“En vacaciones”, eso es lo que comentan irónicamente muchas personas acerca de los camaradas en lucha que se encuentran viviendo en los portones de los diferentes recintos de la Universidad de Puerto Rico (UPR). El vivir en la intemperie, sin lujos o costumbres de comodidad, enfrentando la convivencia entre decenas de personas, la diversidad de posturas, opiniones y percepciones crean conflictos entre los habitantes.
Son muchas las cosas que suceden en los campamentos que las personas no conocen o entienden. Este es el caso del campamento en la UPR en Humacao, donde de manera multisectorial han convivido por poco más de un mes varios jóvenes universitarios, profesores y empleados exentos no docentes. Estos guerreros han logrado llevar a cabo un promedio de tres actividades por día, contando con 13 diferentes talleres educativos ofrecidos por diversos recursos profesionales, 15 conversatorios sobre temas relacionados a la situación de la Universidad de Puerto Rico y la crisis política y económica que tiene nuestro país, siete presentaciones en comunidades de diferentes municipios resaltando la importancia de la UPR y el campus de Humacao, siete diferentes actividades culturales y artísticas y un concierto dirigido a la concienciación de la lucha multisectorial, entre otras.
Además, cabe resaltar que dentro de la institución mantienen un programa radial en vivo llamado “Desde los portones UPRH”, en el cual entrevistan a personas de interés y discuten todo lo relacionado a los asuntos universitarios. Las actividades mencionadas evidencian que más allá de lo que implica la paralización de labores administrativas y de docencia cotidiana, la huelga ha permitido utilizar el tiempo de clases para generar conocimiento de una manera distinta, desde diferentes disciplinas, lo cual no se hubiese generado en el espacio universitario dentro de su normalidad.
Los compañeros en los portones de la Universidad de Puerto Rico en Humacao han resistido agua, sol y sereno por más de 30 días, manteniéndose firme en sus reclamos y organizando propuestas. Estos jóvenes, profesores, empleados exentos no docentes y comunidad en general han convivido día y noche, compartiendo momentos de felicidad y tristeza, aguantando tormentas de lluvia y calor desesperante, siendo solidarios unos con otros.
En determinados momentos, algunos padres han planteado una preocupación genuina debido a las extensiones de tiempo que pasan sus hijos en los portones de la universidad. En ocasiones, ha habido padres que han asistido a los portones del recinto para darle la bendición a sus hijos con la intención de que estos, vuelvan pronto a sus hogares. Como ha sido característico de esta lucha, la invitación a asistir e involucrarse con el movimiento para entender la realidad que allí se suscita no ha estado ausente. Gracias a la gestión de concienciación de este movimiento, las visitas de familiares son celebradas, así como las donaciones que se reciben al campamento diariamente.
“Aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla”, y así mismo sucede con los mitos de la huelga y la crítica de disidentes para justificar su postura anti-huelguista. “Allí solo juegan dómino, beben, fuman y hacen otras cosas que no quisiera mencionar”, alegan. Esa reacción es común entre jóvenes y adultos desconocedores de los campamentos, y es que, si algo me consta, es la cantidad de trabajo que esos jóvenes luchadores han generado.
En mi carácter personal, fui partícipe de la huelga del 2010 por 62 días en la UPR de Humacao y teniendo ese aprendizaje, hoy día, puedo decir con seguridad y certeza que el conocimiento generado y compartido por los integrantes del movimiento actual supera lo generado en otros momentos históricos.
En esta ocasión, he tenido la oportunidad de visitar otros campamentos durante las pasadas cuatro semanas, esto con el propósito de intercambiar ideas para mejorar sus campañas educativas en comunidades aledañas, aprender de sus experiencias y más que todo, demostrar nuestra solidaridad y apoyo al resto de los recintos en lucha. Dentro de esas iniciativas, cabe resaltar que en días recientes valientes y elocuentes estudiantes confrontaron a José Carrión III en miras de calendarizar una reunión con el cuerpo de la Junta de Control Fiscal, puesta en suspenso hace casi un mes. Me llena de orgullo decir que todavía no he visto una reseña negativa sobre ese encuentro entre búhos y el presidente de la junta impuesta que busca exprimir al pueblo hasta el desespero.
Por otro lado, entre los efectos que no se hablan con regularidad sobre la huelga se encuentran algunos estudiantes que entran en situaciones precarias económicas. Estos terminan sustentándose y sobreviviendo gracias a la huelga y sus camaradas, ya que la misma le da el espacio y las conexiones para mantener una estabilidad física, emocional y adquisitiva. Recuerdo como en el 2010 varios compañeros sufrieron ataques familiares durante el proceso huelgario, ya que sus padres no eran simpatizantes del movimiento. El resultado fue la remoción de ayuda económica y la expulsión de sus hogares. Esos valientes jóvenes entraron en un debate político y filosófico con familiares en busca de una justicia social colectiva que sus padres no entendían. Hoy día, la historia se repite.
Algunos dicen que no se ha logrado mucho en 30 días, invitando a la reflexión y reevaluación de la estrategia de lucha, lo cual considero, nunca está demás. Sin embargo, la realidad es que aún no se han planteado estrategias viables y racionales que cumplan con los criterios ya establecidos dentro de los reclamos de los diferentes sectores de la UPR. Estudiantes, profesores y empleados exentos no docentes participantes del movimiento multisectorial han estado abiertos a la oposición huelgaria para dialogar sobre otras alternativas. En la mejor disposición, de recibir una buena alternativa, seríamos los primeros en recoger casetas y levantar la huelga. Demás está decir que la indiferencia y oposición, cómodamente desde afuera se ha mantenido criticando un movimiento con una visión simplista de corto plazo, sin considerar las externalidades de continuar el rumbo previsto, así como lo hicieron muchos políticos mientras nos hundían en más deuda.
Los espacios de la universidad se han transformado y mejorado de manera única, multisectorial, y rica en diversidad, aplicando conocimiento de diferentes disciplinas del saber, debatiendo problemas sociales actuales y las posibles soluciones a los mismos. Entre contratiempos de logística, atmosféricos, de recursos y energía, el campamento se ha mantenido activo, y así seguirá, hasta asegurar la presencia de la educación superior pública, evitando recortes, cierre de recintos y programas dentro de la UPR, reclamando la auditoria de la deuda de Puerto Rico, reclamando un espacio en la elaboración de una reforma universitaria participativa para el Sistema UPR, así como otros reclamos de los diferentes sectores que componen el mismo.
Estos guerreros del campamento “Búhos en Lucha” han dado todo por su educación y la de futuras generaciones. A todos esos enajenados, indiferentes o anti-huelguistas, se mantiene la invitación abierta para pasar por los portones y vivir esa experiencia. Los compañeros búhos están a la disposición del pueblo para demostrar cuán importante es la Universidad de Puerto Rico y todos sus componentes a nivel nacional, toca sumarse a esos esfuerzos y asegurar que su sacrificio no sea en vano. Esta es la huelga, esta es tu lucha.