“El trabajo social tiene la responsabilidad de contribuir a la transformación y a la equidad de géneros”. Así lo manifestó la doctora Lillian Albite, directora Interina de la Escuela Graduada de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Por eso, y en conmemoración del Mes de la mujer trabajadora, los estudiantes y profesores de la escuela graduada Beatriz Lassalle realizaron el foro: “La trata laboral y la mujer inmigrante: condiciones de empleo y violencia”, donde las panelistas Jenice Vázquez Pagán, Olga Bernardy Aponte y Marisol Justiniano Aldebol compartieron sus experiencias profesionales como administradoras y trabajadoras sociales. Durante el evento, las conferenciantes analizaron y dialogaron sobre el rol de las mujeres administradoras en el contexto histórico, político y cultural. Además, invitaron a promover el diálogo multisectorial y la perspectiva de género.
Como administradora del Departamento de Administración para el Cuidado y Desarrollo Integral de la Niñez del Departamento de la Familia (DF), Bernardy Aponte sostuvo que el proceso de estigmatización y discrimen hacia la mujer comienza en las propias políticas sociales de las organizaciones gubernamentales.
Planteó, como ejemplo, que el DF cuestiona quién es el padre de cada uno de los hijos de la mujer, manifestando con esto, de antemano, un prejuicio sobre las mujeres que han tenido más de un esposo o compañero.
La Administradora relató que cuando comenzó a trabajar en la agencia gubernamental se encontró con que habían diferencias abismales entre los salarios de los hombres y de las mujeres, cosa que procuró erradicar inmediatamente.
Bernardy Aponte, quien aseguró haber trabajado durante toda su vida a favor de los derechos de mujeres y niños, pronto defenderá su tesis doctoral titulada “Empatando la pelea: la seguridad alimentaria de madres”. Según los hallazgos de su investigación, las mujeres con jefatura de familia tienen más seguridad alimentaria que aquellas que se mantenían con sus esposos, pues manejan el dinero de forma más efectiva.
Por su parte, Marisol Justiniano, argumentó que el concepto de justicia no es igual al de justicia social, pues esta última va más allá de lo que plantea el Derecho. Como jefa de la Oficina de Servicios Sociales en la Administración de Tribunales, Justiniano expuso que durante su experiencia trabajando en las salas de los tribunales, en varias ocasiones se vio obligada a tener que cumplir con lo que decía la ley, aunque esto no respondiera a las necesidades que tenía la familia.
La Directora señaló que según la ley “en igualdad de condiciones” la madre siempre tendrá la custodia de sus hijos. Sin embargo, el mandato adjudica la responsabilidad de criar a los hijos a la mujer. Por eso, la trabajadora social añadió que para poder ser justos y alcanzar la igualdad de condiciones las cosas deben mirarse desde una perspectiva de género.
También habló sobre el discrimen hacia la profesión del trabajo social y cómo esta ha sido feminizada. Según explicó, un estudio reveló que de 190 personas que trabajan como trabajadores sociales en los tribunales, menos de 10 personas son hombres.
Asimismo, Jenice Vázquez Pagán, administradora del Departamento de Desarrollo Económico de la Familia del DF, aclaró que el hecho de que haya más mujeres en el campo laboral no significa que sea más fácil la tarea. Vázquez Pagán apuntó que “es un reto trabajar con mujeres que pueden ser incluso igual de opresoras que los hombres”.
Según la también abogada y sus compañeras panelistas, las mujeres que alcanzan posiciones de jefatura suelen reproducir las conductas patriarcales con las cuales han sido socializadas por tanto tiempo. De esta forma, Vázquez Pagán explicó que la imagen patriarcal del jefe fuerte y severo pone en duda la capacidad de aquellos que intentan ser más conciliadores y negociadores con sus empleados.
Justiniano Aldebol añadió que al convertirse en directora del Departamento tuvo que “demostrar que yo podía administrar” pues al ser mujer tenía puestos sobre ella los ojos de todos, especialmente de los abogados y de los jueces.
El reto que deben ponerse las organizaciones es “crear una estructura que pueda mirar la organización, el contexto de la organización, las políticas que inciden en la organización desde una perspectiva igualitaria, equitativa y con perspectiva de género” , argumentó Vázquez Pagán.
Por eso, Justiniano Aldebol recalcó la importancia de que los trabajadores sociales se preparen para administrar desde ese ángulo, posición desde la cual pueden provocar políticas públicas que promuevan la igualdad y la justicia.