Allí, en un anfiteatro repleto de jóvenes, los escritores Guillermo Arriaga, Héctor Feliciano e Ignacio Martínez de Pisón, conversaron sobre la literatura, esa creación artística que levanta multiplicidad de emociones en los lectores y, a veces, hasta devela verdades que de otra forma no podrían ser contadas.
Fue en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), como su casa, y en un teatro como su sala, en donde los autores le contaron al público detalles de sus procesos creativos durante la inauguración del Festival de la Palabra 2012.
"La literatura me ha dado mucho más a mí de lo que yo le he dado a ella", dijo el escritor español Ignacio Martínez de Pisón durante su primera alocución en el conversatorio.
Para el mexicano Guillermo Arriaga, por su parte, los libros le brindan al lector la oportunidad de reinventarse. "Creo que a veces un libro te da una respuesta a una ligera clave para saber hacia dónde ibas o recordar hacia dónde ibas", opinó.
Pero, ¿de dónde surgen las historias que escriben?
El periodista puertorriqueño, Héctor Feliciano, expresó que surgen de una conversación. Feliciano comentó que uno de sus libros surgió tras una pregunta retórica que le hiciera uno de sus entrevistados. Eso lo llevó a sacar su uniforme de detective y adentrarse en la búsqueda de lo prohibido.
"De ahí voy a buscar en los archivos y a ver en las personas, es decir a buscar entre fuentes vivas y fuentes muertas. Voy a donde una archivista francesa en el Archivo Nacional y le pregunto si sabe de los documentos, si los puedo consultar. Y ella me dice: 'jamás usted tendrá acceso a estos documentos'. Y eso es algo que nunca se le dice a un periodista", recordó.
Por otra parte, Martínez de Pisón, quien comenzó a escribir desde que tenía 20 años, indicó que los escritores se convierten en amigos de vidas ajenas.
"Creo que algunos libros tienen que ver con hablar con la gente, con cosas que te cuentan los demás. No todo puede salir de mis recuerdos, no todo puede salir de mis propias experiencias, sino que quiero robar un poco a los demás. Voy robando sus historias, voy robando sus voces, voy robando sus vidas, en este caso el escritor se convierte en un amigo de las vidas ajenas. Nos vamos aprovechando de las cosas que le pasan a los otros para llenar nuestros libros", explicó.
En el caso de Arriaga sus historias parten de un referente muy cercano y conocido. "Yo no sé si mi vida sea muy interesante o no, pero solo he estado escribiendo de mi propia vida y de las cosas que me han pasado", dijo.
Arriaga, autor del guión de 'Babel' (2006), contó que su película, 'Amores Perros' (2000), surgió de las incidencias que éste tuvo con el perro de la familia durante su niñez.
"Mi perro llegó a matar a 130 perros del vecindario", comentó.
Para el periodista, Héctor Feliciano, uno de sus libros surgió tras una pregunta retórica que le hiciera uno de sus entrevistados.
De otro lado, Martínez de Pisón, expresó que los escenarios en el que se desarrollan las historias pueden estar situados en cualquier lugar o época del mundo ya que tiende a hablar de temas universales.
No obstante, tanto Martínez de Pisón como Arriaga desarrollan historias que traspasan el papel y trascienden a una dimensión bidimensional al contar anécdotas para la pantalla grande.
"Los guiones son como la narración reducida a su más pura expresión. Ahí es que se sabe si un escritor sabe narrar o no. Hablando de contar historias, hablando de narrar, el guionista se enfrenta al desafío de narrar de la forma más sintética y directa posible, algo que por supuesto en las novelas no se si se deba hacer", dijo el también escritor de 'Chico y Rita' (2010)
Por su parte, a Arriaga ve el cine como literatura y por ello le parece peyorativa la palabra guión.
"Que sea reducida a 'una guía de' me parece triste. Me parece que en ese sentido es un acto de colaboración de los creadores. Yo si creo que es literatura. Yo lo escribo como liteartura. A mi cuando me dicen: ¿y cuándo vuelves a la literatura? y yo 'pues nunca me fui'. ¿Por qué consideran que el cine es menor que el teatro, por ejemplo? Por que una obra de teatro es una obra de teatro y el cine es un dramaturgo menor. El cine es seducción. Para poder seducir a todos los actores, productores, financieros, directores, etc., hay que construir una obra que tenga una intensidad y una belleza en el lenguaje", consideró el literato.
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