
Cerca de 9.8 millones de electores irán a las urnas hoy en Grecia para elegir un nuevo Parlamento Helénico, y todo apunta a que Alexis Tsipras, candidato del izquierdista Syriza, será el nuevo primer ministro y presidente del cuerpo legislativo griego, aunque tendrá dificultades para conseguir la mayoría absoluta.
Tsipras, ingeniero civil, desbancaría al incumbente y economista Antonis Samara, candidato de la principal oposición, el partido conservador de centroderecha Nueva Democracia. Samara ostenta el cargo desde el 2012.
El proceso electoral se da en medio de la grave crisis económica que arropa a Grecia desde el 2010, cuando se convirtió en el primer país de la Unión Europea (UE) en solicitar ayuda fiscal externa, al declararse en bancarrota.
El país helénico ha tomado prestado más de 278 mil millones de dólares para reestructurar su economía, financiados mayormente por la “troika” -el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la UE.
Entre el contenido programático de Syriza se encuentra, además de terminar con la política represiva de la “troika”, renegociar la deuda y aumentar la inversión pública, ofrecer electricidad gratuita a las personas cuyo suministro fue cortado, así como vales de alimentos distribuidos en las escuelas y el pago de renta para los desahuciados.
Syriza también ha expresado el deseo de que Grecia permanezca en la UE.
Con esas propuestas, el partido se perfila como la opción de los griegos, cuyo malestar general por la recesión ha causado disturbios públicos y huelgas, sobre todo ante el hecho de que el estado de la economía dista mucho de las expectativas prometidas por las medidas de austeridad impuestas por la “troika” desde hace seis años.
Un vivo ejemplo es el desempleo, que ronda cerca del 25.5%, y aumenta a un 50.6% entre la fuerza laboral de 25 a 35 años.
No obstante, subyace en el panorama que una victoria de Syriza también implicaría problemas con otros países de la eurozona. Expertos en el fisco europeo vigilan de cerca el resultado de la elección, pues temen que, de ganar Syriza, Grecia abandone el compromiso de pago de su deuda y se salga de la UE, en una movida discutida anteriormente y que se le ha conocido como el “Grexit”.
El proceso eleccionario en Grecia se adelantó luego de que el Parlamento Helénico, por disposición constitucional, quedara disuelto el 31 de diciembre del pasado año, cuando Stavros Dimas, abogado y candidato presidencial propuesto por la coalición gobernante de Nueva Democracia y Pasok, no lograra conseguir una mayoría absoluta en tres vueltas en ese cuerpo legislativo. La contienda presidencial se resumirá en otras tres vueltas en febrero.
Además de Syriza y Nueva Democracia, otros seis partidos participan de la contienda electoral y esperan obtener alguna representación en los 300 escaños legislativos disponibles, principalmente To Potami (El río), de centroizquierda y proeuropeo; Aurora Dorada, de ultraderecha y que ha sido tildado de neonazi, y el centroizquierdista Pasok (Movimiento Socialista Panhelénico), potencial partido de coalición con Syriza
Aunque con menos empuje electoral, también se encuentran Kinima (Movimiento de Socialistas Democráticos), el Partido Comunista Griego, que se pasea en la centroizquierda, y Griegos Independientes, de centroderecha y que se ha expresado en contra de las medidas de austeridad impuestas.