La economía en Argentina enfrentó una crisis desde los inicios del 2000 que provocó el despido de cientos de trabajadores, el cierre de muchos bancos, el quiebre de muchas empresas y el desasosiego de la ciudadanía que vio todos sus bienes perderse.
Aunque varias de estas empresas lucharon en contra las circunstancias que amenazaban con cerrar estos instrumentos de sustento; la mayoría sucumbió ante esta crisis. Este fue el caso de Cerámica Zanón.
La fábrica de cerámica, que ofrecía empleo a más de 100 personas, decidió apagar sus hornos y cerrar sus puertas debiéndole a sus empleados un aproximado de tres meses de sueldos atrasados. Sin embargo, esta decisión fue revocada por diez obreros de la compañía que decidieron prender los hornos y continuar trabajando. A pesar de lo que se informó, los problemas en Cerámicas Zanón no eran sólo cuestión de la crisis económica que reinaba en el País sino que habían comenzado mucho antes. Y es que, los accidentes y muertes en la fabrica por las malas condiciones de trabajo, la corrupción de los líderes sindicales, los despidos injustificados y el maltrato a los obreros; eran parte de los que enfrentaban los trabajadores de la fábrica.
Según la coordinadora general de la factoría, los empleados ¨no iban a trabajar para vivir, vivíamos para trabajar. Lo que era nuestra familia, nuestros planes no importaba, primero estaba lo que señor Zanón quería después lo que nosotros queríamos.¨
Precisamente, estas condiciones provocaron que los ceramistas se rebelaran y exigieran que los líderes sindicales renunciaran a sus cargos para dar lugar a nuevos miembros que protegieran verdaderamente sus derechos. Según los obreros las exigencias inhumanas de los administradores y las malas condiciones de trabajo, costaban al menos una vida al año y cada tres días un obrero sufría heridas. Aún así, la fábrica carecía de instalaciones apropiadas para atender estos accidentes. Por eso, el panorama y los ánimos de los ceramistas cambiaron cuando la fábrica no logró sostenerse siquiera, aún cuando decidieron despedir más del 50 por ciento de sus empleados por lo que decidió cerrar.
¨O peleamos por nuestra fuente de trabajo o peleamos por la dignidad nuestra, o peleamos por nuestra libertad, o estamos fritos. Así que varios de los compañeros dijeron esa noche, ¡nos vamos a quedar!¨, recordó uno de los obreros en entrevista para el documental Corazón de Fábrica que registró esta hazaña.
De esta forma diez obreros decidieron tomar la fábrica y continuar las labores de trabajo, y aun mas, encender las maquinas que ya estaban apagadas por motivo de la quiebra. El trabajo arduo y de autogestión de los obreros de Cerámica Zanón dio paso a que sólo tres meses de haber comenzado labores saliera la primera producción de más de 20 mil pies cuadrados de cerámica de pisos; los que hoy exportan a otros lugares alrededor del mundo. Y así, nació la Cooperativa de Trabajo Fasinpat o fábrica sin patrones. No obstante, la toma de esta fábrica provocó reacciones adversas por parte del gobierno y de su anterior dueño Luigi Zanón, ya que mes a mes, otros obreros se unían a la lucha de los diez que iniciaron esta manifestación.
En efecto, cinco intentos de desalojo, dos prórrogas de justicia, amenazas de muerte a líderes cooperativos, el asesinato de dos de ellos y el secuestro y tortura de dos de las esposas de estos trabajadores; han sido las consecuencias del atrevimiento de levantar un instrumento de producción caído como lo era Zanón y convertirlo en un modelo de cooperativa de trabajo exitoso.
Asimismo, la democracia es un elemento esencial en el funcionamiento del colectivo, por lo que poseen una horizontalidad en las relaciones de trabajo, celebran asambleas donde todos tienen voz y voto y cada uno de los empleados cobra un sueldo uniforme. Además, realizan actividades para estrechar los lazos de hermandad entre ellos, sus familias y sus comunidades. De igual forma, han construido una clínica y coordinado una escuela dentro de la fábrica gracias a un convenio con varias universidades argentinas que ofrece clases a los obreros y sus hijos.
Hace un año la cooperativa fue expropiada y le fue otorgado el título de propiedad a los obreros. Ocho años después de su cierre la fábrica aún se sustenta contando con una producción de más de 400 mil metros cuadrados de cerámica al año siendo el modelo a seguir por más de 161 fábricas en Argentina que han adoptado este modelo de apropiación.
Este articulo es la primera parte de una serie que busca divulgar distintos proyectos de cooperativismo y economía solidaria que han surgido como consecuencia de crisis económicas en distintos países. Esto, como contraposición a los modelos económicos imperantes: estatal y privado. El cooperativismo, como alternativa, busca combatir la marginalidad y la pobreza creciente, así como la brecha entre ricos y pobres, desde una perspectiva humana. El movimiento cooperativo asienta sus orígenes en la formación de la Sociedad Equitativa de Pioneros de Rochdale, en Inglaterra en 1844, donde un grupo de obreros de la industria textil que se enfrentaban al desamparo económico, se agruparon para crear una fuente de producción que les asegurara el sustento.
Espera la segunda parte de la serie: El cooperativismo en el sector de la construcción