La violencia sexual tiene efectos muy profundos en la salud física, mental y emocional de las personas sobrevivientes. La Organización Mundial de la Salud la define como todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para vender o utilizar de cualquier modo la sexualidad de una persona mediante amenaza, independientemente de la relación con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo. Es decir, cualquier acercamiento sexual no deseado, y por lo tanto sin consentimiento, es una agresión sexual.
Las expectativas sociales sobre los roles de género inciden en la violencia sexual, ya que de alguna forma justifican o promueven que se den situaciones de violencia hacia las personas que no responden a los roles esperados a su sexo o género. Por ejemplo, frases como “Ay pero qué hacía ella sola a esas horas de la noche”, imponen una carga hacia las sobrevivientes de agresión sexual, inhibiéndoles de buscar ayuda, ya que se sienten revictimizadas. Se estima que por cada delito sexual reportado, ocurren cuatro que nunca se denuncian, posiblemente por esta razón. Una sobreviviente de agresión sexual nunca es culpable. Culpar a la persona sobreviviente es otra forma de agresión, basada en prácticas de poder en una sociedad donde las mujeres tienen la peor parte.
Se recomienda que las sobrevivientes revelen la experiencia y busquen apoyo. Para eso debemos estar conscientes del impacto que tiene esta experiencia en la vida de las personas. Se aconseja que si una persona le comparte que fue víctima de abuso sexual considere lo siguiente:
- No culpe a la sobreviviente.
- No juzgue su forma de vivir o ser.
- No le obligue a contar detalles.
- Mantenga una actitud comprensiva ante todo.
- Recomiéndele que haga la denuncia.
- Ayúdela a buscar centros de apoyo. Recuerde que el acompañamiento siempre es necesario.
De igual forma, si es sobreviviente de agresión sexual, considere las siguientes recomendaciones:
- Trate de dirigirse a un lugar seguro.
- Llame a alguien de su confianza que pueda ayudarle o a la Policía al 787-343-0000.
- Si posible, no se bañe, ni se cambie de ropa hasta que reciba ayuda. Si decide hacer una querella en la policía se le tomarán muestras y se utilizará su ropa como parte de la evidencia.
- Vaya al hospital, la denuncia se puede hacer desde allí. Si es posible, pídale a alguien que le acompañe.
Luego de la agresión sexual, el proceso de recuperación puede ser difícil. Recuerde que el apoyo es esencial durante el mismo:
- Rodéese de personas que le hagan sentir cómoda/o.
- El autocuidado es necesario. Cuide su alimentación, sus horas de sueño, evite ver programas o leer contenido violento.
- Busque apoyo en las demás personas, hable de lo sucedido hasta donde no le afecte, cuando esté preparada/o.
- Infórmese en cuanto al proceso de recuperación psicológico, busque apoyo en esta área.
- Identifique los espacio de apoyo, como los del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación (CAVV)
Las expresiones de violencia se dan por muchos factores. Por lo tanto, es necesario que se le brinde apoyo de todos los sectores. Esto permitirá que la víctima y sus personas cercanas puedan sobrellevar el proceso de sanación. La agresión sexual trasciende el evento, ya que afecta la salud emocional, física y las relaciones de las/as sobrevivientes, posiblemente para toda la vida.
El autor es educador en Salud en Adiestramiento del Centro Mujer y Salud del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.