En un artículo anterior plantee la necesidad de desarrollar modelos de escuela que pongan en práctica la visión sobre el aprendizaje que se expresa en los documentos guías de nuestro sistema educativo. Sugerí que las escuelas laboratorio de la Universidad de Puerto Rico (UPR), con el apoyo de las diversas facultades, llevaran a cabo dicha labor. En el proceso de desarrollar un nuevo modelo es importante auscultar las prácticas educativas arraigadas en el viejo modelo de enseñanza que son fuerza de contención al nuevo modelo. A continuación las cuatro prácticas principales que apoyan el modelo de enseñanza-aprendizaje más generalizado hoy día:
- Los grados que agrupan a los estudiantes de la misma edad, bajo el supuesto que aprenden al mismo ritmo y tienen los mismos intereses.
- La enseñanza como transferencia de información.
- La división de la enseñanza por materias: ciencias, estudios sociales, matemática, inglés, español, etcétera.
- La falta de atención al desarrollo de la inteligencia emocional.
Un nuevo modelo de enseñanza debe romper con estas prácticas, y buscar alternativas a las mismas. Analicemos estos componentes:
- Los grados que agrupan a los estudiantes de la misma edad
Existen ejemplos de agrupaciones multigrados en las cuales se unen en un mismo grupo estudiantes de diversas edades. Por ejemplo, la Escuela Elemental de la UPR une el primer y segundo grado. Las escuelas Montessori unen los primeros tres grados y el cuarto al sexto. Estas agrupaciones permiten diversos ritmos de aprendizaje. Un recurso que no se ha utilizado a su capacidad para permitir diversos ritmos de aprendizaje es la tecnología. El uso de programas computarizados apoya el que cada estudiante vaya a su ritmo, que un estudiante que tenga dificultad no tema repetir una lección varias veces por miedo a que se burlen de él; mientras que otro de mayor capacidad pueda avanzar y tratar problemas retantes.
Los profesores de las diversas facultades deben apoyar a las escuelas laboratorios a identificar o crear programas computarizados que desarrollen los conceptos y destrezas necesarias en cada materia con sentido.
- La enseñanza como transferencia de información.
Es preciso ir transformando la enseñanza de una dirigida a transferir información a una de enseñanza con sentido. Esta labor requiere diversas tareas. Para comenzar es preciso conectar con los intereses de los estudiantes. Los niños y los jóvenes tienen grandes inquietudes e intereses. Sin embargo, el currículo actual no atiende la mayor parte de estas. Los aburre con contenidos que rápidamente olvidan y que poco aportan al desarrollo del pensamiento. De hecho, uno de los problemas actuales de la educación es el desfase de la cultura escolar con la vida cotidiana de los estudiantes. Una alternativa a esta situación es partir en la enseñanza de los intereses de los estudiantes. De aquí ir desarrollando los conceptos de las diversas disciplinas en forma integrada. La escuela Antonio S. Pedreira trabaja con la integración curricular en forma muy efectiva. Atenderíamos así el tercer factor de contención a un nuevo modelo, la división de la enseñanza por materias: ciencias, estudios sociales, matemática, inglés, español, etcétera.
Para poder enseñar con sentido es preciso analizar si la cantidad de contenido que estamos exigiendo es posible enseñarlo con sentido. Por ejemplo, la investigación “Middle School Student Learning Evolution: Are Current Standards Achievable?” (The American Biology Teacher, 66, (9)) realizada por Beardsley en 2004 mostró que aún en las mejores condiciones, buenos estudiantes, maestros, recursos, la gran mayoría de los estudiantes no alcanzaban cubrir el material que exigían los estándares. Tenemos aquí una tarea conjunta con los profesores de las diversas facultades, ¿qué contenidos son necesarios para todos los estudiantes? ¿es necesario que todos los estudiantes aprendan a factorizar polinomios? Es urgente hacer un análisis profundo y sincero para identificar los contenidos que realmente son necesarios, y evaluar la forma y el momento en que se enseñen.
¿Cómo debemos enseñar los contenidos siguiendo la lógica del aprendizaje y no la de la disciplina? Por ejemplo, en matemáticas utilizamos el concepto de segmento para definir un triángulo. Sin embargo, el estudiante entiende mejor la idea de triángulo que la de segmento. Así la lógica del aprendizaje no es la misma que la lógica del conocimiento. Es preciso investigar la lógica del aprendizaje en las diversas materias.
Discutiendo tres de los muros de contención para una enseñanza con sentido, observamos que crear en la práctica modelos enseñanza con sentido va a requerir el trabajo colaborativo de profesores de diversos campos y facultades. Sugiero que la UPR tome como parte de su misión un trabajo interdisciplinario para apoyar a las escuelas laboratorios a crear en la práctica ejemplos de un nuevo paradigma de aprendizaje.