Desde la madrugada del jueves 9 de diciembre de 2010 en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico hay unos 300 efectivos policiacos, según una fuente confiable. Hay un cuartel rodante en el portón de la Facultad de Ciencias Naturales. En el hierro de Generales hay 6 agentes. Ante el mamerro de Bellas Artes y Arquitectura-que ya no está- hay 10 policías.
En el portón de Copu hay tres agentes de la Policía y dos guardias de Capitol. Y en el portón de la avenida Ponce de León habían unos 50 agentes, quizás más.
Adentro del Recinto hay parejas o tríos de agentes en la calle principal que va de la Barbosa a la avenida Ponce de León. Los agentes utilizan una variopinta de artefactos para moverse por su campo sitiado: autopatrullas, todo terrenos, Polaris, grúas, acompañados por perros policías…y hay más autos y más guardias de Capitol. Incluso los oficiales de seguridad del campus utilizaron vehículos de la división de seguridad y riesgo para transportar policías.
Los agentes son de diversas unidades. Los hay del grupo de los Cien, con su distintivo logo que lleva una calavera pirata con el número 100 sobre su cabeza. A este grupo se le achacan confrontaciones como la que ocurrió el pasado verano en las inmediaciones del Capitolio y los sucesos violentos del hotel Sheraton que ubica en el Centro de Convenciones.
Avisté un agente de SWAT; un puñado de la división de delitos de crímenes cibernéticos ahora -dedicados y asignados por Sancha- al carpeteo electrónico, con cámara en mano cual güevo erguido. Otras de las divisiones a las que pertenecen los agentes son la Unidad Motorizada y la Unidad de Operaciones Tácticas.
Con este segundo sitio a la UPR ha estrenado el Estado una nueva modalidad para manejar las situaciones tensas en las que se requiera pericia policiaca. Ya no se negociará con los oficiales de alto rango. Se negociará con un ayudante especial del Superintendente que ostenta el título de ASESOR LEGISLATIVO Y LEGAL. Por favor, no olviden a las relacionistas públicas de la Policía, quienes tembién le sonríen a la prensa y tratan de que los tiros no salgan por la culata.