“No se puede defender lo que no se conoce”, decía Verónica Barreto cuando, en un ensayo para su curso de español avanzado de cuarto año de escuela superior, planteaba la necesidad de abogar por “nuestra cultura”, especialmente “nuestro idioma”, pues “no hay uno más elocuente que el nuestro”.
Al finalizar el foro Más allá de los mitos: Hablemos de lenguas sin límites, es probable que esa cita haya cambiado a: “No se puede defender si no se conoce”.
Verónica estuvo entre los ocho alumnos que, en representación de 11 compañeros más, cuestionaron, debatieron y propusieron temas de discusión acerca de la importancia de “defender el español”, pero esta vez con la guía de un cuarteto de experimentadas profesoras de Lingüística. Los 19 jóvenes, estudiantes del Colegio San Carlos de Aguadilla, dieron continuidad así a los planteamientos que hicieron en octubre pasado cuando, en su clase de español, escribieron ensayos en los que alertaban de lo que para ellos es una situación angustiosa.
“Muchos adolescentes están pensando que deben olvidar el español porque no sirve para nada en la vida”, manifestó la alumna Patricia Irene Colón en una de sus intervenciones durante el conversatorio, llevado a cabo en la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, y al que no pudo asistir la instigadora de este reto intelectual, la maestra Sheila Guadalupe.
“Es que en el área oeste vemos una constante, y es que los padres buscan educación bilingüe y entonces, dondequiera, cierran una casa, le ponen un letrero que dice que es una escuela privada bilingüe, y los padres ven luces por el inglés, y ahí es que se pierde el amor al español”, añadió Emmanuel Pérez Bosques ante la mirada solidaria de las profesoras Alma Simounet, Rosa Guzzardo, Ana Marchena y Aida Vergne, panelistas del foro organizado por la doctora Rose Marie Santiago Villafañe, directora interina del Programa Graduado de Lingüística de la UPR-RP.
Estos jóvenes explicaron así sus verdaderos reparos con la educación bilingüe. No es que el inglés le haga daño al español, sino las actitudes que se generan en torno al uso simultáneo de ambas lenguas. Esta raíz de su intranquilidad, sin embargo, se encontraba cubierta por una maraña de mitos que las expertas se encargaron de desentramar con la dulzura y el rigor que las caracteriza.
“Un gran mito es que la lengua es el único medio de manifestar la identidad. Eso no es cierto. Hay pueblos que han perdido su lengua y buscan otras maneras de reafirmarse. En Puerto Rico, nuestra identidad sí usa la lengua, pero no es el español: es el español de Puerto Rico”, afirmó Simounet, catedrática del Departamento de Inglés de la Facultad de Humanidades.
Por su parte, la doctora Guzzardo planteó la realidad científica de que, “aunque uno no quiera que una lengua cambie, es inevitable: va a pasar”, y comentó sobre las razones psicolingüísticas por las cuales el llamado “Espánglich” o cambio de código no tiene por qué ser catalogado como un fenómeno dañino en el proceso de aprendizaje escolar.
“No hay que ver el uso de anglicismos como algo que deteriore el español. Para mí es, más bien, algo que dinamiza nuestra lengua y la hace única”, afirmó. La doctora Yolanda Rivera, presente entre el público, completó esta premisa haciendo hincapié en los hallazgos que sitúan el cambio de código como una capacidad digna de admiración en el sentido de que implica la adquisición de una tercera gramática mental.
Aunque asombrados con estos desembrollos, los muchachos reaccionaron ávidos de conocer más sobre la perspectiva lingüística para así robustecer su planteamiento, porque ellos sí están seguros de que hay que defender el español de cierta actitud de desprecio que, según ellos, está ganando terreno en los colegios privados.
“En estas escuelas bilingües, los niños hablan un inglés perfecto y el español no lo saben pronunciar”, insistió Patricia Colón, acompañada de su maestra, Amariliz Rivera. Como reacción a su pavor de que “hablemos un dialecto”, las profesoras Guzzardo, Marchena y Vergne les derribaron otro gran mito lingüístico: que el vocablo “dialecto” es una “mala palabra”.
“Todo lo que hable una comunidad de gente es una lengua, no importa que tenga sistema escrito o que tenga una academia. Así lo vemos los lingüistas”, expresó Guzzardo. Asimismo, Marchena explicó que “dialecto” es un término técnico que se usa con metas científicas específicas, pero que fuera del ámbito académico, lamentablemente, ha adquirido una connotación negativa que es responsabilidad de los educadores erradicar.
La conclusión al debate la pusieron, juntos, los estudiantes y la profesora Vergne. “No hay una lengua mejor que otra. El mejor español de Puerto Rico, pues es el de Puerto Rico”, enfatizó la estudiante doctoral del Departamento de Inglés de Humanidades.
Si hay un problema, entonces, este no tiene que ver ni con la lengua ni con sus hablantes, sino con factores como la comercialización del bilingüismo y la falta de actitud crítica ante los prejuicios y mitos lingüísticos, una postura de la que estos 19 estudiantes de escuela superior dieron cátedra.