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La actividad cultural de un pueblo, es un elemento fundamental en la evolución del mismo, al igual que en su definición de identidad. La idiosincrasia de una sociedad se ve reflejada en su creación artística y a su vez, es retroalimentada por ésta. Además, los eventos culturales son fuente de inspiración, educación, entretenimiento, desahogo y esparcimiento. En tiempos de crisis en los que el estrés y la angustia invade a los ciudadanos, el teatro, la música, el cine, las exposiciones de artes plásticas y demás manifestaciones culturales sirven de bálsamo para las atribulaciones. Lamentablemente, en este tiempo de recesión económica, muchos gobiernos han decidido recortar presupuestariamente precisamente los organismos que promueven, defienden y distribuyen la cultura y las artes. En Venezuela se les redujo un 85 % del presupuesto a la Fundación de Museos, en Argentina se han tenido que cancelar varias obras de teatro planificadas para este año debido también a la misma medida, en España también se están dando protestas por decisiones gubernamentales similares y en Puerto Rico, la actual administración, no sólo anunció una reducción del presupuesto, sino que además, con las cesantías de la Ley 7, diversas instituciones culturales quedarán inoperantes. “Las cifras que aparecen publicadas en la página del gobierno respecto al presupuesto recomendado para las agencias de la cultura son inverosímiles”, aseveró Mareia Quintero, profesora de la Universidad de Puerto Rico, donde dirige la maestría en Gestión Cultural. Para la Escuela de Artes Plásticas, por ejemplo, se planificó una reducción de 71% del presupuesto que se le asigna del Fondo General y diez instituciones culturales más, entre las que se encuentran el Instituto del Cultura Puertorriqueña, WIPR (canal 6), y la Corporación de Cine enfrentan también recortes que van desde un 55% menos como es el caso de Conservación Histórica, hasta un 88% menos para la Corporación de las Artes Musicales. Además, Rubén Solla, presidente del Consejo de Estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas, en San Juan, explicó para Diálogo Digital que con la aprobación de la Ley 7 se recortaría el 71% de la nómina y la administración, lo que implicaría un auto cierre. Solla denunció, que esta situación está provocando que el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP), y por ende, la EAP terminen privatizándose. También, Luis Pérez, guía cesanteado del museo Gallería Nacional, indicó también que “el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP) ha sido cerrado, han despedido a más de 150 personas y han dejado inoperantes casi todos los museos de la Isla. Todos los programas que tienen un contacto directo con los ciudadanos no funcionan. Carmen Teresa Ruiz de Fischler (directora del Instituto de Cultura), en seis meses aniquiló la agencia.” Según Pérez, a la Directora se le informo que con un recorte presupuestario como el que tenía la agencia, quedaría inoperante, sin embargo, en reuniones con la Legislatura, Ruiz declaró que podía mantener el Instituto con ese recorte. “Pero cuando se dio cuenta que no podía tuvo que recurrir a despedir a los empleados”. El británico Alan Davey, CEO del Arts Council England, expresó en la Conferencia de Arte londinense Culture is Right la necesidad de que todo gobierno, ya sea conservador o liberal, debe continuar apoyando a las artes sin importar las terribles condiciones económicas que vivimos actualmente. ” Las artes deben ser un elemento vital en la misión de cualquier gobierno civilizado” dijo. También añadió que se sentía alarmado al escuchar como resucitaban recientemente, los argumentos antiguos en contra del apoyo a las artes. “En los últimos años se ha corroborado que las artes, además de ser parte importante de la esencia de cualquier nación, también contribuyen a la vida creativa de los países, que es en parte lo que genera la riqueza de los mismos” añadió Davey. Además explicó que las artes son una inversión que puede ser bastante productiva. El ejemplo que uso para ilustrar esto fue el Teatro Nacional en Londrés, que recibe un 38% de sus ingresos de los fondos públicos, pero que el resto lo gana en la venta de taquillas y recaudación de fondos. Esto demuestra que es más lo que se puede ganar que lo que se destina monetariamente en presupuesto. “El rol de los artistas es dar expresión y significado al mundo que nos rodea, mientras que el rol de los auspiciadores y de los gobiernos es apoyarlos en aquello que hacen mejor: cuestionar, emocionar, excitar e inspirarnos; producir lo maravilloso y lo bello. Este apoyo es completamente racional, economicamente congruente y es esencial para nuestra calidad de vida”. Esperemos que los gobiernos mundiales hagan caso de este llamado a favor del arte y la cultura, para que no resultemos perjudicados en lo más profundo de nuestra identidad como seres humanos.