El obispo Juan Antonio Vera Méndez, líder máximo de la Iglesia Metodista en Puerto Rico, presentó ayer martes 15 de diciembre su primera publicación. Diálogo conversa con él a propósito de este proyecto literario así como de la culminación de sus doce años de obispado. – Palabras con filo liberador. De la conciencia solidaria a la transformación social. Esta es una obra prácticamente autobiográfica, recoge sus momentos más importantes desde el 1986 para acá. Aquí nos habla de la marcha en contra de la tala de El Yunque, la protesta contra las armas nucleares en Ceiba, la batalla contra la Marina en Vieques, mensajes pronunciados en funerales de distintas personalidades en el país, el cierre gubernamental, la marcha del 5 de junio contra los despidos gubernamentales. ¿Por qué dentro de toda una gama de mensajes que usted debe tener acumulados durante más de 30 años se seleccionaron esos textos en particular? OJV: Mi pastoral siempre yo la he vinculado no sólo con la piedad religiosa sino con la acción social. Mi ministerio ha vinculado ambas dimensiones. He hecho esa selección primera de esos aportes de un pastor evangélico, un pastor protestante, en el contexto puertorriqueño con esos temas de impacto social. Otro motivo que me hizo hacer el libro de esta manera es que hasta la edad media la manera de hacer teología en el contexto cristiano era lo que se llamaba la teología narrativa, después del renacimiento prácticamente se perdió esa manera de hacer teología y la teología se convirtió en una ciencia como todas las demás. A finales del siglo 20 algunos teólogos han comenzado a redescubrir de nuevo que también de forma narrativa, anecdótica, si quisiéramos decir se puede hacer también teología. La teología no es otra forma de querer entender las cosas de Dios, los misterios de Dios o a Dios mismo. Y este libro, pues de alguna manera es la primera contribución desde el contexto puertorriqueño a esa teología narrativa.
– Me gustó mucho la configuración de la portada. El elemento del cielo que colocan en la parte superior y luego la foto de la marcha en El Yunque, le da una clave al lector sobre lo que tratará el libro: el cultivo del espíritu con la lucha por la justicia social, como promulgó desde sus orígenes la Iglesia Metodista desde que su fundador John Wesley se indignara ante las preferencias que demostraba la Iglesia Anglicana hacia unas clases en particular. OJV: Yolanda Pastrana, quien fue la persona que diseñó la portada, buscaba plasmar ese mensaje del encuentro divino con lo humano, de nuestras luchas como sociedad puertorriqueña iluminadas o inspiradas también por el aporte de la fe. Recientemente, hubo un conocido intelectual puertorriqueño, que un poco haciendo una crítica de mi participación en la coalición de Todo Puerto Rico con Puerto Rico, expresara que el lugar de los religiosos son los templos. [Cuestionaba] qué hacen los líderes religiosos en problemas de tipo social, político. Pero los griegos hace miles de años, nos recuerdan que el universo es uno, que la realidad no está fraccionada como mucha gente la tiende a ver y uno toma decisiones económicas, éticas, morales, religiosas y políticas y tratar de arrinconar o de excluir o de ubicar a los religiosos allá en el templo, en la iglesia, es querer limitar y de alguna manera menospreciar la fuerza que tiene el pensamiento y la fe.
– Precisamente por ahí iba mi próxima pregunta. Como a Wesley en el pasado a usted lo han criticado los sectores más conservadores de la iglesia protestante. A Wesley lo criticaban por su pasión religiosa y a usted por su pasión política. Hasta le han tildado de tener una agenda política izquierdista y reaccionaria. ¿Cómo usted responde a esas críticas de sus detractores? OJV: Muchos acusaban a Jesús de político y Jesús tuvo en algunos momentos palabras muy duras ante la insensatez de Herodes, al que llamó hasta zorro en un momento dado. Y a Juan Wesley se les excluyó en muchos momentos de la iglesia y hay una frase muy famosa de él que expresó: “el mundo es mi parroquia”. El hizo del mundo su parroquia y se fue a las calles bajas, a las minas donde sobre todo explotaban a los niños que trabajaban allí […] Siempre lo que afirmo es que más que posiciones político partidistas yo defiendo causas justas. Cuando yo fui a la primera conferencia de prensa de la coalición de Todo Puerto Rico con Puerto Rico en mayo pues fui porque entendí que el despido masivo de los empleados públicos era injusto. Cuando llegué no había un portavoz para que liderara la conferencia de prensa y me pidieron que lo hiciera. Así que yo lo hice en ese momento. Después cuando fuimos a las siguientes reuniones me pidieron que moderara. […] Todo esto a mí me ha caído más o menos de una manera accidental. Nosotros siempre hemos dicho que nuestra tarea como sector religioso es una tarea no protagónica sino que debe ser una tarea de acompañamiento y que deben ser otros los sectores que asumen un rol protagónico en esta lucha. Yo no tengo ningún interés particular en todos estos issues en los que he estado, que no sea responder a la conciencia como un cristiano puertorriqueño, y tal vez eso es lo que de alguna forma nos catapulta. Somos focos de la crítica, de algunos de los sectores fundamentalistas del país. Entonces uno les pregunta, con quien entonces están ustedes si no están con el pueblo. Muchas veces lo que han hecho algunos sectores religiosos es guardar silencio pero es un silencio cómplice, un silencio que lo que permite, lo que otorga es licencia para la injusticia, para el atropello y yo, pues creo que o nos identificamos de una manera o al mantener silencio nos estamos identificando con la injusticia. Cuando uno piensa en la crucifixión de Jesús, allí había en aquel escenario unos que lo crucificaron, el imperio romano y la religiosidad judía. Hubo un pequeño grupo que lo acompañó hasta el final, pero hubo una inmensa mayoría que se mantuvo a la distancia de lo que estaba ocurriendo allí. Son los apáticos, son los que no se quieren comprometer o son los que comentan a la distancia, pero no son capaces de entrar en esa escena de la muerte, del ajusticiamiento de un inocente. Nunca he querido ser neutral. He asumido posturas ante los problemas que vive el país y he tratado de ser fiel a esa verdad y de responder desde la óptica de la fe a los conflictos que ha vivido el país y que de alguna manera pues se recogen [en el libro]. – También hay sectores que alegan que ese activismo suyo pone en entredicho la distancia que deben guardar las entidades eclesiásticas con respecto a asuntos que sólo le competen al Estado. De hecho, en una parte de su libro, usted describe los roles del Estado y de la iglesia. Dice que es el rol del Estado velar por los derechos del pueblo y por la justicia de todos. ¿Al participar activamente en un movimiento social e incluso ser portavoz de una organización que pide justicia para todos, no está la iglesia trascendiendo un poco esa barrera, esa guardarraya, que se supone debe separar a estas dos instituciones? OJV: Pues mira, yo creo en la separación de iglesia y Estado y creo que la iglesia, el sector religioso, tiene su rol en la sociedad y debe de ejercerlo con libertad plena y total. Igualmente el Estado. Eso nos da esa libertad, de que cuando entendamos que el Estado no está respondiendo a las responsabilidades que tiene con los ciudadanos, de expresarlo, total y libremente. – O sea que ustedes entienden que cuando ven que el Estado no está cumpliendo con su rol, la iglesia tiene derecho a actuar. OJV: Totalmente, totalmente. – ¿Y ahí no habría una interferencia de roles? OJV: No, no creo porque la iglesia lo hace como una institución más de la sociedad civil, de los pueblos, del mundo y lo hace de acuerdo con su conciencia. Usted sabe que fue política del ex presidente George Bush, crear toda una serie de programas que se llaman las Comunidades de Fe que están funcionando en el país y que de alguna manera establece una alianza entre el Estado y la iglesia. Posiblemente desde la perspectiva que Bush lo traía era, que la iglesia cumplía con toda una serie de funciones que ayudaban al Gobierno en su desarrollo, por ejemplo, con las escuelas, con centros de rehabilitación de adictos a las drogas y con programas comunitarios. Entonces abrió toda una brecha para que la iglesia pudiese recibir dinero del estado para cumplir su misión. Eso pues, nosotros siempre lo hemos visto con mucha preocupación. Lo que hemos visto en el país ha sido que se ha creado cierto contubernio de unos sectores fundamentalistas religiosos con el estado. El problema que hemos visto es que una vez los sectores religiosos comienzan a recibir beneficios del Gobierno un poco ponen en peligro esa autonomía porque ya lo que existe son unas alianzas y se crean unos intereses. Dicho sea de paso, desde que entró la nueva administración gubernamental nosotros los metodistas no recibimos invitación para esas actividades que hacen para la captación de fondos y no nos interesa porque nosotros entendemos que esa separación se debe honrar y que lo que nosotros hacemos como iglesia, lo hacemos como dice Jesús, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu izquierda. – Pero están discriminando contra ustedes. OJV: Yo creo, que la manera que se ha hecho es una manera discriminatoria y que crea ese contubernio de la iglesia y el Estado donde posiblemente por un dinero que están recibiendo algunos sectores religiosos les cuesta hacer algún tipo de manifestación contra acciones que tome el gobierno y que se entiende que son detrimentales para el bienestar de nuestro país y eso es bien preocupante. – ¿Cuál debe ser el rol de las iglesias en estos tiempos? OJV: Yo lo veo en un rol no separado. En el mundo cristiano antiguo existía el dualismo como manera de entender la fe y era que se separaba totalmente el mundo natural del mundo religioso. Y esa visión de mundo no prevaleció en aquel momento porque entendíamos que la encarnación de Jesús, como Dios en la persona de Jesús, precisamente rompe ese dualismo y la humanización de Dios en la persona de Jesús lo que nos deja como mensaje es que a Dios le preocupa lo que pasa aquí. Nosotros pensamos que Dios nos sigue acompañando, que sigue presente y a través de nosotros se encarna. Nosotros somos las manos, los ojos, y el corazón de Dios en el mundo para que se haga la voluntad del Padre, la voluntad de Dios, que sobre todo está enraizada en la justicia, en la bondad y el respeto y en la exaltación y respeto a todo ser humano. – Nos llama mucho la atención su arrojo, su valentía al no temer llamar por su nombre las cosas cuando de justicia social se trata. Habla en su libro del atropello a los obreros, al medio ambiente, a las minorías, denuncia la corrupción gubernamental. Tal como lo hicieron algunos emisarios de Dios en el pasado, quizás podemos mencionar a los profetas Elías, Jeremías y Juan el Bautista. Entonces me llama la atención porque es una ejecutoria que representa un estilo distinto al de otros líderes religiosos de nuestra sociedad y me pregunto de dónde sale ese valor, esa fuerza, esa convicción que lo lleva a ejercer este tipo de liderazgo que marca una diferencia. OJV: Yo provengo de una familia bien luchadora, una familia pobre. Mi papá fue obrero de la caña en la década de los 50, 60 y 70. Obrero en la caña en febrero, el tiempo en que se recogía el cosecho y después obrero migrante a los EEUU. Mi mamá era ama de casa y cosía guantes para levantar toda una familia [de cinco hijos y una familia extendida de una tía y dos primos]. Yo conozco la pobreza y la lucha de la gente, de nuestro pueblo y mis padres sembraron desde muy pequeño, desde muy temprana edad ese deseo de luchar, segundo de trabajar y tercero de defender las causas justas. Mis padres ya murieron, precisamente, le dedico en parte el libro, pero ellos me dieron una herencia moral y espiritual muy fuerte que me preparó para la vida y me comprometió para tratar de construir un mundo mejor. Ese es mi sueño, mi inspiración, de que Puerto Rico puede ser mejor. Durante todo mi ministerio yo he sido claro, yo no me he escondido en afirmar y luchar por lo que yo creo. – Cuando dice lo que usted cree, ¿a qué se refiere exactamente? OJV: A todas estas luchas sociales en las que yo me involucré. He tenido mis dificultades también hacia el interior de la iglesia. Hay gente que entiende que el Obispo no debe estar involucrado en asuntos de tipo social que eso debe dejarlo para que sean otros para que lo hagan, pero la inmensa mayoría de la gente si no me apoyan, me respetan y entienden que lo que me mueve a reaccionar y participar en todo este tipo de acciones viene sobre todo con una profunda convicción de mi fe y de lo que yo entiendo que es justo. Siempre me pregunto qué haría Jesús. Esa preguntita me ha guiado y muchas veces, pues uno sabe que la respuesta a esa pregunta tiene riesgos y puede tener su retribución y no positiva, sino negativa, pero yo he tratado de ser fiel a Jesús, de ser fiel a esos principios de la fe cristiana y eso es más fuerte en mí que quizás asumir una postura acomodaticia o una postura quizás más benévola, menos comprometida porque todo esto trae conflicto, trae problema y a Jesús al ejercer su ministerio le trajo conflictos, le trajo problemas y le trajo la muerte. – Dos temas en este libro me han dejado pensativa: Vieques y la Resolución de la Asamblea del 5 de Junio contra los despidos gubernamentales. Hay varias preguntas que surgen de esas inquietudes. A casi 10 años de la salida de la marina de Vieques, ¿cómo evalúa esa gesta? ¿Hasta que punto ese movimiento fracasó en el sentido de que se quedaron unas cosas importantes en el tintero sin llevar a cabo: la descontaminación de la zona, la devolución de las tierras a los viequenses, y el desarrollo socio económico de la Isla Nena? ¿Por qué la coalición que se creó entonces no ha sido más combativa en hacer que esas tres metas se cumplan, se le dé seguimiento? OJV: Yo reconozco y admito que sí que lamentablemente el esfuerzo mayor fue por lograr que la marina saliera y no hemos tenido la capacidad de continuar la lucha, para lograr que se diera la lucha de las tres D: la descontaminación y la devolución de las tierras y el desarrollo de la isla. Lamentablemente, quizás una vez se logró el objetivo primero, que fue la salida de la marina , prácticamente todo el esfuerzo que se había organizado casi desaparece del entorno social y creo que es una lección que debemos aprender y todavía estamos a tiempo de retomar esa agenda y poder culminar el proceso. También es que es una lucha tan difícil. Todavía en Culebra no han limpiando, hay áreas en Culebra, todavía que permanecen excluidas, donde la gente no puede ir por la alta contaminación que hay allí. – ¿Por qué ha sido tan difícil? OJV: Quizás estamos luchando contra un gigante bien poderoso y obviamente el costo de la limpieza es altísimo. – ¿El gigante es la marina o son los intereses económicos distintos que hay allí? OJV: Yo creo que la mezcla de ambas cosas. La lucha sigue, pero lamentablemente al evitarse el mal mayor, que eran los buques, los aviones, pues la gente ha perdido la fuerza de continuar y terminar con el proceso que sería ese. Obviamente la Marina no quiere limpiar pues es muy costoso y eso por ende no permite ni la devolución de las tierras ni tampoco el desarrollo…una cosa está atada a la otra. Creo que es una agenda inconclusa y que debemos retomarla en su momento y tratar de lograr esa aspiración. – La otra inquietud se relaciona con la Resolución de la Asamblea de Pueblo del 5 de junio. El movimiento social que logró detener la deforestación de El Yunque fue exitoso. También el que logró sacar la Marina de Vieques, aunque no se han logrado otras cosas, pero la Marina salió. Sin embargo, la coalición de Todo Puerto Rico con Puerto Rico aprobó una resolución con unos reclamos, que tanto el poder Ejecutivo como el Legislativo han ignorado. Me pregunto si es que este movimiento de la sociedad civil está perdiendo su fuerza. ¿Qué ha pasado que no se ha logrado ganar terreno en esta última lucha? OJV: Una de las cosas que a mí me ha impresionado en este sentido, negativamente, ha sido la incapacidad, la pobre apertura del Gobierno al diálogo. Desde mayo nosotros hemos estado solicitándole al Gobierno que nos sentemos a conversar, que hay otras alternativas que posiblemente el gobierno no ha querido tomar en consideración y que existen, y que pudieran encontrar otras soluciones que no sean el despido masivo de los empleados públicos. Hasta el día de hoy, nosotros no hemos logrado ese diálogo. Tengo que decirte quizás por primera vez públicamente que en adición a los llamados que hemos hecho públicos, hemos hecho incontables acercamientos e invitaciones, mire pues podemos reunirnos privadamente a la hora que ustedes digan, en horas de la madrugada, tarde en la noche, en algún lugar privado, ni siquiera divulgar que nos estamos reuniendo, pero ni siquiera a ese nivel ha habido una disponibilidad. – ¿A qué usted atribuye esa actitud? OJV: Yo creo que lo que proyecta, sobre todo, la imagen del Gobernador como figura pública versus esta actitud, de verdad que es una contradicción bien marcada y yo no la puedo entender. Esto nos lleva a un paso adicional que estamos trabajando en este momento que es lo que hemos llamado invitar al país a un estado huelgario y en el mes de enero ya estamos trabajando intensamente todo un proceso que nos lleve a ese estado huelgario. – ¿Una huelga general? OJV: Sí, una huelga general del país, porque realmente no ha habido ninguna otra salida, ningún espacio si quiera para el diálogo. Existe una disposición del sector sindical de considerar hacer aportes, están en la disposición de considerar medidas que les afectaría un poco más, pero en aras de proteger los salarios de todos los demás compañeros y compañeras de trabajo, de caminar parte del camino. Pero para poder encontrar soluciones necesitamos que las dos partes entren en contacto, en comunicación. Aquí se ha pedido que sean los obreros los que respondan o los que contribuyan a solucionar la crisis, pero otro sector de las empresas puertorriqueñas, las empresas foráneas, no se ha tocado. Sectores poderosos de la empresa privada, de la banca, tampoco. La información que tenemos ahora es que del recaudo del IVU, el gobierno está recaudando solamente el 48 % de lo que los ciudadanos están aportando y el 52 % se están quedando los negocios con él. También tenemos información de que el año pasado las empresas foráneas se llevaron en ganancias limpias después de todo lo que invirtieron y pagaron, cerca de dos mil millones de dólares. Si por lo menos [se les impone] un 1% en lo que podamos recuperarnos de la crisis, eso nos ayudaría significativamente. Si el IVU pudiese funcionar, si otras entidades como la industria bancaria pudiera también aportar unas cantidades que fuesen pequeñas pero junto con otras pudieran crear pues todo un pote grande donde también el sector obrero está dispuesto a aportar su parte, pues pudiéramos llegar a una solución que no fuese el despido masivo de cerca ahora mismo de 17 mil empleados públicos que van a comenzar a ejecutarse enero. – ¿Qué rol tendrá la iglesia en esa huelga? OJV: Ya nosotros, como Coalición, nos reunimos con el Concilio de Iglesias de Puerto Rico y ya esa parte del sector religioso se ha comprometido a seguir acompañando en ese estado huelgario a la Coalición. – Recientemente hubo un pase de batón en la Iglesia Metodista de Puerto Rico, usted sale del obispado luego de 12 años de servicio, ¿cómo evalúa su gesta durante ese periodo? OJV: Una de las contribuciones que hemos hecho es pues dar a conocer la iglesia en el país. Con mucha satisfacción quiero decir que cuando salí electo Obispo comencé a hacer algunas expresiones, la gente decía qué es esto de metodista, explíqueme quienes son ustedes y yo creo que todos estos 12 años la gente ha conocido a la iglesia y ha sido reconocida y respetada en la vida del país. Internamente nosotros hemos trabajado intensamente en áreas como las finanzas de la iglesia, a pesar de la situación de crisis, la iglesia está en una situación muy saludable para cumplir con sus proyectos y con su misión. También la iglesia ha crecido, ha tenido un crecimiento de un 4% anualmente en su membresía. He tratado también y esto se ha logrado de aumentar el clima de cordialidad y ecumenismo en el país y en estos momentos a raíz de todos estos esfuerzos se ha creado una coalición ecuménica religiosa donde participa la iglesia católica, las iglesias protestantes históricas. Todavía queda mucho por hacer porque los sectores pentecostales todavía no hemos podido lograr que se integren también y participen, pero eso queda como agenda para el futuro. – ¿Habrá continuidad en el compromiso social mostrado por la iglesia metodista de parte del liderazgo de relevo? OJV: Pues mira sí, yo me siento bien complacido con la persona que fue electa como nuevo obispo de la iglesia. Es el reverendo Rafael Moreno Rivas. Rafael es un pastor que se crió en el área de Santurce, músico, un intelectual y una persona muy comprometida también con los asuntos sociales. Dicho sea de paso él me ha acompañado ya a algunas de las actividades de la coalición y aunque él ha dicho y también yo he dicho que yo no espero que él sea una copia de mí, pero lo que él ha manifestado hasta ahora es que toda esta agenda social que ha llevado la iglesia, él espera continuarla aportando en ese trabajo social también. – ¿Y su participación en el movimiento Todo Puerto Rico con Puerto Rico continuará? OJV: Pues claro que sí, continúa y continuará. – ¿Quizás desde otro plano…verdad? OJV: Bueno yo sigo siendo Obispo de la iglesia. A partir del 1 de enero, Obispo Emérito de la iglesia y continúo como religioso, aunque obviamente, el obispo presidente es el doctor Moreno. – Hay una ilustración que usted presenta en su libro que me encantó. Hay un joven viajero que ve a un viejito sembrando bellotas en un terreno árido y aparentemente estéril, pero al cabo de los años este viajero regresa a ese lugar y encuentra un bosque hermoso. Y eso me hizo pensar que quizás nosotros también nos encontramos ante un PR estéril, árido y sombrío y en cada uno de estos capítulos pueden apreciarse esas mismas bellotas que utilizó el anciano en la historia que usted relata. ¿Cuál podría ser el fruto de esa cosecha al cabo de unos años? OJV: Yo creo como persona de fe que el mundo puede ser mucho mejor, que Puerto Rico puede ser mucho mejor de lo que es en este momento. Que toda acción positiva que se toma va a tener su efecto, que quizás no la vemos a corto plazo, pero se ha sembrado esa semilla de esperanza. El libro de Apocalipsis, que es el libro con el que cierra el Nuevo Testamento y la Biblia cristiana, fue escrito en un momento de mucha crisis, en un momento que la iglesia estaba siendo perseguida, los cristianos morían en la crucifixión, en la boca de los leones, quemados como herejes y en ese momento tan difícil, tan desolador y tan devastador, el visionario Juan tiene esa visión de que ve cielos nuevos y tierra nueva y Juan puede ver en esa visión un nuevo mundo, donde reina la justicia y la paz y el respeto, un reino donde las cosas son distintas y yo creo que de alguna manera esa fe es la que nos sostiene . Lo que hacemos hoy, el aporte que hacemos hoy va a tener su fruto y van a nacer muchos bosques, no uno solo que van a oxigenar este país y nos van a enseñar el valor de la vida y la esperanza y de hoy. Pues, como dice uno de los últimos discursos [del libro], citando a René Marqués, de que hoy es la víspera, mañana será ese día que nosotros esperamos de redención, de justicia, de liberación integral, para el pueblo puertorriqueño. – ¿Qué va a hacer de ahora en adelante? OJV: Pues he recibido una invitación para dar clases en la Universidad Interamericana a tiempo completo y voy a estar en el recinto de Bayamón. Yo tengo tres hijos que también son universitarios. Así que no lo voy a ver de una manera paternalista, pero me voy asentir muy bien entre jóvenes. Estoy trabajando además en un segundo proyecto de un libro sobre Villas del Sol. Es un libro donde yo sirvo de puente, porque es permitirle a la gente de Villas del Sol que le hablen al país, que le cuenten, sobre todo que es interesante que hay un porcentaje alto de gente que son dominicanos, mexicanos y puertorriqueños que están allí, que ven a Puerto Rico como la tierra de promisión y esperanza, como la tierra prometida. Todo el dinero de la venta del libro va a ser donado para los niños de Villas del Sol. Por otro lado, todavía no sé, en los próximos días sabré si voy a atender una pequeña parroquia. Así que eso también está en el tintero.