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La reconocida fotógrafa puertorriqueña Viveca Venegas regresó hace apenas dos semanas de la India, donde se reencontró con Shanti Harijan, la mujer cuya foto le mereció el premio National Geographic 2007. Al igual que el fotógrafo Steve McCurry, cuya foto de la niña afgana de ojos verdes, portada de la revista National Geographic en 1985 dio la vuelta al mundo, Venegas ha dedicado varios años de su vida a evidenciar, primero a través de su lente y después por medio del libro Amar hasta el dolor, la crudeza de la supervivencia humana en la India. Su viaje tuvo el propósito, esta vez, de una firme postura reivindicativa ante el maltrato infantil y los continuos abusos sexuales que sufren en el silencio y el anonimato miles de niños diariamente. Venegas aprovechó su visita a la India para alzar la voz en contra de la pederastia a través de su propia experiencia. En su reciente libro Amar hasta el dolor, Venegas denuncia la alarmante cifra de delitos sexuales a menores y cuenta su propia experiencia, acaecida en Puerto Rico durante su niñez y sus años universitarios, como testigo y víctima. Con un lenguaje espontáneo, impulsivo y a veces irreverente, muestra el contraste entre alegres y desgarradoras realidades vividas en la India a través de doce viajes que realizó como parte de su labor filantrópica. De acuerdo a Venegas, Amar hasta el dolor es “una buena oportunidad para dejar las quejas, mirar hacia el lado y ver que son otros los que viven en horror, en verdadero sufrimiento. Es una invitación a hacer algo por aliviar el dolor de manera real y efectiva”. Para el reencuentro con Shanti Harijan, la fotógrafa se trasladó hasta la aldea Pokhran, en el estado de Rajasthan, situado en el noroeste de la India. Allí tuvo la experiencia más enriquecedora de su vida; ya que coincidió con el festival Kumbh Mela, la mayor celebración religiosa del mundo. Se trata de un peregrinaje sagrado hindú, donde millones de hombres toman un baño ritual en las orillas de los ríos que se encuentran en cuatro diferentes ciudades: Nashik, Ujjain, Haridwa y Prayag. “Es un acto de fervor y espiritualidad. Esos hombres andan desnudos y cubiertos de cenizas. Torturan su cuerpo para llegar a Dios”, expresó la autora.