¿Te haz sentido pesimista con todo lo que está pasando en el mundo?, ¿Te haz sentido impotente ante la crisis financiera? ¿Haz estado ansioso, nervioso o deprimido porque el dinero no te da? No eres el único. De acuerdo con el sicólogo clínico, Ricardo Jiménez Reyes, la reacción colectiva a raiz de la crisis económica es de desasosiego y, a veces, de desesperación. Esta combinación explosiva de emociones genera conductas violentas en las personas. “En los momentos de crisis, además de desestabilizarnos, también de alguna manera se exacerba si soy propenso a depresión, si soy propenso a ansiedad, si tengo problemas para manejo de impulso, manejo de coraje, entonces los actos violentos aumentam, las incidencias de suicidios, que es un acto violento dentro de uno mismo, aumenta y los homicidios aumentan”, explicó Jiménez Reyes. Una crisis deja estragos en los bolsillos del consumidor, pero mas aún, le afecta emocionalmente. Algunas personas ya tienen situaciones difíciles en sus vidas y éstas se agravan con los aprietos económicos, llevándolos a pensar que sus problemas no tienen y jamás tendrán solución. Una de las salidas que pueden encontrar ante la desesperación es acabar con su vida. En Puerto Rico, la tasa de suicidios se ha disparado desde que comenzó el año 2009. La mayoría de las víctimas han sido hombres mayores de 40 años. El hombre, en muchas de las familias puertorriqueñas, es el proveedor económico principal y cuando no puede sostener a su familia se siente que ha fracasado. “Estamos socializados (los hombres) a no necesariamente tener un manejo de emociones adecuado, no se nos enseña eso. Todo el comportamiento de lo que es ser hombre nos hace más propensos, lamentablemente a la conducta suicida”, recalcó Jiménez. No obstante, lo esencial durante estos tiempos es conservar la clama. Jiménez Reyes indicó que es necesario mantener la confianza como parte de nuestro diálogo interno. “Esto va a pasar, ahora estamos viéndolo todo desde la perspectiva del dolor pero hay esperanza”, añadió. No importa la situación económica, es esencial buscar ayuda profesional. Ademas, si conocen a alguien en riesgo, es importante no dejarlo solo. Existen líneas telefónicas y programas como INSPIRA que proveen servicios de terapias gratuitos. Los hospitales siquiátricos atienden emergencias libres de costo.
Este artículo fue publicado originalmente en www.estopasaaqui.com