Infierno, bondad, terquedad y resiliencia son características que se pueden utilizar para describir a la comunidad de la Península de Cantera, comunidad que se ha mantenido en pie de lucha y en constante progreso por décadas. Uno de los líderes más importantes de esta lucha es José “Chago” Santiago Reillo, residente del Barrio Korea por más de 60 años. Aquí Don Chago, en nueve citas (colocadas en itálico) sobre su vida en la Península.
Su impresión al llegar a Cantera
Ya a los cinco años uno tiene conciencia de muchas cosas, y cuando yo y mis cinco hermanos nos encontramos con esto fue como comparar la cara y el trasero. De una campiña verde, hermosa y lluviosa, las mañanas frías con neblina en la casa irnos a un sitio donde habían unos mosquitos que con ‘J’ la vida te la querían arrebatar, unos sapos que hacían ruidos como los toros, no había luz, el agua la tenías que ir a buscar a 300 o 400 metros de tu casa… fue un año difícil.
Su nostalgia por Cantera al mudarse a Estados Unidos
Tuve problemas, yo lloraba todas las noches por la necesidad de estar en casa. Mamá Borinquen me llama, me llaman los coquíes. Yo le pedía a mi mamá que sacara el teléfono por la ventana para escucharlos… Estuve tres años allí sufriendo; porque el sueldo no te calma las ansiedad ni el amor por la patria. Finalmente me vine aunque no tuviera trabajo.
Su comienzo como líder comunitario
En los años 80, comenzaron a sacar gente de Tokyo y yo aprendo a tratar de salvar la gente con grupos. A ellos los sacan disque porque el agua estaba mala y por la contaminación, pero embuste, allí construyeron el Choliseo. Aprendí que lo que era malo para la gente pobre era bueno para los ricos. Muchos de los que vivían allí estudiaban en Einstein, entonces lo que hicimos fue darle educación de empoderamiento al estudiantado, la familia y con los Mitas. Así se fue desarrollando un grupo de personas conscientes de la importancia de quedarnos, de no permitir los desalojos.
El impacto del huracán Hugo en la comunidad
Hugo nos revienta, acaba con todas las casas que eran mixtas: cemento, madera y zinc. Se quedan más de mil casas, fue como si el cuerpo perdiera la cabeza. Entonces la comunidad hizo algo bien importante: me maravilló que la gente, enseguida que pasó el huracán, se tiraron a la calle a limpiar y buscar las maderas que se había lleva’o para reconstruir las casas a los viejitos, a las madres solteras. La misma comunidad hizo suyo el dolor y comenzó a palearlo con ayuda.
Sobre lo que propulsó la unión comunitaria
Hay veces que si tú no tienes una crisis no haces algo, si no hay una necesidad imperiosa, no haces algo. Cuando es tu casa, la de tus hijos, tu familia la que está en peligro, pero más allá, todos, de desaparecer tú te llevas por el medio a quien sea. Pero qué hizo Cantera, se educó, dijo yo quiero participar, quiero que tomen en cuenta las propuestas de la comunidad. Que no sea de allá para acá, sino todo lo contrario. Que haya comunión entre los que toman las decisiones y los afectados, que somos nosotros.
Lo que distingue al Proyecto de la Península de Cantera de otros proyectos
Cantera estableció muchos hitos: participación en la toma de decisiones, traer la universidad a la comunidad, participar en igualdad de condiciones en la toma de decisiones que afectan a la comunidad en una mesa horizontal, lograr que los políticos dirigieran los recursos sin escatimar, un constante desarrollo de liderazgo, establecer política pública y on and on and on. Cantera ha sido el proyecto comunitario más impactante en la historia de Puerto Rico viniendo de la comunidad.
La intervención del punto en el establecimiento del proyecto comunitario
Ellos una vez preguntaron cómo podían aportar al proyecto, podemos comprar y yo rápido les dije: “No, yo no quiero que tú gastes un solo chavo en el proyecto, lo que quiero es que no jodan con el proyecto”. No es hacer como Escobar y pagar la deuda externa; yo no vendo drogas y tú no organizas comunidad. Y han sido unas líneas paralelas de respeto que no se han violado nunca.
Sobre la percepción de que Cantera es un lugar peligroso
Si tú coges la analogía de los nombres de los sitios de aquí: Último Chance, Bravos de Boston, Corea… todos exudan violencia. Pero este es el sitio más tranquilo del mundo, aquí viene gente buscando mejores posibilidades para su familia. Mi experiencia en Cantera ha sido buena, si no hubiese venido no hubiese podido estudiar. Me hubiese metido a las cañas sabes. La gente mide mi vida como exitosa y yo no creo que hubiese tenido ni la mitad de los logros que obtenido si no estuviera en otro sitio.
El por qué de su permanencia en Cantera
Una vez me preguntaron que por qué si mi esposa, yo y mis hijos habíamos estudiado no nos habíamos ido… pero, ¿cómo tú vas a desarrollar una comunidad sin ejemplo? Aquí nosotros somos lo atípico, somos los blanquitos, pero el ejemplo empieza por la casa. Y para mí quedarme en Cantera ha sido una bendición porque hemos podido acceder al poder sin vender el alma. Cantera ha sido mi universidad, en el espacio donde la gente se cayó y se rompió la espina dorsal, nosotros triunfamos…Amén.
Este escrito es una versión resumida de una entrevista en profundidad que formará parte de un libro que publicará el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan sobre historias de vida en la “Ciudad de las Aguas”. Fue parte de los trabajos del curso “Retratos: la entrevista creativa y en profundidad” de la Maestría en Comunicación de la UPR que se desarrolló de agosto a diciembre de 2015, a cargo del Dr. Mario E. Roche.