María Coral Otero constantemente busca modos alternos para expresar su creatividad. Quienes más la inspiran son personas que han descubierto su lugar en el arte mediante la exploración de diversos medios. Ha encontrado entusiasmo en artistas que no solo actúan, sino que también escriben y dirigen sus piezas o colaboran en colectivos; por eso -continuamente- identifica espacios y personas que la empoderan.
La disciplina en la actuación se traduce a muchos aspectos de su vida, pues ha sido desde la constancia que la también escritora ha construido su trayectoria. Aun así, se identifica como actriz porque siente el deseo de contar, desde su punto de vista, la realidad y las situaciones que enfrenta el mundo.
Asimismo, le maravilla la posibilidad que tienen las piezas cinematográficas de impactar e influenciar a otras personas.
“[En el cine] descubrí que me parece fascinante el hecho de que la historia no depende de [ser vista en] un lugar, porque puede viajar a todas partes del mundo”, compartió la artista.
“Eso es lo más maravilloso del cine, a diferencia del teatro, que -aunque me fascina y puedo decir que es el lugar donde más viva me puedo sentir- una pieza de teatro no se puede ver [a la vez] en distintos lugares, a distintos tiempos, en distintos momentos”, añadió.
“Estudiar actuación era lo que quería”
Desde pequeña supo que quería actriz, por eso desde sus 12 años tomó clases de actuación. Lo que María Coral no se imaginaba era que, un año después, la seleccionarían como protagonista de Ruido, una producción escrita y dirigida por el cineasta dominicano, César Rodríguez.
“Fue bien fuerte porque a los 13 años es un poco más difícil entender eso de los horarios [de filmación] y demás, pero sin importar lo que me tomara, sin importar cuán difícil se me hiciera, ser actriz era lo que quería ser”, explicó.
La joven, quien antes de su primer filme había trabajado en otras producciones de teatro, reconoce que no fue hasta ese momento que entendió la importancia de la disciplina, la constancia y el deseo por querer mejorar.
“Yo creo que todos [los personajes] se quedan un poco contigo, porque tienes que verlos sin juzgarlos y defender su verdad. [Existe] algo en la esencia del personaje que siempre se va a quedar contigo”, insistió.
El primer libro que María Coral leyó, fuera de los que le asignaron en su escuela, fue El diario de Ana Frank, una de las obras que la actriz protagonizó en Puerto Rico durante dos años.
“Pienso que de Ana Frank me quedé con la inocencia y las ganas de ver qué hay más allá. También me quedé con las ganas de mantener mi espíritu vivo, porque [hacer arte] es un proceso de altas y bajas, es una carrera larga y es [un oficio] de momentos. Entonces tienes que mantener ese espíritu y esas ganas de seguir aun cuando te digan que no”, recalcó la actriz, quien completó su bachillerato en Drama con una segunda concentración en Relaciones Públicas y Publicidad en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.
“Estudiar actuación fue súper natural, porque era lo que quería. La publicidad llegó por mi inclinación a escribir. Quería complementar mi bachillerato con otras disciplinas y -desde pequeña- me había adentrado un poquito al mundo de la publicidad, que siempre me pareció fascinante”, compartió.
Al finalizar su bachillerato, hizo una maestría en escritura creativa y manejo de marcas en España. Para ella, esta ha sido la experiencia de vida que más la ha transformado como ser humano. En Madrid exploró el ámbito publicitario, fungió como actriz en varios proyectos, hizo microteatro y trabajó en comerciales.
“Fue un momento donde crecí mucho como individuo, donde estuve expuesta a una cultura muy diferente a la nuestra, pero también con muchas similitudes; y donde -sobre todo- sentí muchos estímulos creativos y culturales”, añadió.
Cuando la adrenalina se convierte en arte
María Coral ya no es la niña que a sus 13 años protagonizó por primera vez una película, aun así, al momento de actuar se ve impulsada por la misma adrenalina.
“Yo me veo diferente en algunos aspectos e igual en otros aspectos. Siento que, todavía, esa niña que empezó a adentrarse en el arte sigue teniendo la misma curiosidad por continuar aprendiendo. Siento la misma ilusión cada vez que voy a un ensayo o cada vez que hago una presentación”, expresó la actriz.
La adrenalina y los cambios que ha sentido en su trayectoria, han sido sus principales propulsores para continuar haciendo teatro, cine y comerciales.
“Quizás ahora tengo otros recursos y otras formas de ver las cosas, pero la esencia y las ganas de ser actriz forman parte de una adrenalina que me gusta”, compartió.
Por eso, aunque la actriz quisiera experimentar su creatividad en distintos ámbitos del arte, no deja de sentirse viva al vestir unos leggins, ensayar hasta tarde y luego salir corriendo a una filmación.
“Yo creo que antes, cuando pequeña, me sentía más cómoda siendo un personaje que siendo yo misma”, expresó la artista al reconocer que parte de explorar otros personajes y otras realidades es también enfrentarse a su realidad.
“Esa observación más profunda de quien uno es, es lo que de alguna forma me ha hecho sentirme más cómoda”, continuó.
Cuando María Coral toma decisiones se sincera consigo misma, evalúa su realidad, toma en consideración hacia dónde quiere llegar y qué es lo que quiere hacer.
“No es que me siente y diga ‘ok, ahora voy a pensar’, sino que esto es algo que ocurre de forma natural. Siempre trato de ser lo más sincera que puedo conmigo misma, que es a quien único le debo honestidad”, manifestó.
“Cada vez parece que nos la ponen más difícil”
Por otra parte, sobre el desarrollo del arte en Puerto Rico, María Coral indicó que el taller o el apoyo que se le brinda a los artistas no siempre es el ideal.
“Pienso que tanto el gobierno como las industrias privadas y demás deben apoyar las artes y apoyar a los artistas, porque es algo que nos añade mucho y que habla de nuestra cultura”, anotó.
Asimismo -para la actriz- la industria cinematográfica, a pesar de que cuenta con mucho talento en la calle, tiene sus limitaciones.
“Cada vez parece que nos la ponen más difícil, pero los artistas en Puerto Rico son tan buenos y tan fieles en lo que hacen, que tengo mucha fe en las artes. Aunque nos pongan trabas y aunque el camino no sea fácil, necesitamos seguir creciendo como industria y continuar apoyando a los artistas locales… que son muchos”, añadió.
En el 2017 la actriz formó parte del reparto de la serie estadounidense StartUp. Lo mismo ocurrió con la película Ana (2018), dirigida por Charles McDougall. Aunque en esta última la artista tuvo la oportunidad de trabajar con muchos actores latinos, resalta su experiencia en escena junto a la joven actriz Dafne Keen, a quien María Coral describe como una niña de gran intensidad con quien aprendió y concurrió frente a las cámaras.
Un salto a la escritura
En estos momentos, la actriz se encuentra colaborando en el proyecto de escritura creativa de Buena Vibra Group.
A María Coral le interesa, como actriz y escritora, aportar al desarrollo de la cultura mediante el conocimiento de algo tan tradicional como lo es el jíbaro puertorriqueño, hasta las manifestaciones de la cultura a través de la web, las redes sociales y demás medios que existen para contar historias.
“[Este proyecto] me causa mucha ilusión, por esa curiosidad y esas ganas de seguir aprendiendo y explorando distintas ramas del arte, o distintas formas de ver una misma pieza”, expresó la joven que escribirá sobre distintos escenarios artísticos.
La actriz se ve a sí misma en constante crecimiento, por eso quisiera guiar su carrera hacia proyectos que la emocionen, historias que la conmuevan y personajes que la cautiven.
“No es solamente enfocarse en la actuación, sino ver más allá e ir al macro de todo lo que implica un proyecto, ver dónde puedo colaborar y dónde puedo participar para continuar aprendiendo y desarrollándome. Quiero seguir moviendo mi carrera hacia esa dirección; sea en Puerto Rico o sea en el extranjero, me veo en movimiento, en creación y en continuo desarrollo”, concluyó.