unidos en América Latina en momentos en que gobernantes de izquierda ganan protagonismo, no ha anunciado aún si buscará su segunda reelección consecutiva en las elecciones del 2010. Un proyecto de referendo para habilitar la segunda reelección permanece estancando en el Congreso por problemas jurídicos, mientras que los simpatizantes del popular mandatario exploran otras alternativas que le permitan ser candidato presidencial. Cano, quien es definido por los expertos y analistas como un político al interior de la FARC, admitió que el grupo enfrenta la más grande ofensiva contrainsurgente jamás desatada en América Latina con el apoyo de Estados Unidos. El comandante negó una crisis interna como consecuencia de los golpes recibidos como la muerte de importantes dirigentes guerrilleros y la deserción de miles de combatientes. “Si la situación de la FARC fuese de crisis, el presidente no habría invitado a los gringos a escalar su invasión. No lo considerarían”, dijo Cano, refiriéndose a un acuerdo militar de Colombia con Washington que permitirá a efectivos de Estados Unidos usar bases en el país para operaciones antidrogas. La decisión de Colombia después de que Estados Unidos terminó sus operaciones desde la base ecuatoriana de Manta, desató fuertes críticas de Venezuela y Bolivia, mientras que otros países de Sudamérica se han mostrado respetuosos de la decisión del Gobierno de Uribe. Cano negó que la FARC hubieran recibido unos lanzacohetes de Venezuela como lo denunció Bogotá y desmintió un apoyo económico a primera la campaña electoral del presidente de Ecuador, Rafael Correa. “Sencillamente se trata de cocinar las condiciones para justificar la entrega de la soberanía nacional de Colombia a Washington, reconociendo que le quedó grande la pelea contra las FARC”, sostuvo. El dirigente guerrillero reveló que pese a que Estados Unidos y la Unión Europea mantienen a la FARC en una lista de organizaciones terroristas, mantienen muy buenas relaciones en muchas partes del mundo, con la discreción que se requiere.