Por medio de una circular anónima, un presunto grupo de estudiantes aceptó haber vandalizado el taller de diseño del profesor Regner Ramos ubicado en la Escuela de Arquitectura del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) a modo de protesta por el modo de enseñanza del docente.
La semana pasada, Ramos denunció en Diálogo un aparente esquema de acoso, debido a la manera en la que expresa abiertamente su diversidad sexual.
En la denuncia, el profesor explicó que alguien había escrito una frase homofóbica en una instalación de papel de traza que había colocado en la pared que da paso al taller de diseño.
Por su parte, en el escrito enviado a este medio —sin remitente y por vía de un sistema de correo electrónico encriptado— cuatro supuestos alumnos compartieron sus testimonios de cómo y por qué intervinieron con el taller del docente.
“Nosotrxs escribimxs las protestas en el muro del señor Regner Ramos, somxs muchxs. Escribimos en anonimato porque tememos represalias por parte de la administración de la Escuela de Arquitectura. Por pura casualidad, o no, todxs somos miembrxs de la comunidad LGBTTQIA+. Hemos decidido escribir esta carta para aclarar las razones y el significado tras nuestros actos en protesta. Cada cual actuó de manera individual e impulsadx por su propia conciencia”, (sic) reza la comunicación enviada a la mesa de redacción de Diálogo.
En síntesis, lo narrado por los supuestos estudiantes en la misiva, coincide con los hechos presentados a este medio por el profesor Ramos. En contexto, el profesor había ubicado las fotos de sus 13 alumnos en el papel de traza antes mencionado. Se destacaban las tres fotos de los estudiantes que supuestamente fueron escogidos por sus compañeros como los mejores trabajos y quienes servirían de mentores. Sobre las imágenes, leía la frase “Top 3”. Fue precisamente esa palabra –“Top”– la que alguien circuló y escribió en inglés lo que Ramos tradujo como: “Top es una palabra que se usa en la cultura gay y queer (y en Grindr); no es una palabra para la gente”.
Uno de los testimonios —escritos por alguien que se autodenominó “G”— acepta haber cometido esa primera intervención (cada testimonio está identificado por una de las letras que conforman las siglas LGBTTQIA+).
“En la pared del taller, estaba el papel de estraza en el cual se separaban, públicamente, lxs ‘Top 3’ del resto de lxs estudiantes. Decidí protestar. Cambié el orden de todas las fotos colocando las caras, de manera aleatoria, una al lado de la otra, formando una línea horizontal. Así no habría nadie encima de otrx. Para explicar la acción escribí ‘Top es una palabra que se usa en la cultura gay y queer (y en Grindr); No es una palabra para [valorar] la gente’”, detalla el testimonio.
“G” añade que sus razones para escribir la crítica fueron para cuestionar la cátedra del docente en su curso.
“El señor Ramos no es más que ejemplo del deleite que deviene de humillar a sus estudiantes. Para añadir al elemento performativo, el señor Ramos llevó su estilo abusivo a las redes sociales. En su cuenta de Instagram publica videos y fotos de los dibujos y maquetas de sus estudiantes antes de su intervención y después de su intervención. Hace particular énfasis en la manera en que marca y tacha los dibujos y destruye las maquetas”, denuncia el documento.
Respecto a los señalamientos sobre la manera de evaluar del profesor, otro testimonio, esta vez de alguien que se autodenominó “B”, sostiene que el docente supuestamente “promueve una dinámica de competencia entre estudiantes”.
Tal como adelantó el profesor en la entrevista que le realizara Diálogo inicialmente, luego del primer incidente, se suscitó otro en el que nuevamente se escribió en el papel de traza ubicado en la entrada del taller. En esa ocasión, el mensaje leía: “La competencia se hace con uno mismo, no en contra de otros”.
“Cada estudiante, diariamente, está expuesto a muchas críticas, positivas y negativas, que influyen mentalmente. Presenciamos problemas familiares, de amistades, ajenos y quién sabe qué más. Lo que buscamos en un profesor no es influencias igual de negativas que puedan haber en nuestros alrededores, todo lo contrario. Se desea asimilar con ello, inspirar, desarrollar y entenderse de forma comprensible y productiva. Esto no es lo que se vive en ese taller”, señala el documento que, según supo Diálogo, ha sido compartido en comunicaciones internas entre diversos grupos de estudiantes.
Debido a la naturaleza anónima del documento, el profesor Ramos indicó a Diálogo que no reaccionaría a les expresiones incluidas en la circular.
No obstante, en la entrevista previa, Ramos alertó a que, independientemente de cuáles hayan sido las motivaciones para el vandalismo en su taller, el hecho de que hayan entrado al espacio y escrito el mensaje alusivo al tema de género, no deja ser un acto homofóbico.
En esa primera publicación, la administración del recinto también informó que la institución lleva a cabo una investigación sobre los incidentes.
“Se trata de un caso que está bajo investigación, en línea con el proceso habitual que se sigue en estas situaciones. Cuando se da un incidente de esta naturaleza y la administración adviene en conocimiento del mismo, se refiere a la Oficina de Cumplimiento de Título IX, desde donde se observa el protocolo eminentemente confidencial definido por la reglamentación universitaria”, se indicó.
Sin embargo, debido a su naturaleza de estricta confidencialidad, la administración del recinto no pudo dar más información sobre el proceso de investigación que se sigue.