Robar es un crimen, un pecado, y en el cine, una desgracia inaceptable. Life roba o imita la trama de varias películas para crear un monstro de Frankenstein de otras producciones mejores. Tristemente, este monstro nunca coge vida y Life es una película de ciencia ficción con mucha ficción y poca ciencia.
La película trata de un grupo de astronautas de varios países que reciben una muestra celular del planeta Marte. Luego de exponer el organismo a glucosa y oxígeno, el organismo comienza a crecer y, claro, a consumir todo ser vivo en su camino, aterrando a los astronautas. Lector, les confieso que, creo, es la primera vez que me lleno de bochorno ajeno al escribir la trama de un filme.
El problema es claro, este largometraje cuenta con cero originalidad. El guión, escrito por Rhett Reese y Paul Wernick, ambos responsables por Deadpool (2016), es un engendro sucio entre The Thing (1982), Alien (1979) y Sunshine (2007). Es una película de marcianos sumamente trillada, con escasas sorpresas.
El desarrollo de los personajes es insuficiente e intolerable. Reese y Wernick proveen solo un detalle sobre cada personaje, la cantidad para nosotros tener pena con algunos y odiar a otros facilmente. Esos escasos detalles se convierten en la identidad del personaje, de manera que un personaje es “el que tiene hijos” y otro es “el parapléjico”. Son personajes tan unidimensionales que parecen bocetos sobre papel de argolla en una libreta de un niño de cuarto grado.
Otro problema es el mismo marciano como tal. Considero al organismo, que los astronautas llaman Calvin, como uno de los villanos menos carismáticos recietemente. Calvin no tiene una forma definida, no tiene debilidad, no tiene límites intelectuales. Calvin no es aterrador y no es lindo; es sencillamente un villano aburrido.
Entre lo poco positivo puedo destacar el trabajo de Seamus McGarvey. El hombre es posiblemente uno de los cinematógrafos más subestimados y menos usados de la industria. Aunque en algunos momentos marea, su trabajo es impresionante y su cámara simula movimientos sin gravedad.
No entiendo cómo los cineastas lograron que Jake Gyllenhaal y Ryan Reynalds participaran del filme. ¿Será que tienen una deuda? ¿Será que no desean actuar ya? ¿Quizá no quieren que los respetemos? ¿Les abran pagado mucho? Las interpretaciones de estos y de los otros actores de menor reconocimiento, como Rebecca Ferguson y Hiroyuki Sanada, realmente no dejan una impresión permanente. Solo el esfuerzo de Gyllenhaal es visible, pero no es una de sus mejores actuaciones.
Hay un género de cine conocido como “so bad, its good” o tan malas que son buenas. Creo que Life es una buena candidata para inducción a este grupo de filmes. Hay varios momentos muy “intensos” que pueden provocar carcajadas involuntarias del público.
Creo que la moda de películas espaciales críticamente adoradas muere aquí. Gravity (2013), Interstellar (2014), y The Martian (2015), fueron bien aclamadas, y hasta nominadas para varios premios. La terrible Passengers (2016) arruinó el patrón. Entre Passengers y Life, le declaro la muerte a la moda de la esperada película espacial.
Quisiera decir lo contrario, pero “Life is not good”. Aunque es entretenida y admito que valoré sus últimos dos minutos, pienso que la producción debió estrenar en Netflix o lanzar en DVD donde nadie la pudiera ver. Si quieren ver una película de suspenso con mucha acción y violencia, pero poca razón, se las recomiendo. Si no, la vida es muy valiosa y corta para perder el tiempo en filmes como Life.