En el 2002, un pedazo de hielo de más de 3,000 kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de Rhode Island, se desintegró en menos de 40 días en la parte occidental de la Antártida. Tres años después, en cuestión de una noche, desapareció un lago en Chile. Aunque hubo quien postuló que la desaparición de los 200 mil millones de litros de agua era culpa de extraterrestres, el especialista en glaciales Gino Casassa aclara que la causa se encuentra aquí en la Tierra, si bien puede ser igual de impresionante. El calentamiento global ha provocado el derretimiento acelerado de glaciares en todas partes del mundo. Esto a su vez puede llevar al desprendimiento de pedazos de hielo enormes, y la creación y/o aumento del tamaño de lagos adyacentes a un glaciar. Eventualmente los lagos crecen a tal punto que ejercen presión sobre el glaciar y lo levantan. Entonces el agua se desplaza por debajo del glaciar, explicando así la “desaparición” del lago. Mas el peligro es que al darse estos cambios súbitamente puede que el sistema no aguante el agua bajo el glaciar y ésta se continúe moviendo, eventualmente desbordando ríos y embalses, que a su vez pueden provocar inundaciones. Tal fue el caso en Chile el año pasado en una anterior “desaparición” de un lago glaciar. Sin embargo, el derretimiento acelerado tiene consecuencias aún mayores. Según explica Casassa los glaciares son el principal abastecimiento de agua potable de la tierra, albergando cerca del 70% de todo el agua dulce del planeta. Además, su derretimiento puede llevar a un aumento en el nivel del mar. La Antártida occidental, donde se desintegró el bloque de hielo en el 2002, es una de las zonas más vulnerables. Experimenta un calentamiento global 10 veces mayor al que se vive en el resto del planeta, siendo uno de los principales “hot spots” o zonas de calor, según designado por el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) . De derretirse esta zona, que es en opinión de Casassa “el escenario más peligroso” al ya existir las primeras evidencias de su vulnerabilidad, el nivel del mar aumentaría unos 5 metros. Mas, el problema no es sólo lo abrupto del daño sino lo lento que sería su reconstrucción. “Estos glaciares son masas de hielo que tienen por lo menos 10,000 años (…) podemos decir que a escala humana esto es un daño irreversible” expresó el científico. Igualmente, señaló que fueron precisamente los humanos quienes han desencadenado un calentamiento global mucho más acelerado de lo normal, “tenemos las mas altas concentraciones de gases de invernadero en los últimos 800,000 años”, comentó, haciendo referencia a la emisión de gases como el CO2. Ante esta información, los participantes del Segundo Curso de Verano de Cambio Climatológico (del cual la conferencia formaba parte), reaccionaron con efusividad realizando múltiples comentarios sobre la necesidad de incentivar un cambio de política pública para tomar medidas remediales ante este problema. “En el mundo hay dos grupos. Casualmente, los mismos que están diciendo que no hay cambio climático son los mismos que decían que había que invadir a Irak porque había armas, y ahora están diciendo ‘nos equivocamos’”, expresó el doctor Rafael Méndez Tejeda, director del curso de verano, en una comentario que aplaudido por el resto de la concurrencia.