—¿Qué clase de abogada soy, que no he podido sacar a mi cliente de la cárcel en treinta años?
—(La mejor).
Estamos en una conferencia académica en Denver. El hotel queda tan lejos del aeropuerto como de la ciudad. Es una conferencia de académicos puertorriqueños. Una nota sobre los académicos: son casi tan insoportables como los abogados. No hemos salido del hotel en 36 horas. El cliente de la abogada hace 36 horas de encierro en un abrir y cerrar de ojos. Se llama Oscar López Rivera. Ella se llama Jan Susler. Jan habla de Oscar y llora.
Eso no lo enseñan en las escuelas de Derecho. Me refiero al caso de Oscar. Para llorar no hace falta hacer estudios graduados. Basta con dedicarle décadas de trabajo a causas ¿perdidas? ¿imposibles? Jan no utilizaría ninguno de esos términos para describir la lucha por la excarcelación de Oscar. No obstante, ella habla y nosotros lloramos.
—¿Qué clase de abogada soy?
—(La única que vale la pena ser en la vida).
En las conferencias de académicos, las conversaciones sobre café son más comunes que las conversaciones sobre justicia. Es como asistir a la escuela de Derecho. Una nota sobre las escuelas de Derecho: son causas ¿perdidas? ¿imposibles? En la Isla, más estudiantes de escuela pública han visitado la cárcel como parte de su educación formal que estudiantes de Derecho. Quiero llorar.
Jan habla sobre cómo la comunidad de académicos puertorriqueños puede sumarse a la causa por la excarcelación de su cliente. Habla sobre la necesidad de escribir sobre el caso y dictar clases y organizar conversatorios y firmar peticiones. Por aquí una petición: que todos los y las abogadas seamos como Jan, que no haya más presos como Oscar. ¿Acaso todos los presos serán como Oscar? Es una pregunta para la comunidad académica y jurídica. La podemos atender con café. Y con llanto, de ser necesario.
De Jan aprendí que ni “perdida” ni “imposible” son palabras aptas para una conversación en torno a la justicia. Los nombres propios de la justicia en este caso son Abogada y Cliente. Los del amor, Jan y Oscar.
Hasta su regreso.
Guillermo Rebollo Gil es ensayista, poeta, sociólogo, abogado y profesor universitario. También es parte del grupo de colaboradores permanentes de Diálogo Digital.