“Creo que la distancia siempre te hace ver las cosas de otra manera; al tú estar lejos logras enfocar desde una perspectiva un poco distante”. De esta forma Maite Rivera Carbonell –quien lleva más de una década viviendo en España- ha logrado pensar y estudiar el tema de su primer largometraje documental, titulado Las Carpetas. Para Rivera Carbonell -una destacada sonidista quien trabaja por segunda vez como directora con este nuevo proyecto- es importante que no sólo el puertorriqueño conozca este episodio de nuestra historia, sino que también lo puedan relacionar con hechos de persecución política en otros ámbitos internacionales. La idea de querer realizar un documental sobre el ‘carpeteo’ en Puerto Rico surge tras desempolvar la carpeta de una amiga suya. Rivera Carbonell estaba de visita en la Isla, cuando fue a ayudar a su amiga, quien estaba haciendo una mudanza. Mientras ordenaban unas cajas de documentos, se enteró que su colega era calificada como subversiva –así se les conocían a los independentistas que eran considerados como ‘enemigos’ para las agencias del gobierno de Puerto Rico y federal-, por lo que fue perseguida por años, junto a miles de ciudadanos más, violándoles sus derechos humanos. Encontrarse de frente con la carpeta de una persona cercana a ella fue un redescubrimiento para esta cineasta. Y es que, al igual que a Rivera Carbonell, este hallazgo les abrió la puerta a un sinfín de conocimientos a muchas de las víctimas del carpeteo, quienes tuvieron que reconstruir su pasado a través de la lectura de las páginas nefastas que daban cuenta de la persecución por motivaciones políticas. La mayoría de estas carpetas fueron entregadas a los afectados a partir del 1992, luego de un largo y complejo proceso judicial. “Sabía de las carpetas, pero no sabía a profundidad”, comentó la directora y guionista. Para Rivera Carbonell, este es un episodio de nuestra historia que apenas se enseña en las escuelas, razón por la cual pocos jóvenes conocen de estos hechos. Según la joven directora –quien se ha destacado como editora de sonido- su documental pretende encender “una mecha, a ver qué es lo que pasa”. Por tal razón, escogió a un pequeño grupo de protagonistas para que narren, desde su perspectiva, las historias que vivieron en carne propia. “Planteo lo que es gente poco conocida. Que sean personajes más allegados al público”, dijo. De esta manera, Rivera Carbonell busca crear empatía de parte del espectador, sin soslayar el eje central del documental: la discusión de la represión política y policíaca como formas de control social. Por otro lado, Rivera Carbonell cree que existen paralelismos entre el ‘carpeteo’ de antaño con las redes sociales de hoy día, al argumentar que, por ejemplo, Facebook es una especie de carpeteo voluntario. “El ver quiénes son quién, quiénes son tus amistades y por qué son tus amigos era parte de las persecuciones. Así es que muchas veces daban con ‘subversivos’ porque Fulano era amigo de Zutano o de Mengano. Todo se iba conectando, al igual que [ahora hacen los sistemas de] Facebook” añadió Rivera Carbonell. Cortos de presupuesto Por el momento, no se ha podido comenzar a rodar el documental ya que la producción no dispone de todo el presupuesto necesario, que ronda los $400,000. Lo único que se ha podido concretar es una pieza promocional de tres minutos. Mientras tanto, el programa de estímulo a la coproducción de películas iberoamericanas –Ibermedia- le dará $100,000 para ayudar al financiamiento del proyecto. Sin embargo, la Junta de Directores de la Corporación de Cine de Puerto Rico le negó los fondos. Rivera Carbonell desconoce la razón por la cual éstos le negaron el financiamiento. Ahora, Rivera Carbonell está en busca de dineros institucionales que financien la producción, como lo son: Tribeca Film Festival y el World Cinema Fund. También, la cineasta dirá presente en el Festival Claridad, donde buscará donaciones para finalizar su obra. Para la directora, toda aportación que le dé vida a esta historia será bienvenida.