Planes médicos en quiebra; la epidemia AH1N1; insuficiencia de equipamiento; controversias con las designaciones de los secretarios de Salud; luchas de poder en la dirección del Departamento; más de medio millón de personas sin seguro médico y, para colmo, la eterna reaparición del dengue, son parte del tétrico panorama de salud pública en el País, tarea para la cual el Estado está confrontando grandes dificultades para garantizar el bienestar social. “El sistema de salud de Puerto Rico está en quiebra desde todo punto de vista, es una quiebra moral, social y salubrista”, expresó Eduardo Ibarra presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico (CMCPR) en entrevista con Diálogo Digital. El doctor denunció que “es una vergüenza cómo se está llevando la salud en el País, nuestros parámetros andan muy por debajo a los del resto del mundo y violan el artículo 25 de la Declaración de Derechos Humanos”, el que expone que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios, entre otros derechos. Aunque bien es cierto que las deficiencias del Departamento de Salud (DS) son un mal añejo, es muy preocupante que la administración actual aún no haya logrado ni siquiera proponerle a la ciudadanía cuáles son sus planes concretos para comandar la salud pública del País por los próximos años. Como si no hubiese proyecto de futuro ni compromiso con los ciudadanos, estableció Ibarra. Desde los primeros días como gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño ha enfrentado duras críticas de varios sectores políticos y civiles por sus decisiones sobre quiénes dirigirán la dependencia supuesta a manejar los servicios de salud de la población puertorriqueña. Su primer nombramiento como secretario del DS fue el doctor Jaime Rivera Dueño, el que presentó un expediente preñado de dudas, al haber dirigido el Instituto del SIDA (1989 a 1993) durante el fraude de 2.2 millones por el que resultaron convictos en el Distrito de Puerto Rico del Tribunal Federal de Estados Unidos varios funcionarios gubernamentales. Tras la renuncia de Rivera Dueño a su nombramiento, Fortuño presentó la segunda designación como secretario del DS, Iván González Cancel. Se levantaron de inmediato reacciones cuando se hizo público que el médico continuaría con su práctica como cirujano. Posterior a la oleada de críticas sobre su horario de trabajo “part time”, el que realizó la primera cirugía de corazón abierto en el País desistió de la idea. Estas polémicas en el área de la salud, sumadas a los ya conocidos problemas en los sectores de educación, seguridad y vivienda, cuestionan la capacidad del Gobernador para estar al mando de un país con necesidades reales y un contexto social y económico complejo. Añadimos a este inestable panorama el color político de los cargos, son las lealtades a las insignias las que miden las cualificaciones de los funcionarios públicos, más que su curriculum vitae y calidad de líderes. El presidente del CMCPR indicó que los individuos con título en ciencias y que administren la salud no pueden ser parte del juego político porque ostentan puestos donde se trabaja con la vida de seres humanos. “Esto es un principio fundamental, tenemos que tomar posiciones de neutralidad a favor de las personas”, matizó. Por otro lado, Ibarra denunció que se invierten millones de dólares en un sistema insuficiente. “Hay recursos y dinero, el problema es cómo está estructurado el Departamento. Por ingreso per cápita, Puerto Rico gasta más en salud que ningún país en el mundo”, reveló. En el medio de esta crisis están las personas. Las que ya son más de medio millón sin cubierta médica. Sin embargo, con las noticias de cierres de aseguradoras privadas como Preferred Health, incluso los que pagan religiosamente su tarifa mensual pueden sentir inseguridad. Ibarra ha sido uno de los fervientes defensores de un plan de salud universal en la Isla. El especialista explicó que la mayoría de las naciones adelantadas, como Francia, España e Italia, poseen un sistema integral que le garantiza a toda la población una camilla libre de costos en caso de emergencia. “Estamos yendo a todos los foros para denunciar que Puerto Rico merece entrar en el plan de reforma de salud del presidente Barack Obama”, sostuvo. Sobre la destitución inesperada de Johnny Rullán como epidemiólogo del Estado, el presidente de los médicos cirujanos manifestó que “todo el mundo admiró su trabajo, él hizo presente cuando se le necesitó”. De esta forma, reflejó consternación sobre la manera en que se está combatiendo la crisis de salud actual. “Uno no sabe a quién creer”, concluyó. Entretanto, ya son 12 las muertes confirmadas, son 34 las sospechosas, y 1,950 los posibles contagios por el virus AH1N1. Pero muchos expertos dudan de la credibilidad de estas cifras porque, desde el inicio del brote en la Isla, la constante ha sido la desinformación, la ausencia de datos concretos y el letargo del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para actualizar la cantidad de decesos del País. Estas lagunas informativas tienen a la población nadando entre el temor, la inseguridad y el “hand sanitizer”. Mientras el mosquito, con su dengue, vuela impune y desatendido sobre Puerto Rico.