Un antiguo taller de ebanistería para confinados en la desaparecida cárcel de Oso Blanco se convertirá próximamente en uno de los laboratorios ambientales más avanzados a nivel mundial, gracias a un acuerdo de colaboración firmado hoy entre la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y el Fideicomiso de Ciencia, Tecnología e Investigación (FCTI) de Puerto Rico.
El acuerdo establece que el Laboratorio de Investigaciones Ambientales (LIA) de Puerto Rico se mudará a unas nuevas instalaciones en la Ciudad de las Ciencias en los predios del FCTI, donde en el pasado estuvo ubicada la penitenciaría estatal. El laboratorio se encuentra en la primera fase de construcción y se espera que sea culminado en verano de 2016 a un costo aproximado de dos millones de dólares, financiados inicialmente por el FCTI.
“En el umbral de los 45 años de la Junta, el LIA redoblará esfuerzos para realizar investigaciones científicas sobre diversos asuntos ambientales. Se fortalecerá también el cumplimiento con la política pública ambiental estatal y federal, así como la conservación de los recursos naturales y ambientales”, aseguró en la conferencia de prensa Weldin Ortiz Franco, presidente de la JCA.
Ortiz Franco dijo que durante varios años la entidad gubernamental había buscado reinstalar su laboratorio en una instalación que no solamente fueran más grande, sino que también se ajustara a las operaciones y las actividades típicas de un laboratorio.
“Teníamos la preocupación por años de que queríamos buscar un sitio que fuera hecho a la medida para las operaciones que nosotros llevamos a cabo. (El acuerdo) nos pareció una iniciativa muy dirigida a las particularidades que nosotros necesitábamos”, apuntó.
Ortiz Franco explicó a Diálogo que durante los pasados la JCA años ha intentado reducir gastos por concepto de renta de los espacios de laboratorio. En ese sentido, el acuerdo establece que la entidad gubernamental pagará al FCTI 16 mil dólares mensuales, que incluye la renta y el pago de la construcción del edificio en un plazo de cinco años.
El presidente de la JCA afirmó que la mensualidad representa un ahorro dado que el pago de renta que efectúan actualmente sobrepasa los 20 mil dólares. La junta logrará además un ahorro en términos de contratos con otros laboratorios, pues el nuevo espacio contará con el equipo necesario para realizar pruebas científicas que ahora mismo no puede llevar a cabo, como algunos análisis de mercurio, metales y terrenos, aparte de las casuales pruebas de agua y aire.
El edificio, que ocupará un área de 16 mil pies cuadrados, será dotado con equipos, instrumentación y recursos modernos de calibre mundial. La plantilla actual de empleados del LIA cuenta con 24 profesionales en química y biología, así como científicos auxiliares.
Se espera que la expansión del laboratorio permita agrandar la cantidad de empleados, al tiempo que servirá de espacio para practicantes universitarios y colaboraciones de investigación científica por medio de subvenciones del fideicomiso y otras propuestas.
Según Luz Crespo, presidenta del FCTI, el espacio va a poder ser utilizado para desarrollar y probar nuevas tecnologías en el área de desarrollo e investigación ambiental.
“Esta creación de infraestructura científica es uno de los objetivos estratégicos más importantes que nosotros tenemos, porque nos ayuda a asegurar el desarrollo de nuevas tecnologías y a la vez potenciar la empresa (tecnológica) y ambos elementos para nosotros son fundamentales para poder aumentar la capacidad de innovación y adelantar nuestra misión, que es transformar a Puerto Rico en un centro de innovación reconocido a nivel global”, señaló Crespo.
Parte de la ampliación incluye un área para recibir visitas y promover la interacción con la comunidad. La intención del fideicomiso es que las personas conozcan en qué consiste el trabajo que realizan los científicos de la JCA.
“Desde el día uno el FCTI quería incorporar ese aspecto de más interacción con la comunidad y espacio para investigadores en el área de las ciencias ambientales; ofrecerles esa oportunidad de no meramente el espacio físico, sino colaboraciones de investigación entre el fideicomiso o entidades de investigación, con la JCA como un agente impulsador”, indicó por su parte el licenciado Iván Ríos Mena, principal oficial de operaciones del FCTI.
“Es un modelo de cómo una agencia de gobierno puede aportar realmente a una misión de País, más allá de la reglamentación y regulación, para adelantar la ciencia y tecnología”, agregó Ríos Mena.