El tránsito por la autoficción, la búsqueda actoral y los retos del cine independiente se fusionaron en el largometraje puertorriqueño Más que el agua, que estrenará en el Puerto Rico Queer Film Fest, durante la semana del 20 al 26 de noviembre en el Cine Metro de Santurce.
La película narra la historia de Joaquín (Benjamín Cardona) y Carol (Isabel Arraiza), quienes en su amistad de años han desarrollado una relación de codependencia. Ambos carecen de una visión clara sobre el rumbo que debe tomar sus vidas. Joaquín, por un lado, lidia con la súbita ruptura de su núcleo familiar debido a su orientación sexual. Carol proviene de relaciones amorosas infructíferas. La llegada de un tercero desencadena diversos sucesos que determinarán el rumbo que tomará la vida de ambos y la fortaleza de su relación.
Cardona, director, guionista y actor principal de la producción fílmica, explicó a Diálogo que la historia surgió de una necesidad personal por contar retazos de su vida, lo cual después fue transformando. “Le fui dando capas al personaje, distanciándolo de mí, ficcionalizándolo”, dijo.
Graduado del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Cardona insistió en que todo escritor debería tomar clases de actuación. “Dentro del proceso del actor, uno desarrolla un gusto y una forma de trabajar los personajes, [ves] la experiencia orgánica y las diferentes posibilidades”, comentó. A la vez, le gusta que el personaje cobre vida en el cuerpo de un actor, por eso invita al actor a aportar su propia mirada y explorar rumbos diferentes.
Como director, Cardona exploró diversas maneras de activar reacciones espontáneas en los actores. “En la actuación en Puerto Rico, siento que todo está muy premeditado. Los actores ya tienen todo planchado, y en muchas ocasiones luce muy artificioso”, señaló. Mediante bofetones y escupitajos espontáneos, que nacieron en el momento por “necesidades muy internas de su personaje”, rompió las brechas para encender respuestas sin planificar.
Al joven cineasta le vuela la cabeza las infinitas posibilidades que tiene el cine para explorar la psicología humana. Le despierta el goce entretener al público y a la vez sorprenderlo, haciendo que se identifique con la realidad propuesta. Le interesa contar historias que partan de adentro.
El título Más que el agua (Thicker than Water) surgió por la frase “La sangre pesa más que el agua” (Blood is thicker than water), como una metáfora de las relaciones familiares del protagonista y la vitalidad. En el largometraje, la vida familiar cobra un papel protagónico para entender a los protagonistas. La actriz y directora Jacqueline Duprey encarna el papel de Sara, la madre de Joaquín, quien tiene “una dolencia interna por la sexualidad de su hijo”, y la experimentada actriz Lydia Echevarría interpreta a la abuela.
Desde el punto de vista técnico, reconoció que explotó intencionalmente el recurso de los close-ups y medium shots para acercarse a los personajes y “verlos desnudos emocionalmente”. La banda sonora está a cargo del grupo musical Fantasmes, quienes encajaron con el ambiente sonoro que quería lograr Cardona en su largometraje.
Retos y alternativas del cine independiente
Cardona trabaja en Recursos Humanos. Contesta el teléfono todas las semanas para orientar sobre seguros médicos y pensiones a personas mayores. “Si yo me quedo en ese cubículo, me voy a volver loco”, exclamó. Trabaja durante el día y por la noche escribe. “A veces me acuesto a las dos de la mañana cuando ya sé que logré algo”, contó. Debido a la falta de oportunidades laborales para su crecimiento artístico, el cineasta halló en el cine independiente la respuesta a sus ambiciones profesionales a corto plazo.
En una mirada somera al cine en Puerto Rico, Cardona siente que quienes tienen muy buenas ideas carecen de valor y determinación, por eso las personas que tienen más bien una formación técnica se encargan de las historias. “Su trabajo visual puede ser impecable, pero las historias carecen de sustancia y las actuaciones carecen de dirección”, anotó. Con una historia en el bolsillo y mucho empeño, este joven emprendedor verá estrenado un proyecto que tomó cinco años en llegar a la pantalla del cine.
El largometraje se llamó originalmente Los días grises, pues simbolizaba la depresión por la que atravesaba uno de los personajes. En clave jocosa, Cardona contó que ya el título se había convertido en alusión directa a la realidad. “Tuvimos días verdaderamente grises durante la producción, a veces parecía imposible”, recordó.
El proyecto empezó en el 2009, cuando Cardona finalizó un borrador de 60 páginas. Sin embargo, costó trabajo salir a flote. Sometió la propuesta al Fondo Cinematográfico de la Corporación de Cine y recibió una carta vaga que rechazaba su proyecto. Luego de dificultades presupuestarias y complicaciones en el equipo de trabajo, el proyecto tomó impulso en el año 2012. Trabajaban con el presupuesto día a día y pautaban los horarios cuando no entorpeciera a ninguno de los integrantes del elenco y del equipo de trabajo. Finalmente, en el 2013 terminaron de grabar.
A pesar del camino escabroso, destacó que “a la hora de la verdad, cuando tienes un equipo comprometido, el presupuesto pasa a un segundo plano”. Fue así que logró encontrar personas claves. A la vez, dijo que el mayor reto que puede enfrentar un proyecto independiente es que no crean en la visión del director.
Cardona afirma que Más que el agua es su carta de presentación, y el primero de muchos proyectos. Ya tiene escrito su segundo largometraje que versará sobre la violencia colectiva en la comunidad LGBT. Luego, se irá de Puerto Rico, porque siente que todo artista tiene que viajar, andar nuevos caminos, toparse con diversas experiencias. “Quedarse en el lugar de origen lo estanca a uno”, afirmó.