Los rasgos faciales proveen a los primates con un medio de comunicación no-verbal importante, según estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA). La investigación, realizada por Michael Alfaro y Sharlene Santana, descubrió que existe una relación evolutiva entre los rasgos faciales de los primates y la complejidad de sus organizaciones sociales.
Los primates son mamíferos que evolucionaron hace unos 60 millones de años. En la actualidad, existen aproximadamente 300 especies de primates y la mayoría viven en zonas tropicales y subtropicales. Una de estas especies es la Homo sapiens, los seres humanos. Debido a que tienen una relación evolutiva cercana a nosotros, los primates son los organismos genéticamente más similares a las personas.
Hay ciertas características generales que comparten los seres humanos y los primates. Entre ellas se destacan el cerebro grande comparado con el tamaño del cuerpo; cuatro dedos y un dedo pulgar ideal para agarrar y manipular objetos; y organizaciones sociales complejas. Otra característica de los primates es que la mamá cuida de sus crías por un tiempo extendido.
Mientras, entre las cosas en las que se diferencias se destacan los distintos tipos de rasgos faciales de los primates. Hay primates con caras sencillas, mientras otros tienen caras muy complicadas, adornadas y coloridas. Por esta razón, Alfaro y Santana, decidieron investigar si existía una relación entre la complejidad de los rasgos faciales de los primates del Nuevo Mundo y la complejidad de sus organizaciones y comportamientos sociales.
Para cuantificar la complejidad de la cara, los investigadores identificaron 14 rasgos faciales y analizaron cuidadosamente su anatomía. Para cada rasgo, se asignó una cantidad numérica basada en su simpleza o complejidad. Al combinar todos los puntos de los 14 rasgos, cada cara obtiene una puntuación total o "índice de complejidad facial". La complejidad de las organizaciones sociales de las diferentes especies de primates se cuantificó basado en información previa en la literatura científica y en un análisis de las variables ambientales. El resultado fue otra escala numérica que retrata las conductas sociales, desde los primates que viven solos o en grupos pequeños, hasta aquellos que viven en grupos grandes y con jerarquías sociales rígidas.
Los científicos Alfaro y Santana descubrieron que a mayor complejidad social de los primates, más sencillos eran sus rasgos faciales. Es decir, que los primates con rasgos faciales complejos vivían en grupos con una complejidad social relativamente baja. Una posible explicación de la existencia de caras simples en sociedades complejas es que estos primates necesitan comunicarse, ya sea con sonidos o con señales faciales. Aparentemente una cara sencilla puede crear expresiones faciales que se comunican claramente. Una cara muy compleja podría crear expresiones faciales ambiguas, afectando así la comunicación no-verbal.
El caso de los seres humanos es un excelente ejemplo. Nuestras caras son sencillas, con un color más o menos uniforme y sin mucho adorno. Así que podemos proyectar una multitud de emociones complejas de manera clara y sin ambigüedades. Este estudio, publicado en la revista científica "Proceedings of the Royal Society B," es un descubrimiento importante ya que es uno de los primeros estudios que establece, de manera general, una relación entre conducta social y los rasgos faciales.
El próximo paso, según los científicos, es mejorar el sistema para cuantificar la complejidad de los rasgos faciales, posiblemente mediante el uso de programas computadorizados para reconocer caras.
También consideran replicar este estudio pero con animales carnívoros, incluyendo las diferentes especies de felinos, con el fin de analizar si también existe relación entre los rasgos faciales y el comportamiento de estos animales.
Fuente Ciencia PR