El plátano y su primo, el guineo, son plantas que provienen del sur y sureste de Asia, cerca de un país llamado Malasia. De ahí las plantas se introdujeron a casi todos los países tropicales. Se cree que las primeras matas de guineo y plátano llegaron al Caribe, a La Española en particular, cerca del año 1516.
Un dato curioso de las plantas de plátano y guineo es que, al no ser leñosas como los árboles de mangó y quenepa, se clasifican dentro de la familia de las hierbas. ¡Por su tamaño de entre 6-8 pies, a esta hierba no hay podadora de grama que le meta mano!
Otro dato interesante es que aunque las frutas de casi todas las plantas sirven para crear semillas y asegurar la supervivencia de la especie, el plátano y el guineo son frutas que no tienen semillas viables. Así que si alguien le hace el cuento de que para tener matas de guineo hay que sacarle los puntitos negros de adentro de la fruta y sembrarlos, lo están cogiendo de bobo. Sepa usted que, al igual que la bambúa, las plantas de guineo y plátano se reproducen por “hijitos” que salen de la raíz.
¿Quién no ha escuchado que ser puertorriqueño es tener la mancha del plátano? Esta expresión de orgullo por la patria todavía sobrevive, aún en la era de la televisión digital, los teléfonos portátiles inteligentes, los viajes espaciales y la nanotecnología.
El origen de este autóctono decir está perdido en la historia. El juanadino Luis Lloréns Torres, en su poema “La mancha del plátano”, describe la mancha como una “que ni el jabón ni la plancha quitan de encima de mí” y que el puertorriqueño “llevará siempre la mancha por secula seculorum,” es decir, por los siglos de los siglos. A lo que se refiere el poeta es que, sin importar nuestra condición socioeconómica ni los carros caros ni la ropa fina ni las mansiones “accesadamente controladas”, llevamos nuestra historia, cultura y puertorriqueñidad en el corazón donde quiera que vamos.
Lo que Luis Lloréns Torres probablemente no se preguntó a principios del siglo XX fue por qué el plátano mancha, o sea, qué tiene la savia de las matas de guineo y plátano que se pega a la piel y daña la ropa con su increíble transformación de color lechoso a color marrón oscuro.Un grupo de científicos de Tailandia (que para mí debieron haber sido científicos puertorriqueños dada la relevancia de la mancha de plátano en la cultura popular boricua), analizaron el contenido bioquímico de la savia de Musa balbisiana, Musa laterita, Musa ornate y Musa acuminata, cinco especies de plantas de guineo y plátano.
La razón del estudio fue identificar qué sustancias químicas hay en la savia y cuáles podrían tener aplicaciones médicas. De hecho, el extracto de guineo y plátano se ha usado históricamente en algunos países para controlar la diarrea, detener el sangrado, promover la cicatrización de heridas, matar gérmenes y reducir la inflamación.
Para su experimento, los científicos usaron una prueba de cromatógrafo. Este instrumento permite identificar todas las sustancias dentro de una mezcla ya que cada compuesto tiene propiedades químicas y físicas únicas.
Los investigadores identificaron más de 12 sustancias, aunque probablemente este número es sólo una fracción de todos los compuestos en la savia del plátano y del guineo. También se identificó tres grupos orgánicos directamente relacionados a la mancha de plátano. Una enzima llamada polifenol oxidasa acelera una serie de reacciones químicas que producen pigmentos marrones, de ahí el cambio de color. Además se encontró acetilserotonina y melatonina, sustancias que también contribuyen al cambio de color de la savia y al proceso de maduración del plátano y el guineo.
Otros compuestos químicos en la savia que podrían tener aplicaciones en la medicina incluyen la dopamina y la quercetina (contrae los vasos sanguíneos y reduce el sangrado), el ácido clorogénico (antioxidante), la naringenina (modulador de colesterol), la miricetina (anti-neurodegenerativo) y la apigenina (anti-cáncer).
Aunque la cultura mantiene la mancha de plátano en la conciencia colectiva del puertorriqueño, la ciencia nos permite explicar por qué cambia de color y cómo podríamos usarla para mejorar nuestra salud. Aunque el estudio bioquímico de la savia del plátano está en sus inicios, tampoco vaya usted a creerse que la savia es medicinal y se tome una cucharada. ¡A lo mejor se le mancha la lengua!