La noche del 28 de junio del 2015, el periódico The New York Times publicó una entrevista al gobernador Alejandro García Padilla en la que informó al mundo que la deuda de Puerto Rico era impagable. Desde ese momento el déficit presupuestario de la Isla ha sido un punto focal en la palestra pública, que ha producido múltiples foros de discusión y análisis.
Precisamente, este fue el eje temático del simposio La deuda pública y el porvenir de Puerto Rico, auspiciado por la Revista Jurídica de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR). En el mismo, distintos paneles compuestos por exfuncionarios públicos, economistas y profesores aclararon dudas y ofrecieron su opinión acerca de la situación fiscal del País.
Uno de estos grupos de discusión estuvo integrado por el doctor Carlos Colón de Armas, catedrático de la Facultad de Administración de Empresas de la UPR; Ingrid Vila, exsecretaria de la gobernación; Rafael Bernabe, candidato a la gobernación por el Partido del Pueblo Trabajador; y Francisco Catalá, economista y profesor retirado de la UPR.
De acuerdo al profesor Catalá, la crisis parte de relaciones sociales desiguales. Para él, son desiguales sus consecuencias y las medidas que se toman para resolverla porque son los estratos sociales más desaventajados los que ven el impacto de las políticas de austeridad y la reestructuraciones de deuda.
El economista presentó como ejemplo el desbalance comercial que existe en la Unión Europea a favor de Alemania y que es desfavorable para varios de sus socios como Grecia, en donde se vive una gran recesión económica.
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El profesor y economista Francisco Catalá. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Según Catalá, para salir de los problemas de endeudamiento cada país tiene la necesidad de gestar y atraer nuevas actividades económicas. Pero esto debe ir en función de la diversidad de sus mercados, así como la diversidad de sus fuentes de inversión, su infraestructura social (sistemas de educación, salud, entre otros) y física (sistemas de transporte, telecomunicaciones).
Las regiones que buscan progresar maximizan los recursos que les permiten obtener ventajas competitivas. Estas regiones deben tener “disposición al cambio”. Pero sostuvo que “aquí desde hace años tomamos otro rumbo, el rumbo del congelamiento de las ideas. Aquí no están degradados los bonos, aquí lo que están degradadas son las ideas”.
Para Catalá, si no ampliamos nuestra base de producción “estaremos discutiendo sobre la deuda hasta el juicio final. El gran reto de la crisis económica y fiscal de Puerto Rico es enfrentarnos a la debilidad institucional”.
Por su parte, Vila comentó que la crisis, aunque ha tomado prominencia en el ojo público recientemente, no es un tema que se limita a nuestro contexto actual. Para la exsecretaria de la gobernación, Puerto Rico lleva sumergido en la debacle económica desde sus comienzos como colonia estadounidense.
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Ingrid Vila, exsecretaria de la gobernación. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Mencionó que la Isla ha tenido una estructura económica de capital ausente. También, que la corrupción y el inversionismo político, el surgimiento de una elite local cuyo objetivo es obtener beneficios marginales de la situación colonial, la falta de ahorro, la dependencia de fondos federales, la incompetencia en la administración pública, así como la desigualdad son algunos indicadores de un país en crisis.
La ingeniera responsabilizó por el endeudamiento tanto a la “elite política” local, como al Congreso y a nuestra situación colonial. Destacó que dentro de nuestra realidad económica y política la deuda “nunca ha sido sustentable”.
Para Vila, la Isla puede salir de sus problemas económicos pero “tenemos que primero despojarnos de la mentalidad del colonizado y desarrollar la confianza en que lo podemos lograr”. Indicó que implantar medidas de austeridad solo serviría para aumentar la desigualdad de forma más profunda, al tiempo que apuntó al diálogo entre Estados Unidos y Puerto Rico de igual a igual y a la descolonización como medidas necesarias para solventar la crisis fiscal.
Asimismo, durante su intervención, contrario a lo sostenido por el gobierno de Puerto Rico, el doctor Colón de Armas comentó que “la quiebra no se justifica porque la deuda se puede pagar”. El catedrático de Administración de Empresas sentenció que el debilitamiento de la economía de Puerto Rico no es un fenómeno reciente y que data de mediados de los años setenta. Por tanto, comentar que la crisis surge de factores ocurrentes antes o después de este periodo –como las leyes de cabotaje (1920) y el retiro de la sección 936 en el (1993)- no es correcto.
Colón de Armas comentó que no fue la debilidad en la economía la causa de la crisis, sino que la clase política de Puerto “decidió gastar más de lo que tenía” y no utilizó la deuda para invertir.
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Carlos Colón de Armas, profesor de la Facultad de Administración de Empresas de la UPR. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Por su parte, Bernabe se reafirmó en que para lograr que el gobierno de los Estados Unidos y los bonistas escuchen los reclamos de los puertorriqueños, es necesario auditar la deuda, suspender los pagos a los bonistas cuando sea necesario y una movilización del País para respaldar las acciones que tome el gobierno local.
Explicó que una auditoria de la deuda nos permitiría conocer quiénes son lo acreedores, pequeños y grandes, e identificar cuáles son los locales y lo externos. De la misma forma, podríamos identificar si alguna parte de la deuda es ilegitima o inconstitucional.
Criticó al gobierno local por no implementar ninguna de estas medidas y que por el contrario, continúe pagándole a los acreedores. Finalmente, rechazó el apoyo que ciertos sectores del País han mostrado para con la imposición de una junta de control fiscal por parte del Congreso, pues significaría que nosotros no podemos administrar nuestra propia Isla.