En las aves, el canto se les acredita a los machos como una forma de atraer a las hembras de su especie e indicar a otros machos su presencia en un área o territorio particular.
Se sabe que un gran número de las hembras vocaliza, pero dicha vocalización es diferente al canto de reclamo del macho. A estas vocalizaciones, que tienden a ser cortas y repetitivas, se les denomina llamadas. Por ejemplo, el cacareo de una gallina, que es un monosílabo repetido muchas veces, se considera una llamada.
Por otro lado, como hay aves canoras monomórficas, esto es que tanto el macho como la hembra exhiben similar plumaje, siempre se ha asumido que el que canta es el macho. A tales efectos no existen muchos estudios o informes, particularmente en áreas tropicales, que indiquen que la hembra de una especie particular también canta.
La Calandria de Puerto Rico (Icterus portoricensis) es una especie que fue reconocida como endémica recientemente. Previamente se consideraron a las aves de la Española y Puerto Rico como subespecies o razas endémicas. Sin embargo, en el 1999 Kevin Omland y sus colaboradores encontraron suficiente distanciamiento genético (mayor a 5%) entre al menos las poblaciones de las Bahamas, Cuba y Puerto Rico y sugieren que se separen como especies diferentes a las poblaciones de las diferentes islas.
En el 2005, el ornitólogo cubano Orlando Garrido y sus colaboradores encontraron que había diferencias en el plumaje y la vocalización de las aves de las diferentes islas y también sugiere que se separen en especies.
Sin embargo, no fue hasta el 2010 que la Unión Norteamericana de Ornitólogos (AOU por sus siglas en inglés) aceptó a la Calandria de nuestra isla como una especie endémica o única de Puerto Rico.
Para muchos, la Calandria de Puerto Rico es el ave que más bonito canta. Su hermoso y melodioso canto suele escucharse, particularmente, en la mañana y nuestro jíbaro, que se levantaba bien temprano, disfrutaba de este. A tales efectos a una de las grandes trovadoras de Puerto Rico, Ernestina Reyes, natural de San Lorenzo, se le bautizó con el nombre artístico de la “Calandria”. Por su parte, nuestro poeta José Gautier Benítez hace alusión al canto de la calandria en su poema Americana.
Pero, como la Calandria es una especie monomórfica, por mucho tiempo solo se le acreditó al macho cantar. No obstante, en un estudio publicado recientemente (2016) en la revista Journal of Caribbean Ornithology, se informa que la hembra de esta especie también canta.
La ornitóloga Susanna Campbell y sus colaboradores, que incluyeron al puertorriqueño Alcides Morales, marcaron con colores diferentes una serie de individuos de Calandria, a los cuales se les determinó el sexo con pruebas genéticas. Siguiendo a los individuos marcados pudieron determinar que la hembra de la Calandria también canta.
En la gran mayoría de las especies en donde se ha encontrado que la hembra canta, dicho canto suele ser diferente al del macho y, por lo general, es más sencillo o menos complejo. A tales efectos, lo más asombroso del estudio de Campbell es que cuando analizan el canto de la hembra de la Calandria, virtualmente no encuentran diferencias sobre la vocalización que produce el macho.
No se sabe a ciencia cierta cuál es la función del canto de las hembras. Sin embargo, entre las explicaciones que han propuesto los ornitólogos al fenómeno se encuentran las siguientes: que pudiera ser para ayudar en la defensa del territorio de la pareja, para la hembra mantenerse en contacto con el macho particularmente cuando se separan en la búsqueda de alimentos, para coordinar la reproducción (construcción de nido y puesta de huevos) y la hembra solicitarle al macho que copule con esta.
Campbell y sus colaboradores, en vista de su descubrimiento, han propuesto que hay muchas otras especies en el trópico por descubrir en donde las hembras también cantan.