La Universidad de Puerto Rico (UPR) se ahorró sobre $121 millones en gastos en el año fiscal 2015-2016 y espera reservarse otros $113 millones en el corriente 2016-2017, según salió a relucir en las vistas de transición llevadas a cabo ayer, lunes, en el Departamento de Estado.
De la mano de la presidenta interina, la doctora Celeste Freytes, y el director de Finanzas de la institución, Norberto González, la UPR presentó un documento en el que esboza el estado en que el nuevo gobierno de Ricardo Rosselló tomará las riendas de la institución.
Según la presentación, para el año fiscal 2015-2016, la universidad se ahorró sobre $20 millones tras reducir en un 5% el pago a contratos de personal docente y no docente, las compensaciones adicionales y el pago del bono por funciones administrativas.
Además, evitaron gastos adicionales tras eliminar el pago de exceso por 90 días de la licencia por enfermedad y de los 60 días de la licencia ordinaria, y la disminución en un 3% del pago al personal de confianza. Igualmente, han ahorrado en redistribuciones internas y reservas del presupuesto.
“Hemos tomado las medidas necesarias. La UPR ha continuado haciendo las gestiones para obtener un óptimo nivel de eficiencia en sus operaciones. Es por eso que el principal centro docente del país fue capaz de sobrevivir el pasado año fiscal”, expresó Freytes.
La presidenta interina también informó que, aunque la UPR cuenta con $91.5 millones congelados en el Banco Gubernamental de Fomento y una deuda con esta institución de sobre $70 millones, ha podido continuar con sus gastos operacionales y obligaciones administrativas.
“La UPR está al día en su pago a los suplidores”, expresó González, a lo que le añadió contratistas, proveedores, pago de nómina y aportaciones al Sistema Retiro.
No obstante, la UPR no cuenta con un plan fuera de estas medidas para enfrentar la crisis fiscal por la cual atraviesa la isla, situación que preocupó al Comité de Transición, debido a que la mayor parte del presupuesto de la UPR proviene del gobierno.
“Han habido diálogos con el equipo de trabajo, pero nosotros estamos dentro del contexto de un nuevo Plan Estratégico. Esa es la primera mirada. No obstante, [ese plan] no llega al detalle de [entrar en particulares sobre recortar gastos]”, declaró Freytes, quien destacó que la UPR no ha tenido un proceso claro de transición, porque no se ha elegido un presidente en propiedad.
La presidenta aludía al “Plan Estratégico 2017-2022: Una Nueva Era de Innovación y Transformación para el Éxito Estudiantil”, el cual fue aprobado ayer por la Junta de Gobierno en su reunión ordinaria, y que reemplazaría el plan “Diez para la Década”, que, precisamente, venció este año.
Según los datos que presentó la UPR, el gobierno aportó $905,929,000 en el año fiscal 2015-2016 que se dividen en: $833,929,000 en la Ley 2 de 1966 (asignación fija Ley 66-2014), $62,000,000 en la Ley de Juegos de Azar (Ley 36-2005), $10,000,000 en Becas Legislativas (ayudas económicas a estudiantes).
Mientras, la institución genera alrededor de $102,250,000 en ingresos propios a través de derechos de matrícula y cargos relacionados, programas académicos no tradicionales, intereses de inversiones, reembolsos de costos directos y misceláneos. Todo esto representa un total de $1,008,179,000.
Interés especial en la matrícula
Al conocer estas cifras, el comité inquirió sobre los gastos de la institución, además de los ingresos que recibe a partir de los costos de matrícula a estudiantes locales y extranjeros.
El comité preguntó cuánto dinero genera la matrícula para la institución, a lo que Freytes contestó que son alrededor de $81.4 millones.
Ante este número, el grupo solicitó a la presidenta interina un informe sobre el costo del crédito para puertorriqueños y estudiantes internacionales, así como cuánto de esa cantidad pagan los estudiantes de sus bolsillos y en cuánto ayuda la Beca Pell.
De acuerdo con los datos suministrados al comité, para el año 2015-2016, de los 14,295 estudiantes admitidos un 68% recibió esta subvención federal. De ese total, 7,942 proviene de escuelas públicas y 6,108 de escuelas privadas.
La asignación máxima de la beca federal ronda unos $5,800 por año y, aunque es suficiente para cubrir el costo de la carga académica a tiempo completo en la universidad, los estudiantes utilizan los sobrantes para su presupuesto universitario que incluye y no se limita a: compra de libros, pago de transportación, hospedaje y comida.
El aumento en la matrícula ha sido un tema constante entre las diversas administraciones que han pasado por la UPR, ya que la institución se encuentra entre las primeras 45 universidades con los costos más bajos de matrícula en Estados Unidos y Puerto Rico.
De la misma manera, el Comité de Transición solicitó informes sobre las acreditaciones de la UPR y la incursión en la educación a distancia. Según Aura González, miembro de comité entrante, la UPR ha quedado rezagada en cuanto al ofrecimiento académico lejos de las aulas, problema que el gobierno de Rosselló contempla atender.
También pidieron información sobre el estado del Sistema de Retiro y los problemas de Oracle, Power Campus y Next, sistemas operativos de la UPR para facilitar los procesos de matrícula, entre otras cosas, que han costado millones de dólares.
Informe de Becas presidenciales
Finalmente, el Comité de Transición solicitó el informe sobre las becas presidenciales, y cuestionó por qué la UPR se ha tardado tanto en publicarlo.
“La UPR está responsablemente esperando la respuesta de varias instancias. La Junta de Gobierno ha referido el informe al Departamento de Justicia, a la Contralora, a Ética y también se solicitó a la oficina de la presidencia y se está trabajando”, explicó Freytes.
Los representantes del comité alegaron que ha pasado demasiado tiempo y que la institución ha sido muy lenta en cuanto a la atención a este proceso.
“Yo esperaría que sea un informe con mucha puntualidad y exactitud, así que esperamos lo que sea que cualquiera de las agencias se tarde o tenga que tardar”, ripostó Freytes.
El Comité de Transición excusó a la UPR de las vistas para atender otros asuntos, como el de la Compañía de Turismo de Puerto Rico, y solicitó que todos los informes se hicieran llegar a través de correo electrónico.