Cuando Gigi Fernández sirvió su comentario en la cancha central de Twitter parece que no pensó bien.
Y no nos referimos a las consecuencias de lo dicho, cuando cuestionó que Jaime Espinal, de origen dominicano pero criado y formado en Puerto Rico, fuese el abanderado de la delegación puertorriqueña. Se cae de la mata que un comentario sobre la identidad deportiva de Puerto Rico por parte de una exolímpica medallista de oro correría la seca, la meca y, por supuesto, la tuntuneca.
Uno puede presumir que ante la contundencia de ese comentario y el momento en el que lo realizó –en pleno desfile inaugural de Río 2016, cuando Twitter echaba candela– la veterana deportista sabía que iba a recibir muchas críticas y comentarios al respecto.
A pesar de haber sucedido en tiempos pre-internet, son muchos los que aún recuerdan (o ahora aprenden sobre) el momento en el que Fernández decidió abandonar su ciudadanía deportiva puertorriqueña para unirse a la escuadra de tenis de Estados Unidos, con la que ganó preseas de oro en dobles en Barcelona ’92 y en Atlanta ’96. Su pareja de competencia en aquel momento, curiosamente, fue Mary Joe Fernández, de ascendencia dominicana.
Sin duda, Beatriz ‘Gigi’ Fernández es la persona puertorriqueña que más ha logrado en el deporte del tenis. Previo a renunciar a jugar por Puerto Rico, ganó medallas de oro, plata y bronce a nivel regional, en Juegos Centroamericanos y del Caribe y Juegos Panamericanos, siendo una de las mejores historias de Caracas ’83, donde llegó a finales en sencillos y en dobles. En 1991 alcanzó el puesto global número 17 del mundo en las clasificaciones de la WTA (Women’s Tennis Association). Posee un total de 17 títulos de Grand Slam en dobles, y su mancuerna con Martina Navratilova es considerada por muchos como la mejor en la rama femenina en el siglo XX.
Por otro lado, la figura de Fernández es una de las puntas de lanza de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTT en la comunidad deportiva mundial y una de las voces más reconocidas de Puerto Rico en esta gesta, justo ahí con Ricky Martin o el ‘Fenómeno’ Cruz. Por si fuera poco, es activista también a favor de la estadidad, según varios videos promocionales de esa causa en YouTube.
O sea, era obvio que en este tiempo y espacio que vive Puerto Rico, con una junta de control fiscal en camino desde Estados Unidos que derrumbará la gobernanza de Puerto Rico y el Estado Libre Asociado aún con peste a muerto, un mero tuit sobre ciudadanía deportiva de parte de ella –de particularmente ella– ocasionaría el plegoste en Internet que ocasionó. Con respecto a lo que tiene que ver con la identidad deportiva en Puerto Rico, Gigi sabía lo que tuitiaba.
Ahora…lo que se le olvidó a la laureada tenista puertorriqueña y dos veces medallista de oro olímpico por Estados Unidos fue que en su propia crianza, incluso en sus inicios como tenista, fue vital la presencia de una migrante dominicana. En medio del salpafuera que formó Fernández en Twitter apareció una peculiar respuesta a su tuit de parte de Johanna Martínez Rosario, puertorriqueña de madre dominicana, que hizo una revelación que elevó el tuit de Fernández de controvertible a inexplicable.
Diálogo habló de inmediato con la joven, curiosamente una profesional en el campo de la psicología y profesora este semestre en el Recinto de Río Piedras, al suscitarse el intercambio.
“Mi mamá fue traída a Puerto Rico, contratada desde República Dominicana cuando era una jovencita de 22 años para trabajar en la casa de los Fernández. Crió a los hermanos de Gigi, y a ella también, que para ese tiempo debió tener como dos años de edad”, le dijo a este diario digital.
“De hecho, mi mamá era la encargada de llevarla a sus clases de tenis en un club privado. Ella viene de una familia acomodada, pero mi mamá me dice que a ella la trataban como una más de la casa. Mami recuerda aún cómo le celebraban los cumpleaños a ella, como si fuera una más de la familia. No me entra en la cabeza el porqué del comentario de ella, cómo ella puede pensar eso”, prosiguió.
“Yo puedo entender eso, porque hay muchos puertorriqueños que pueden llevar la bandera, pero nosotros los dominicanos y puertorriqueños, los caribeños, somos uno. Eso fue una falta de respeto de su parte”, puntualizó Martínez Rosario, quien posee un doctorado en investigación psicológica y labora con distintas instituciones alrededor de la isla.
En inicio, Martínez Rosario dijo que no le diría nada a su mamá, pues “ella adora a Gigi. Piensa que es lo mejor de Puerto Rico y decirle que ella se sintió ofendida de que un dominicano cargue la bandera puertorriqueña no la haría sentir muy bien”.
A eso de media tarde del sábado, par de horas después de que Martínez Rosario expusiera el dato en Twitter y más de medio día después de que Fernández emitiera aquel controvertible tuit, la tenista le respondió, preguntando si la mamá de la psicóloga tuitera la apodaban ‘Tata’.
“Llamé a mami para preguntarle, pues no sabía. Y sí, así le decían”, dijo Martínez Rosario.
Luego de esto, la situación se alivianó con respecto a la controversia surgida por los peculiares comentarios de Fernández en Twitter. La tenista y Espinal conciliaron su efímera diferencia a través de la misma red social. Sin embargo, Fernández siguió sirviendo pelotazos tuiteros a quiénes le contestaban.
Quizás no importe eso mucho ahora, aunque ahora mismo la gente se acuerde de ella por sus comentarios y no por todas las medallas panamericanas, centroamericanas y caribeñas que le dio a Puerto Rico. No obstante, en el mundo de carne y hueso, fuera de los foros cibernéticos, la situación ha tomado un giro inesperado.
“Gigi y sus hermanos se van a reunir con mami. Hablamos y ella entiende que se sacaron de proporción sus comentarios. Lo que sí te puedo decir de la relación de crianza que hubo entre mami y ella es que mami la quiere y la recuerda mucho y Gigi a ella también. Creo que todo va a estar bien”, puntualizó antes de finalizar la entrevista con este rotativo.
Como afirmó la profesora, el contacto ya está hecho y todo apunta a que en algún momento en los próximos meses Gigi Fernández y Tata Rosario volverán a verse. Mientras, Espinal anda en Río ’16, compitiendo por Puerto Rico. El desenvolvimiento de la identidad deportiva de Borinquen sigue en marcha.