Llegaron el 29 de junio, pocas horas antes de que el Senado de los Estados Unidos aprobara el Puerto Rico Oversight, Management and Economic Stability Act, mejor conocida como PROMESA. Se suponía que fuera una manifestación pacífica dando una ronda de vueltas ovaladas, pero bastó con una pequeña asamblea para que se trasformara en un campamento, con una estación de primeros auxilios y hasta un par de baños portátiles.
Ya van tres semanas desde aquel día. Ya no son 20 personas haciendo un piquete frente al edificio Federico Degetau. Al igual que el campamento, PROMESA aún permanece y entrará en vigor el 1 de septiembre.
Para que estos movimientos sean posibles hace falta algo más que voluntad. Por eso han realizado foros sobre conciencia nacional y hasta conciertos para atemperar las condiciones en las que pernoctan los miembros del campamento.
–¿Ustedes trabajan?
–Yo estoy desde el día uno y trabajo en permisos y consultaría de negocios. Cuando salgo del trabajo, vengo para acá.
–¿Y por qué lo haces?
– Lo hago porque al igual que las otras personas que están aquí, no quiero la ley PROMESA ni la colonización.
Esa es la respuesta de Ada Isabel Moreira, quien también es madre de Paloma, una de las niñas que pernocta en el campamento. “Los niños acá la pasan muy bien”, expresó la mujer de 27 años.
Rafael Capo García, portavoz del #CampamentoContraLaJunta, también enfatizó que “aquí hay gente de todas edades, esto no es solo para universitarios. Yo soy maestro en el sistema público y el 1 de agosto me reporto a mi plantel, pero eso no quiere decir que deje el campamento”.
En este campamento no hay portavoces oficiales o líderes únicos. “Los portavoces se rotan. Siempre es bueno que hayan caras distintas”, enfatizó Capo García.
Por su parte, Claudia Luz, junto a su hijo de 21 años, José Méndez, ha corrido por los comités del campamento porque “tenemos que hacer algo y no podemos parar hasta lograr nuestro propósito”.
Angellie González también es otra de las caras del lugar, pero no anda sola. La acompaña su hija Alahia de 8 años. “Para mí es importante que ella se entere de lo que pasa en su país y de lo que las personas son capaces de hacer para sostenerlo”, manifestó.
Pero más allá de las caras del #CampamentoContraLaJunta, está la educación política que allí se provee. El pasado domingo trabajaron un foro titulado “¿Qué significa descolonizar?”. Formaron un círculo sentados en un piso repleto de pequeñas piedras, por eso de evadir el sol del otro lado de la carretera, donde usualmente realizan este tipo de actividad.
Víctor Torres moderó el foro y luego de escuchar distintas respuestas, sentenció que “la descolonización no es el aislamiento del mundo, sino la integración al mundo”. Entonces, una de las presentes argumentó que “lo primero que tenemos que hacer es practicar la independencia y aprende a vivir como si no existieran las megaempresas norteamericanas”.
El foro culminó con un poco de apuro tras la llegada de la compañía de teatro Y no había luz, quienes donaron de su arte para entretener a los presentes. “Hay que bregar con la cuestión psicológica de los que se quedan. También tenemos que despejar a la gente”, explicó Capo García.
Por ahora, los manifestantes del #CampamentoContraLaJunta piensan permanecer allí expresando su repudio a la junta de control fiscal y al estatus de Puerto Rico.