JERUSALEN- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió el bloqueo de su país a la Franja de Gaza asegurando que es vital para la seguridad del país, por lo que se mantendrá en vigor.
En un discurso televisado, después de la indignación internacional por la muerte de nueve activistas el lunes en la captura de un barco turco que se dirigía a Gaza, un desafiante Netanyahu declaró que aliviar el control pondría misiles iraníes de largo alcance en manos de Hamas en el enclave palestino. Esto no sólo amenazaba a Israel, sino también a Europa, añadió.
Netanyahu no hizo mención sobre la posibilidad de poner en marcha algún tipo de investigación, a pesar de los crecientes llamados dentro de Israel, así como tampoco de la evaluación a fondo de lo que críticos califican como una equivocación.
El primer ministro arremetió contra líderes mundiales por criticar sus acciones. “Una vez más, Israel afronta la hipocresía y un juicio apresurado y tendencioso”, declaró Netanyahu respecto a las críticas internacionales al defender la actuación de los marines israelíes que, afirmó, dispararon en defensa propia tras abordar el barco turco Mavi Marmara.
“La comunidad internacional no puede permitirse un puerto iraní en el Mediterráneo (…) Los mismos países que nos critican ahora deberían saber que mañana podrían ser objetivo”, declaró.
Desestimando reclamos de la ONU y otras agencias que entregan la ayuda de la que dependen los 1,5 millones de habitantes de Gaza, Netanyahu aseguró que Israel permite el ingreso de bienes civiles, pero que debe frenar la entrada de armas.
Además recordó que Israel había capturado anteriormente buques que transportaban armas a sus enemigos: la guerrilla libanesa Hezbollah y grupos extremistas palestinos.
Ayer, Israel comenzó la deportación de los 682 activistas de más de 35 países detenidos tras el asalto del lunes en aguas internacionales a seis barcos de ayuda con destino a la Franja. Todos, con excepción de nueve prisioneros heridos, está previsto que salgan del país para el final del día.
Turquía, un país musulmán que había sido un aliado estratégico de Israel, acusó al Gobierno judío de “terrorismo de estado” y llamó a consultas a su embajador de Tel Aviv, exigiendo el fin del bloqueo a Gaza.
Esos llamados han sido reiterados por líderes europeos y Naciones Unidas, cuyo Consejo de Derechos Humanos votó por el establecimiento de una misión independiente que investigue los hechos que rodearon el incidente. Su aliado principal, Estados Unidos, ha sido menos crítico, y ha exhortado a la calma.
Potencias occidentales acordaron con Israel que el grupo Hamas, apoyado por iraníes, constituye una amenaza, pero dijeron que el embargo no debería castigar a las 1,5 millones de personas atrapadas en la Franja de Gaza.
ISRAEL: “DEFENSA PROPIA”
Israel informó que los marines que se descolgaron al Mavi Marmara dispararon en defensa propia después de que los activistas los golpearan con garrotes, los atacaran con cuchillos y les arrebataran dos pistolas a quienes realizaban el abordaje.
En un discurso al Parlamento israelí, el viceministro de Defensa, Matan Vilnai, explicó que dos de los activistas muertos durante las acciones recibieron disparos tras utilizar dos revólveres para herir a dos soldados.
El capitán del barco Gazze, de bandera turca y que llevaba la mayor parte de la carga humanitaria, indicó que el convoy estaba a 110 kilómetros de las aguas territoriales de Israel cuando vio luces en el mar y helicópteros acercándose. Luego los comandos israelíes abordaron el barco y sometieron a la tripulación.
“Nos apuntaron con dos armas a la cabeza de cada uno de nosotros”, aseguró el capitán Huseyin Tokalak en una conferencia de prensa en Estambul después de que Israel lo liberó. No hubo víctimas en su embarcación.
Vilnai declaró que se emitieron alertas por radio a cada uno de los seis capitanes de que estaban ingresando a “una zona de bloqueo” y que podían dirigirse a Israel para descargar allí la mercancía. También señaló que la Armada tiene grabaciones de los capitanes respondiendo con groserías.
“No sabía que había tantas malas palabras en idiomas extranjeros”, añadió Vilnai. Ahmed Brahimi, un argelino que aseguró estar a bordo del Mavi Marmara, contó a Reuters por teléfono desde Jordania: “No estábamos armados. No fuimos allí para pelear”. Luego agregó: “Utilizamos palos y todo lo que pudimos encontrar para defendernos y detener el asalto”.