Con la llegada de la era digital, la vida de los gobernadores y sus familiares se tornaron más públicas y de mayor interés para el ojo curioso de los ciudadanos.
Las redes sociales pasaron a ser nuevas vías de integración social y de comunicación entre los políticos. Haciendo de sus vidas personales un documento público mediante la divulgación de “selfies” y exponiendo a sus hijos y/o esposa ante la palestra pública.
Es inevitable traer a colación el polémico comentario que publicó a través de Twitter Elizabeth Lauten, directora de comunicaciones del republicano Stephen Fincher, donde criticó la forma de vestir de las hijas del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama. También, denunció un comportamiento inadecuado por parte de las adolescentes durante la transmisión del tradicional día de Acción de Gracias.
Ante tantos escándalos que se desarrollaron a partir de sus expresiones, Diálogo quiso conocerlas anécdotas más curiosas durante la historia de los gobernantes en Puerto Rico y los presidentes de los Estados Unidos.
Para esto,conversamos con el licenciado y analista político, Carlos Díaz Olivo, quien nos contó cuáles son los riesgos a los que se expone un gobernador y su familia y cómo ha sido este panorama alrededor de los años.
La cultura de exponer a la familia como parte de la candidatura
La integración de la familia como parte de la imagen pública de un candidato comenzó en el 60’ con John F Kennedy. Su esposa, Jacqueline Kennedy, fue destacándose por su elegancia al vestir, convirtiéndose luego en un ícono de la moda.
John Kennedy y Caroline Kennedy llegaron tan pequeños a Casa Blanca que acapararon de inmediato la atención de millones de personas alrededor del mundo.
“Kennedy llegó con unos niños pequeños atractivos, que los supieron explotar y se convirtieron en parte de la imagen de la leyenda Kennedy. Sobre todo viniendo después del presidente Dwight D. Eisenhower, que fue el presidente de mayor edad electo en los Estados Unidos. De momento ver esta imagen joven le ayudó en términos políticos”, dijo Díaz Olivo a Diálogo.
Por otra parte, en Puerto Rico, Rafael Hernández Colón empezó para el 1972 una campaña cuyo lema era la unión familiar.
Como parte de este movimiento, Hernández Colón realizó un documental resaltando tomas junto a su esposa Lila Mayoral y compartiendo tiempo libre junto a sus tres hijos, José Alfredo Hernández, Dora Mercedes Hernández y Juan Eugenito “El Tigre” Hernández.
Parte del documental creado como parte de la campaña de Hernández Colón.
Desde ese entonces, Hernández Colón comenzó a integrar a su familia en su función como gobernador. La producción del documental fungió como una alternativa para lograr empatía entre los ciudadanos por la familia que estaba en ese momento en el poder.
Por otro lado, el estadista y demócrata Carlos Romero Barceló fue quien logró sacarle más partido al eslabón familiar debido a las fuertes críticas que llovieron tras su relación con Kathleen Rose Donnely por su descendencia americana.
“Barceló se trajo a Kate [Kathleen] activamente a la campaña y fue el primero en incorporar a la esposa a hacer caminatas. La ponía incluso a hablar y presentarlo. La convirtió en un elemento activo y positivo en la campaña porque al fin y al cabo era simpática y hasta por su acento caía bien”, dijo el analista político.
Cuando los gobernadores sacan su rol de padre a pasear
Bajo la gobernación de Luis A. Ferré (1969-1973) sucedió lo que ni él mismo se imaginó. Su hija Rosario Ferré comienza a definirse como independentista y a destacarse como escritora y poeta bajo la política de izquierda.
Ferré, siendo el creador del Partido Nuevo Progresista (PNP) y fiel estadista, esta noticia le chocó como padre y como gobernador.
“Eso se convirtió en un problema para Ferré desde el punto de vista de cómo manejar un gobierno, si su propia hija no lo está haciendo”, aseguró Díaz Olivo.
Por su lado, Hernández Colón sacó sus garras paternales al darse cuenta de que su hija se había ido de Fortaleza siguiendo a su amor, un integrante de la policía de Puerto Rico. De hecho, se activó la seguridad del gobernador en busca de sus andadas.
“Hernández Colón no estaba muy contento con eso y ella cogió y se fue un día de Fortaleza”, aseguró Olivo.
Las revueltas del Partido Nacionalista de Puerto Rico para el año 1950 puso en aprietos al gobernador para aquel entonces, Luis Muñoz Marín. En esta ocasión, fue la primera vez que las puertas de Fortaleza se cerraron para proteger al gobernador y a su familia de los ataques por parte de los nacionalistas, grupo liderado por Pedro Albizu Campos.
Durante la historia se han dado acontecimientos que marcan la vida de cada individuo. Como lo fue el caso de Romero Barceló durante el escándalo del Cerro Maravilla para el 1978 donde la mayor parte de los puertorriqueños estaban echando chispas por tan insensible masacre.
Entre las amenazas de muerte que recibía Barceló y su familia, “El Caballo” lo resolvió con un peculiar aislamiento de sus hijos para sacarlos por completo de la existencia pública.
Recientemente, se ha visto una disminución en la exposición de los familiares de los gobernantes en Puerto Rico. A pesar de que Pedro Rosselló, Aníbal Acevedo Vilá, Luis Fortuño y Alejandro García Padilla han presentado a sus hijos ante la palestra pública, se ha dado de una manera más programada y no tan intensamente como antes.
Los hijos del gobernador Alejandro García Padilla en su primer día en Fortaleza.
“Yo creo que en Puerto Rico no lo han utilizado intensamente. Creo que es por el temor de los padres en proteger a los hijos y asegurarlos. Simplemente los gobernadores lo utilizan en situaciones aisladas. Vislumbro que cada vez más esto va a ser más escondido y tratarán de evitarlo”, concluyó el analista político.