Un signo hecho con pintura roja amaneció encima del luto negro de la icónica puerta monoestrellada en la Calle San José del Viejo San Juan. No duró ni hasta mediodía, pues vecinos del área le devolvieron a la bandera el sentimiento fúnebre del pueblo ante la imposición de la junta de control fiscal.
Fue un confuso acto que pudiese interpretarse como vandalismo a la protesta artística realizada esta semana o como una manifestación encima de otra: la bandera negra salpicada de rojo. La acción inicial de pintar de negro la bandera fue una expresión de indignación y luto ante la nefasta situación sociopolítica y económica que vive la nación puertorriqueña y el nebuloso futuro que alberga la ley federal PROMESA.
Como muestra de respeto hacia la modificación original y de rechazo al acto de pintarla de rojo, otros ciudadanos del sector restablecieron los colores fúnebres en cuestión de horas, según informó Noticentro 4 en su edición de las 11:00 AM.
La obra en cuestión se exhibe en una puerta para todo el que pasa por la calle San José del Viejo San Juan. Tanto con sus colores originales, como ahora, es un popular escenario, donde medio mundo ha ido a tomarse fotos, tanto turistas como juanes y juanas del pueblo.
En su intención original, la bandera roja, blanca y azul formó parte de un mural que se realizó en enero de 2012, como parte del proyecto de arte gráfico ‘Grabadores por Grabadores’, donde se muestran imágenes de grabadoras y grabadores puertorriqueños. La obra la realizó un grupo de estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas de San Juan. Constantemente, el mural es retocado para celebraciones como las Fiestas de la Calle San Sebastián y eventos internacionales como la IV Trienal Poli/Gráfica de San Juan.
“Vandalizaron la bandera negra”, fue lo primero que le dijo a Diálogo temprano en la mañana del viernes el director audiovisual, músico y artista Juan Botta, quien le hizo llegar a este diario digital las fotos tomadas por él y por su amiga Natalia Ibrahim.
Botta indicó que lo pintado encima de la bandera negra no se entendía bien, aunque aparenta evocar el signo tradicional que se identifica con el movimiento anarquista.
“Parece el signo de… ¿anarquía? Yo no entiendo muy bien, parece una M. A menos que hayan tratado de hacer el signo de la A de anarquía y le salió mal, pero parece una M”, indicó el también guionista.
Las fotos, que aparecen en Facebook, Twitter e Instagram, han corrido más en las redes sociales que Javier Culson en la Liga Diamante. Cautela ante esto. Al ser consultado por Diálogo en búsqueda de peritaje sobre el arte de protesta, el veterano artista plástico Karlo Andrei Ibarra dijo que “en el momento en que vivimos, esto funciona como el ‘open mic’”, en alusión a los eventos de poesía, performance y spoken word tipo micrófono abierto.
“Yo hago algo y cualquiera puede añadir o sustraer”, opinó Ibarra, cuyos esfuerzos en el arte con tonos de crítica social puede verse pulsando aquí.
“Los medios han insertado inconscientemente virtudes en estas dinámicas. En relación a (lo que aparenta ser) la A (de anarquía), yo pienso que el que la hizo se habrá dicho ‘la bandera se fue viral, y ya significa luto, pues vamos a añadir un signo adicional’. Pero en la manera que lo hizo se convierte en vandalismo porque no añade para aportar sino para cancelar”, explicó Ibarra.
Al fin y al cabo, entiende el veterano artista, es “tachar con un símbolo”, quererse “anteponer, es el modo” en el que se realiza la manifestación. De forma humilde y tras aclarar que de grafiti “yo solo sé por encimita”, Ibarra indicó que aunque “el grafiti comenzó como una manera de hacer procesos políticos y también ver la ciudad como panel de expresión, todo ha evolucionado”.
“Basquiat mismo empezó así, tagueando SAMO”, dijo, aludiendo a uno de los modus operandi iniciales de ese grande del arte urbano mundial conocido como Jean-Michel Basquiat.
Ibarra indicó, sin embargo, que “luego de que el mercado del arte absorbe esto y luego se lleva a la institución”, de cierta forma este tipo de arte “se institucionaliza”. Así las cosas, Ibarra defendió la gestión de la bandera de luto sobre el tachón rojo, resaltando que “los artistas que hicieron eso [la monoestrellada fúnebre] han participado de muchas protestas, durante la huelga” de la UPR, por ejemplo, “y cuando la Ley 7”.
“Y están conscientes de lo que conlleva solo cambiar un color en la bandera en un lugar que se ha convertido en un ‘souvenir’. A veces no es lo que se pinta, sino donde se pinta. No sería lo mismo, por ejemplo, pintar la bandera negra en cualquier lugar”, resaltó el artista.
En una comunicación por escrito hecha pública ayer jueves, el colectivo Artistas Solidarixs y en Resistencia, asumió responsabilidad de haber pintado la bandera de negro, señalando que este acto era uno de resistencia ante los recientes acontecimientos sociales, económicos y políticos en Puerto Rico, especialmente la imposición de la junta de control fiscal por el Congreso de Estados Unidos, que empalidecerá cualquier gestión del gobierno local puertorriqueño.
“En la actualidad el triángulo representa las tres ramas del Gobierno: ejecutivo, legislativo y judicial. Las tres franjas rojas simbolizan la sangre que da vida a estos poderes. Las leyes, los gobernantes y los tribunales, hasta este momento, no han servido a los intereses del pueblo. Reemplazar con color negro (que es la ausencia de luz) crea nuevas lecturas. La nuestra es una propuesta de resistencia, no es pesimista, al contrario, habla sobre la muerte de estos poderes tal cual los conocemos, pero la esperanza sigue ahí representada en las franjas blancas que simbolizan la libertad del individuo y su capacidad para reclamar y hacer valer sus derechos”, indicaron los artistas en su carta abierta a la nación boricua.
Los artistas invitaron a los puertorriqueños a “reflexionar y tomar acción ante el colapso del sistema de educación y de salud, la privatización y destrucción de nuestros recursos naturales, el estatus colonial, el atropello contra la futura fuerza laboral, el pago de una deuda impagable, la imposición de un gobierno antidemocrático y el estrangulamiento de las gestiones culturales, entre otras”.
“Por lo tanto, este acto de resistencia demuestra que hay una comunidad artística que no está de brazos cruzados, que está dispuesta a luchar contra todos los atropellos, contra la imposición de un gobierno absolutista y sus políticas de austeridad, la más reciente: la junta de control fiscal (PROMESA)”, puntualizan.
El arte, indicaron, “es un vehículo de expresión que se ha utilizado a lo largo de la historia para transmitir ideas, provocar reflexiones, transformar y (re)crear la realidad. Los símbolos patrios ayudan a reforzar la identidad y valores del pueblo”.