Bagdad – El Parlamento de Irak aprobó al primer ministro Nuri al-Maliki y a su nuevo Gobierno, nueve meses después de que una elección que no produjo claros ganadores causó una parálisis política y un retraso en las inversiones para reconstruir el país después de casi una década en guerra.
Los legisladores votaron para mantener a Maliki y aprobaron un nuevo gabinete ministerial, manteniendo al veterano canciller kurdo, Hoshiyar Zebari; e incluyendo al actual ministro de Petróleo, Hussain al-Shahristani, como viceprimer ministro de energía.
En un discurso al Parlamento antes de que los legisladores aprobaran su plan de Gobierno, Maliki reconoció el difícil camino que recorrió la reciente democracia iraquí durante los nueve meses de riñas entre facciones políticas.
"No digo que este Gobierno, con todas sus formaciones, satisface la aspiración de sus ciudadanos, ni de los bloques políticos ni mi ambición, ni la ambición de ninguna otra persona, porque está formado (…) en circunstancias extraordinarias", declaró a los legisladores.
Antes del inicio de la votación, el ex primer ministro Iyad Allawi, quien no consiguió el suficiente apoyo de una mayoría parlamentaria luego de que su bloque intersectario Iraqiya ganara la mayoría de los escaños, dijo a legisladores que su coalición de apoyo sunita participaría en el Gobierno.
"Nosotros como el bloque Iraqiya declaramos nuestro total apoyo a este Gobierno", dijo Allawi agregando que "Iraqiya tendrá un rol activo, productivo y cooperativo en el País”.
Entre tanto, Maliki aún debe escoger quiénes ocuparán algunas posiciones, incluyendo sensibles ministerios relacionados a la seguridad como Defensa e Interior.
El primer ministro promovió al viceministro de Petróleo, Abdul Kareem Luaibi, a ministro y sugirió al importante líder sunita Rafie al-Esawi como ministro de Finanzas.
"El acuerdo logrado por las partes es bastante elaborado pero el asunto crítico es que pudieron llegar a este punto mediante negociaciones pacíficas sin ningún regreso a la violencia a gran escala", abundó Shadi Hamid, director de investigación en Brookings Doha Center.
"Dicho eso, los acuerdos como éste para compartir el poder tienden a ser bastante frágiles por lo que los próximos meses presentarán una prueba crucial para los (…) bloques rivales", agregó.
Por su parte, inversionistas internacionales observan con gran interés el desarrollo energético de Irak mientras el país se embarca en un ambicioso programa para explotar sus vastos recursos petroleros, además de reconstruir su olvidada y dañada infraestructura.
Durante la estadía de Shahristani como ministro, la cartera de Energía llegó a una serie de acuerdos con grandes petroleras que podrían impulsar la capacidad productora iraquí a 12 millones de barriles diarios desde los cerca de 2,5 millones de barriles por día actuales.