El depósito de cenizas tóxicas en el vertedero EC Waste en Peñuelas se reanudó recientemente, luego de que el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló Nevárez, impregnara su firma en la infame Ley 40; ley que, como título, dice prohibir el depósito de cenizas tóxicas en Puerto Rico.
¿Cómo es posible que, si se aprobó y se firmó dicha ley, se esté depositando este material en Peñuelas? Sencillo, al Proyecto de Ley se le hicieron unas enmiendas a último minuto, por parte de los asesores del primer ejecutivo, que permiten el uso del material, catalogándolo como beneficioso. Pero… ¿beneficioso para quién?
¿Es realmente necesario producir energía eléctrica a base de la quema de carbón? ¿Existen otros métodos no contaminantes y sustentables? Despues de todo, el pueblo de Peñuelas y la región sur de Puerto Rico ya han sido sacudidas por la contaminación ambiental por mas de 50 años. Esto a causa de grandes proyectos industriales como las petroquímicas, incineradoras, vertederos industriales, la amenaza del gasoducto del sur y, recientemente, el depósito de cenizas tóxicas producto de la quema de carbón para generar energía eléctrica: sin lugar a dudas, un desastre ambiental a nombre del desarrollo económico del país.
La toxicidad de las cenizas, producto de la quema de carbón, no es nada nuevo para aquellos que tienen conciencia histórica. Basta con mirar alrededor del mundo haciendo uso del sentido común para notar las implicaciones al ambiente y a la salud que tienen estas cenizas.
Nuestro país hermano, República Dominicana, recibió nada más que 27,000 toneladas desde el año 2003 y en un periodo de alrededor de cinco años y sufrió las consecuencias desastrosas tanto en la salud de sus habitantes como en el ambiente. Ciertamente, la toxicidad de este producto no debe ser algo en cuestión en estos momentos para aquellas personas que no tienen gríngolas, vendas o estén cegados por la codicia.
Los sucesos que han ocurrido en los pasados días nos deben preocupar a todos como país, pero, para preocuparse, es necesario tener conciencia histórica y ambiental de lo que está sucediendo en nuestra isla hace años. Hoy día, Puerto Rico tiene depositado en su suelo más de 2,000,000 toneladas de cenizas tóxicas. Las implicaciones en la salud y en el ambiente son palpables. ¿Acaso el aumento en el cáncer, las condiciones respiratorias y de la piel, las alergias, la pérdida de cosechas, el aire pesado que respiramos… responde única y exclusivamente a otras variables?
Claro, que no podemos descartar que existen otras fuentes de contaminación, sin embargo, la peligrosidad de la toxicidad de las cenizas, producto de la quema de carbón, amerita que se reaccione de inmediato, antes de que sea muy tarde y no haya retorno al daño al ambiente y a la salud. Para esto, es necesario tener la conciencia histórica y ambiental que tienen los manifestantes del Campamento en Contra de las Cenizas en Peñuelas y todos aquellos que han dicho presente de forma solidaria en esta lucha por el ambiente, la dignidad y la vida humana.
El autor es colaborador del Instituto Nacional de Energía y Sostenibilidad Isleña (INESI), y profesor de la Universidad de Puerto Rico en Ponce.