A una semana de que el secretario del Departamento de Educación de Puerto Rico, Rafael Román Meléndez, firmara la circular que pondrá en efecto la implementación de la equidad de género en los currículos escolares desde agosto, el teólogo de la Universidad de Princeton, Luis Rivera Pagán se expresó sobre las posturas de sectores religiosos respecto al proyecto y compartió su análisis sobre algunos movimientos de los cleros en la Isla.
La carta, que reconoce que, “es necesario atender los retos existentes e identificar instancias concretas de inequidad”, propone hacer una variación justa a las relaciones actuales entre los géneros, que han desembocado en violencia, discriminación, así como limitado acceso al trabajo y apto desarrollo social. Con el fin de forjar una perspectiva justa, la misiva indica que su implementación será transversal y se cubrirá en las distintas disciplinas académicas.
Sobre este particular, el experimentado teólogo, Luis Rivera Pagán, opinó que, “no hay razón para oponerse a una medida como esta”, refiriéndose a los grupos religiosos fundamentalistas de extrema derecha que han aunado esfuerzos en contra de la medida. El profesor explicó que, “la alianza se da a partir de la idea de una concepción tradicional, supuestamente de acuerdo a la naturaleza y a la voluntad de Dios, sobre la familia, y de la relación entre el hombre y la mujer”.
Rivera Pagán, aludiendo al documento de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, firmado por los obispos de la iglesia católica en el País sobre la medida, recalcó que, “es una declaración pausada, sin estridencias y que insiste sobre todo en el respeto a la dignidad y la integridad de todos los seres humanos, independientemente de su sexo u orientación sexual”. No obstante, el experto, no pasó por alto el problema de la postura del liderato católico en Puerto Rico.
“En términos de la configuración de una familia, un hombre y una mujer, ellos creen que la política de equidad y perspectiva de género amenaza esa visión tradicional, y supuestamente natural y de acuerdo a Dios […] y ahí es donde se equivocan y difiero totalmente”, declaró.
El también profesor universitario, aseguró que el proyecto de perspectiva de género asegura velar por la diversidad, mas eso no expresa desigualdad.
“Tradicionalmente se ha visto al hombre como hegemónico y a la mujer como a la que debe estar sumisa, en obediencia y subordinación, y eso ha tenido unos efectos trágicos para muchas mujeres y familias”, subrayó.
A todas luces, Rivera Pagán está convencido de que, estas manifestaciones de los grupos fundamentalistas son un obstáculo que ha sido constante en la historia. “Si en vez del 2015, estuviésemos en el año 1915, esas mismas organizaciones, que en este momento protestan y se oponen a la perspectiva de género, estarían protestando y oponiéndose al sufragio femenino con los mismos argumentos actuales”, dijo firme y seguro.
El perito en teología sistemática entiende que cada proyecto relacionado a las cuestiones de género en la historia han sido siempre impugnados por los mismos sectores, y eso ha sido un limitante en el camino del progreso social.
“Mucha de esta oposición tiene que ver con que hoy en día no se puede hablar de género dentro una relación que no sea exclusivamente heterosexual, porque cada vez se reconocen más los derechos de los homosexuales”, destacó.
El talón de Aquiles de estos grupos opositores, según Rivera Pagán, está en que los grupos de la comunidad LGBTT han estado aseverando el valor de los núcleos familiares que, “son formas muy diversas de familia, pero muy valiosas”, puntualizó. Ante ese panorama, el teólogo egresado de la Universidad de Yale, expuso que, “con el perdón de ellos, la historia se sigue moviendo y siguen ampliándose los ámbitos de la libertad”.
Sin embargo, ante todo esto, el estudioso reconoció que, “no todas las iglesias están en esa onda […] ni la iglesia luterana, metodista y episcopal”. Asimismo, hizo énfasis en que sí existe una apertura a discutir el tema y reconfigurar ciertas doctrinas de pensamiento en varios credos.
Repasando la historia
Lo preocupante de esta situación, según el doctor, es que estos mismos líderes, al retroceder un poco en la historia política reciente, tienen un historial desconfiable.
“En el año 2003 se opusieron a la descriminalización de la homosexualidad, cuando todavía en el Código Penal de Puerto Rico se catalogaba como forma de delito grave los actos homosexuales”, relató. También, recordó que la legislatura -que trató vagamente de erradicar esa caracterización- se cruzó de brazos cuando estos grupos inundaron el Capitolio. No obstante, sus manifestaciones fueron en vano, no por la acción de la legislatura, sino por la intervención del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que ordenó erradicar ese estatuto en todos sus estados y territorios en junio de ese mismo año.
“Y como donde manda capitán, no manda marinero, así mismo en Puerto Rico se erradicó la ley que tipificaba la homosexualidad como un acto criminal”, sostuvo.
Sin titubear, el escritor de numerosos libros sobre teología y religión, consideró que estas posturas solo son navajas de doble filo. “Ellos dicen ahora respetar a los homosexuales, pero se opusieron tajantemente”, mencionó, aludiendo a su vez a las manifestaciones y oposiciones del año 2007, cuando se afiliaron al exsenador penepé -ahora convicto por corrupción-, Jorge De Castro Font.
“Él (De Castro Font) quiso enmendar la constitución para reducir derechos y evitar el posible matrimonio igualitario […] y ellos (grupos religiosos) apoyaron a Jorge De Castro Font”, dijo en tono sarcástico asegurando que, “se les fue la guagua de la estación y todavía no se han dado cuenta”.
La obstinación de estos grupos fundamentalistas, aseguró, viene porque, “ellos saben que en última instancia, la decisión sobre el asunto viene de Washington, y saben que si en el 2000 no existía el matrimonio igualitario, ahora en 36 estados lo hay […] y tienen la pelea perdida”.
El reconocido profesor emérito de Princeton abundó en que esta política de equidad de género es solo un adelanto, y que aplica de igual forma a las iglesias, que están dándole una exclusividad y privilegio al hombre sobre la mujer que debe acabar.
Finalmente, Rivera Pagán criticó a los militantes religiosos que usan el nombre de Dios para causas totalmente ajenas. “Nada de esto es parte de los credos”, dijo. “Si todo esto se resume en amar a Dios con todo el corazón, todas las fuerzas y al prójimo como a ti mismo, pues tienes que reconocerle al prójimo igualdad e integridad, que tú quieres que se te reconozcan a ti”, concluyó.