Un mundo sin arte es difícil de imaginar. Por eso, quienes se dedican a fomentarlo se convierten en una especie de eje movilizador capaz de desarrollar la sensibilidad para sembrar la semilla del cambio.
Roberto Ramos Perea es uno de esos entes decididos a cumplir con la misión antes expuesta. Como muestra de ese compromiso, el experimentado dramaturgo dictó el curso Práctica y Esencia del Teatro Puertorriqueño en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
El escritor, invitado por la doctora Noemí Maldonado Cardenales, catedrática auxiliar del Departamento de Humanidades (HUMA), tuvo la oportunidad de compartir su experiencia conPrensa RUM.
“Me siento muy contento porque aquí fue que empecé, fui discípulo de Figueroa Chapel y regresé ahora que me invitaron a impartir este seminario que busca capturar la esencia del teatro puertorriqueño. No es lo mismo actuar nuestro teatro, que cualquier otro, por la pasión por la identidad y el deseo de resistencia”, indicó Ramos Perea, quien es oriundo de Mayagüez.
El actor añadió que su propósito es que los alumnos comprendan la representación del teatro del País frente a la realidad de ser puertorriqueños.
“A través de unos símbolos culturales e históricos es que la puertorriqueñidad puede conocerse”, manifestó. En ese sentido, el teatro se transforma en “la memoria de la civilización, y es en el local que están guardados esos elementos que definen la realidad de la patria”.
Sobre los alumnos colegiales, el experto aseguró ver en cada uno la curiosidad distintiva del universitario ante la sed por explorar el mundo. “Cuando les hablo, siento la correspondencia, el corazón, sé que escuchan bien el mensaje que quiero llevar”, dijo.
Entretanto, espera que puedan abrirse a la sensibilidad, a la profundidad de emoción, al encuentro consigo mismos, y que, de alguna manera, entiendan el compromiso que tiene que haber con el teatro puertorriqueño porque es la esencia del alma.
La pasión por la identidad y el deseo por representar el alma a través del teatro, se pudo constatar con las puestas en escena.
Una experiencia para toda la vida
El cursó contó con un total de 16 estudiantes matriculados, quienes actuaron escenas de diversas obras de teatro puertorriqueño teniendo como base el objetivo principal de la clase.
“Fue una oportunidad muy importante, porque en el Colegio no hay nadie que tenga el bagaje en el quehacer teatral como lo tiene Roberto Ramos Perea. Fue una experiencia muy bonita y espero que se repita, ya que aprendimos demasiado y lo más que me gustó fue que vivimos la verdadera esencia del teatro puertorriqueño”, indicó Myrna A. Rivera Comas, estudiante de Literatura Comparada.
Por su parte, el joven Juan Derieux Cruz aseguró que sobrepasó el reto de tomar clase con alguien que posee tanto conocimiento.
“Aprendí muchísimo en tan solo quince horas, mucho más de lo que esperaba. Los comentarios y consejos siempre acertados de él me hacen hoy una persona más segura como profesional, tanto en el escenario como fuera del mismo. Su capacidad como profesor es sublime, y, más importante aún, me siento más orgulloso de mi puertorriqueñidad. Fue algo maravilloso y quiero volver a vivirlo”, puntualizó el alumno de Estudios Hispánicos.
Hay que aunar fuerzas
Como aseguró Ramos Perea, el quehacer artístico del País se ha visto quebrantado durante los últimos años, por lo que en su carácter personal trata de contrarrestar este hecho desde el Ateneo Puertorriqueño, ya que “hace falta un ajuste en el modelo educativo de la Isla”.
“Esto tiene que cambiarse. Los fines del Ateneo van de la mano con crear cultura y defender la identidad de manera gratuita. Hay que romper los obstáculos que no promueven la creación de conciencia, hay que darle importancia al teatro y por eso se dan este tipo de cursos”, expresó.
Trayéndolo al ámbito universitario, el también periodista, aprovechó para hacer un llamado ante este hecho.
“El teatro, el arte y la música no son pasatiempos, son parte fundamental del crecimiento del ser humano. Mientras no se tenga esto claro, no se sabe el rumbo que tomaremos. Al fin y al cabo, la misión de la Universidad es el crecimiento del universo entero, y si unos pocos lo tienen claro, entonces estamos a salvo”.
A su vez, concluyó diciendo que “esto no se trata de preparar a un estudiante para el campo laboral únicamente, sino de crear conciencia, cultura y reforzar la identidad como puertorriqueños”.
Fuente Prensa RUM