Se acercan las fiestas de fin de año en donde se conjugan diversos sentimientos: para algunos son momentos de extrema felicidad, para otros tiempos de reflexión y de revisión de todo lo vivido, o bien una excusa para poder acercarse a los familiares. Una buena oportunidad, también, para repensar los modos de festejos y las potencialidades de las celebraciones en la sociedad.
En un mes de festejos, la revista Alrededores entrevistó a la socióloga Carmen Deluca para tratar de entender qué significa festejar en nuestros días, y pensar de qué modo en las celebraciones o rituales festivos vamos construyendo identidad.
¿Cuáles son las funciones de las fiestas, en términos genéricos, en una sociedad?
En realidad me parece que últimamente en nuestra sociedad no tenemos disposición para celebrar fiestas, sobre todo, las de fin de año. No hay mucha disposición porque las personas ponen primero sus problemas privados, después están las cuestiones económicas y también hay distintos modos de construir un ritual de festejo. Por ejemplo, yo lo que veo es que hoy muchos salen afuera, van a comer y festejan en multitud. No es el festejo para sus familias. Pensando en lo religioso, para los católicos, el día 24 es el nacimiento de Jesús y, sin embargo, pienso que hoy está focalizado todo en los regalos, en lo que compré y, más aún, empezamos cada vez más temprano con el tema del arbolito, lo que ello conlleva. Entonces, en el día de navidad creo que pocas personas realmente guardan esta idea de ponerse frente al hecho en sí religioso o de fiesta para celebrar algo. Se celebra de este modo porque estamos en una realidad de consumidores. Sin embargo, pienso también que, por otro lado, hay otros sectores que no llegan al tema de consumir, de poder consumir tantas cosas, que son los sectores más pobres y que ahí sí se da, quizás, el tema de festejo en familia, como más tradicional.
El consumo también opera como elemento de exclusión…
En definitiva todos estamos involucrados en el tema del consumo, hay todo un preparativo de los shoppings, de todos los lugares donde vas, incluso con una ornamentación determinada para poder recibir estas fiestas. Desde todos los sectores van adquiriendo lo que pueden. Los sectores más altos, por ejemplo, iluminan todo (es decir, decoran el árbol de Navidad y sus casas) y, finalmente, se van a pasar sus navidades a la costa. Los festejos están para mí sin esa esencia de lo que es el festejo.
De la misma forma, hay otra cuestión: los amigos. Hoy hay poca gente que celebra, por ejemplo, su cumpleaños. Creo que el mismo también se festeja por fuera de lo que es la familia, está puesto en otro lugar el disfrute, el deseo, en el consumir.
¿Más del lado de lo visible?
Más del lado de lo visible, del lado de lo instantáneo, que dura un ratito. Ni siquiera se le da el tiempo necesario a las fiestas. Se agotan antes de festejarlas. Previamente ya estoy pensando en qué voy a hacer mañana.
Siguiendo al teórico Mijail Bajtín, ¿qué relación pensás que existe entre la construcción de la identidad y los rituales festivos?
Por ejemplo, el tema del Bicentenario es otra cosa para mí -completamente diferente- porque es otro tipo de celebración. Este año las personas tuvieron ganas de ir y participar, de no ser un mero número. Ahí veo que iban con sus familias, estaban todas las clases sociales y participaron contentos. Y no hubo ningún inconveniente. Pero eso sería el hecho que marca también una diferencia entre un antes y un después. Aparte no nos olvidemos que el Bicentenario también marcó una apertura muy grande de los adultos hacia las generaciones más jóvenes. Creo que les faltaba un lugar y estos festejos absorbieron a toda esta juventud que quería participar y lo hizo tranquila, expresándose de distintas maneras. En este caso el festejo fue diferente: se conjugaron todas las clases sociales con algo que no tenía nada que ver con el consumo.
En este tipo de celebraciones el goce fue diferente: estuvo vinculado a la construcción de identidad. Este concepto, como señala Stuart Hall, lejos de pensarse como esencia o ser, permite redescubrir su carácter relacional: la identidad como juego de vínculos y como un proceso cambiante en el que las relaciones de poder cobran un lugar central.
Hay para mí un deseo de buscar identidad en forma conjunta. Yo busco la argentinidad. En este caso, la voy buscando con otros, me encuentro en ese evento, me miro con el otro y reconozco a otro, reconozco a otro argentino. Esa es una de las lecturas del Bicentenario.
Creo que fue un episodio muy importante, donde la espontaneidad se revelaba a cada momento en el que vos ibas caminando por las calles. Era estar participando todos en una misma cosa aunque desde distintos lugares. Sin embargo, todos nos sentíamos comunicados con una pasión que, además, se enriquecía en la medida en que se veía al otro. Pienso que fue un momento que marcó un horizonte, una esperanza hacia el futuro también. Hubo una representación de todos en ese festejo.
Pudimos comunicarnos pacíficamente y ahí es donde mostramos como argentinos la parte que todavía nos falta pero que pudimos encontrar en ese lugar. La pregunta es cómo la construimos. Creo que podemos hacerlo desde ese lugar en el que nos encontramos y nos miramos cara a cara.
Me parece que ese episodio no termina ahí, que puede dar lugar a otros episodios que vayan construyendo ciudadanía, mayor democracia y sobre todo participación. De una manera fresca porque la novedad es que tenemos esperanza.
Vos lo ves entonces como un punto de inflexión. Por un lado marcás festejos hacia un ámbito privado del consumo y el agotamiento de la fiesta en sí y, por otro, la construcción de la identidad y cierto reconocimiento del otro, un modelo diferente de celebrar, ¿cómo se conjuga eso, entonces?
Porque las dos cuestiones están como mirándose y, de alguna manera, desafiándose para ver qué es lo que prevalece. Esta es nuestra oportunidad de ver cómo nos posicionamos de cara al futuro. Podríamos posicionarnos en un lugar en donde el consumo no sea lo fundamental sino que el sujeto piense, desee y, finalmente, elabore él la propuesta.
*El texto original fue publicado en alrededoresweb.com.ar/notas/fiestasidentidad.htm