El rector de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Aguadilla, José L. Arbona, declaró a Diálogo Digital que el reclamo de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) de la Universidad por que se honren los aumentos salariales estipulados en el convenio colectivo no está acorde con la realidad que enfrenta actualmente el sistema universitario más importante del País. “Simplemente es un divorcio de la realidad”, sostuvo Arbona, quien el pasado sábado publicó una columna en el periódico El Vocero, en la que expresó que la UPR no puede conceder los aumentos por la grave insuficiencia de fondos que enfrenta. Explicó en su argumento que este año la institución opera con un déficit de $10 millones y que el próximo año el panorama luce más preocupante aún, pues tendrá que funcionar con $129 millones menos. Arbona indicó que, a diferencia de otros momentos en que las organizaciones sindicales universitarias reclamaban mejoras salariales, esta vez la Universidad no cuenta con la promesa de un aumento en sus recaudos de parte del gobierno central. Por el contrario, recordó que la presente administración gubernamental está tomando un sinnúmero de medidas austeras para cuadrar el presupuesto. “No hay ningún indicador que señale que el Gobernador le dará esos $30 millones (a la Universidad para los aumentos salariales), cuando se planean despidos en otras agencias”, alegó. El rector del recinto aguadillana anotó que es legítimo que los sindicatos traten de mejorar la situación económica del personal dentro de un escenario en que existen condiciones presupuestarias óptimas. Sin embargo, señaló que “esa situación no es la que se está dando en el presente. Y esa parte los sindicatos no la han entendido”. Por otro lado, denunció que los aumentos concedidos en el pasado han obligado a los recintos a realizar ajustes operacionales. Informó que el pasado año fiscal la aprobación de aumentos salariales vino acompañada de una orden del Presidente de la UPR para que se efectuaran medidas cautelares. El recinto de Aguadilla tuvo que congelar cinco plazas de empleados no docentes relacionadas con servicios de mantenimiento estructural y tecnológico. Arbona explicó que en un recinto grande donde hay mucho personal cinco empleados menos no es significativo, pero en una unidad pequeña como la de Aguadilla, sí marca una diferencia. El rector dijo además que ese año también tuvieron que prescindir de varios de sus vehículos oficiales. Asimismo, se han visto apretados al momento de querer apoyar viajes estudiantiles al exterior. El rector de la UPR en Ponce, Jaime Marrero, concurrió con los planteamientos de Arbona sobre las implicaciones de los aumentos. Marrero dijo que, al igual que en la UPR en Aguadilla, en Ponce también se han tenido que congelar plazas. Incluso señaló que ha habido programas académicos que no han podido aumentar su matrícula al verse imposibilitados de contratar nuevos profesores. Asimismo, han tenido que limitar la compra de materiales y equipos para poder ajustar su presupuesto.
“¿Cómo puede la Universidad responsablemente comprometerse con ese gasto, cuando sabe por las proyecciones de [el Departamento de] Hacienda que le tocan $129 millones menos?”, se preguntó el rector quien subrayó que su preocupación principal es que los estudiantes se retrasen por una posible huelga durante este semestre. Arbona advirtió que de otorgarse los aumentos finalmente, la Universidad tendría que redistribuir el presupuesto que ya fue otorgado a cada unidad. Además podría implicar detener el desarrollo de la institución. “Sería detener su marcha”, manifestó. Explicó que, a pesar de todas las vicisitudes por las que ha atravesado la institución, continúa progresando el proceso de las acreditaciones y continúan efectuándose mejoras en la infraestructura de la tecnología. No obstante, afirmó que de concederse estos aumentos la universidad tendría que detener algunos de sus proyectos.