…in the absence of a kind of unifying vision, like Haussmann’s Boulevards [in Paris], and in a city that’s become…messy over time,
you have more room to insert your own aestheticizing vision.
China Miéville
Camínala de día o de noche y es obvio, la Calle Loíza en Santurce no es igual a su hermana la Calle McLeary. No son tan solo los lenguajes sugestivos de sus nombres lo que diferencia a estas dos rutas paralelas. Entre las distinciones más notable se encuentra el ambiente que fomenta el lugar que ocupa en la región costera de Santurce.
La McLeary es una calle que te lleva a la playa entre sombreros de paja, sandalias de meter el dedo, mujeres que visten bikini y hombres en traje de baño hasta la rodilla, mientras que la Loíza es puro urbanismo contemporáneo.
Vista de la Calle Loíza. Foto por Iván Pérez.
Sus aceras no tienen estacionamiento para los locales que la encausan, por lo que se puede caminar cómodamente. La mayoría de sus edificios son de una arquitectura prosaica y utilitaria que evoca el cine neoyorquino de la década del setenta (piensa en The French Connection o Taxi Driver); los cables de electricidad que cuelgan y cruzan su cielo al azar parecen ser la maniobra de una araña alcohólica.
Estos elementos se unen para fomentar ese ambiente único de barrio que es metropolitano y a la vez íntimamente local. Gracias a la labor de vecinos y varios negociantes estrenando locales en la Calle Loíza, recientemente se le añade un nuevo capítulo a su historia.
Nuevos en la Loíza
La cita del novelista China Miéville al principio de este texto alude a las posibles lecturas que se le pueden hacer a una ciudad, a la visión que quiere encontrar nuevas estéticas en las partes que ya componen una metrópolis. Cada uno de los entrevistados, negociantes, historiadores y residentes por igual, tienen lecturas que se ajustan mientras siguen llegando nuevos vecinos y la cosa mejora o empeora. Hay nuevos inquilinos en la Loíza este año y comparten sus esperanzas y ansiedades, cambiando también la narrativa urbana.
Mónica Oquendo, codueña junto a Luis “Tito” Rivera de la tienda de segunda mano y consignación Electroshock, contó sus experiencias con su segundo establecimiento en la Calle Loíza. Tras lograr mantener abierta su tienda original en Río Piedras desde el 2011, los dueños de Electroshock estuvieron un año queriendo llegar a Santurce hasta que finalmente lo lograron.
Su nueva tienda en la Loíza es igual de espaciosa y cómoda que la de Río Piedras y su interior de azul neón y anaranjado permite conservar un estilo que alude a la década de los años ochenta y noventa. La estética de su ropa y bisutería apela a ambos boricuas y extranjeros de visita, ya que es evidente el escogido cuidadoso de piezas funcionales para el ambiente puertorriqueño. Ubicar el nuevo espacio de Electroshock en la Loíza fue una decisión acertada en términos de mercadeo.
“[La Calle Loíza] es bastante peatonal, tiene la gente que vive en Santurce que es bien trendy pero también tiene mucho turista. Hay muchas cosas abriendo que llaman gente”, explica Mónica.
Mónica Oquendo atiende a sus clientes en la fiesta de apertura de Electroshock en la Calle Loíza. Foto por Supakid.
Entre esas muchas cosas que están abriendo se encuentra su vecina en la misma cuadra, Len-T-juela, otra tienda de ropa pero con un enfoque diferente. Valeria Bosch Batista es una de las dueñas de Len.T.juela y quien recibe a los clientes en la entrada. Cuando entras a su boutique, que ostenta una estética vintage, te espera con sonrisa afable y mirada abierta. Luego de ofrecer un café, cuenta cómo siempre quiso abrir una tienda en la Calle Loíza.
“Siempre dije ‘si tengo una tienda, me gustaría que estuviera en la Calle Loíza’. Creo que se mantiene como esa esencia de pueblo de caminar, cosa que no ves en muchos sitios”, relata Valeria.
La Loíza también ha traído a Vanessa Díaz Negrón y Manuel Collazo, dueños del restaurante y deli vegetariano Cocobana Café, que emplea a siete trabajadores y, aunque ya cuenta con la clientela que visitaba su antiguo local en la McLeary, invitan a disfrutar de su cocina a todos los que puedan. Vanessa resalta que le encanta su nueva localización, que es mucho más visible que la anterior y se ríe de la ironía de estar vendiendo comida vegetariana frente a su vecino, un McDonald’s.
Cocobana Café le trae color a su esquina de la Calle Loíza. Foto suministrada.
Por su parte Irmarie Vargas, co dueña del Color Conspiracy Tattoo Gallery cuenta que desde que se preparaba para abrir su negocio muchos de los vecinos ayudaron, prestándole escaleras y extensiones eléctricas. “Recomendamos a nuestros clientes otros negocios o planificamos eventos especiales en el área, nos mantiene activos, vivos y open for business", narra.
También el equipo de trabajo de Double Cake Baking Studio está emocionado con el prospecto de unirse a la nueva Calle Loíza. “Creemos que la Loíza se encuentra en un momento crucial, en donde están pasando muchas cosas chéveres”, confirma Yaritza Lozano, quien junto a Orlando Santiago lleva las riendas del negocio casero. Con su asistente en la cocina, Kassandra de Jesús, los chicos de Double Cake confeccionan sabrosos y elaborados bizcochos en cuantas formas sus clientes puedan imaginar. “El concepto del negocio es de una repostería, un espacio donde puedes tomarte una taza de café con algún dulce, disfrutar de wifi y un área acogedora”, explica Yaritza. La repostería de Double Cake abre a finales de este verano, al lado de Len.T.juela.
Yaritza Lozano prepara una de sus meticulosas y dulzes confecciones. Foto suministrada.
Lo que había en la Loíza
Conversando sobre la historia de la calle, el arquitecto Edwin R. Quiles Rodríguez hace énfasis en la importancia de la ciudad peatonal. Según el también catedrático y urbanista, esta vía santurcina “debe su fundación, su razón de ser, al hecho de que era la conexión entre Cangrejos, Piñones y Loíza. Eran como un trío de asentamientos afro puertorriqueños […] así que la calle de Loíza era el camino de Loíza que conectaba esos tres asentamientos”.
El profesor también profirió su opinión sobre la necesidad de conectar el pasado de la calle con su futuro, recalcando la importancia de incluir a los vecinos residentes en su proceso de revitalización urbana. “Creo que esa planificación tiene que ver mucho con estimular el desarrollo económico, revitalizar la oferta de vivienda adecuada, porque si la gente vive allí, también compra allí”, expresa Quiles, recordando cómo el área se ha mantenido viable, en parte, a una comunidad activa de puertorriqueños e inmigrantes de la República Dominicana que ocupan sus residencias.
Nuevos capítulos en la historia de la Loíza
Mariana Reyes Angleró vive en la Loíza hace diez años y mantiene el blog lacalleloiza.com, una página híperlocal con la que pretende fomentar el crecimiento de la comunidad de ese entorno por el que tiene un cariño palpable. Una página híperlocal es un website cuyo propósito es informar a todo el que interese sobre lo que pasa en la comunidad de un barrio o condado determinado. Como periodista de profesión, Mariana considera que la Loíza se beneficia de una página web exclusivamente dirigida a comunicar lo que pasa en su calle al resto de la Isla. Antes de mudarse a Santurce y encariñarse con la Loíza y sus habitantes, Mariana vivió en Nueva York, ciudad en donde páginas de ese tipo son comunes.
Cuando ella y su marido regresaron a la Isla, llegaron con ganas de trabajar y otros planes que implementaron en su nuevo entorno santurcino. En el 2013, junto a un grupo de vecinos, Mariana organizó un festival callejero que se dio a finales del verano pasado. La Fiesta de la Calle Loíza, al igual que la página web, pretendía fortalecer la personalidad única de la calle y compartirla con el que la quisiera experimentar.
“Desde que regresamos [mi esposo y yo] a Puerto Rico, siempre tuvimos los dos la idea de que aquí habían muchas cosas pasando y que había que hacer un junte. La idea era hacer esa muestra de lo que ocurre aquí habitualmente”, cuenta Mariana, apuntando a las razones que inspiraron el festival. La Fiesta de la Calle Loíza tuvo música, arte y recorridos históricos del área y repetirá el primer fin de semana del próximo agosto.
La Fiesta de la Calle Loíza se repetirá este año en el primer Domingo de agosto. Foto por Ricardo Alcaraz.
Como parece estar ocurriendo en la Calle Loíza, en ocasiones se mejoran los espacios de maneras inesperadas. De un momento a otro, es posible cambiar para bien las rutas por las que andamos. La comunidad de negociantes de la Loíza tienen sugerencias y deseos claros para el desarrollo de su calle. Exigen y necesitan más transportación pública o por lo menos un estacionamiento, luces y zafacones, así como habilitar la calle para ciclistas. Lo cierto es que con su propia intrepidez y ayuda, estos nuevos pobladores han logrado mucho con poco, están revitalizando la Calle Loíza.