Por primera vez desde el debut de Puerto Rico en unos Juegos Olímpicos en el 1948, su delegación cuenta con más mujeres que hombres. De las 41 personas que vestirán los colores patrios en las Juegos Olímpicos de Río 2016, un total de 27 serán mujeres. Son momentos como estos los que deben invitarnos a reflexionar en torno a la historia del movimiento olímpico puertorriqueño y sus adelantos en temas de equidad por razón de género.
Aunque el importante dato que destaca la histórica cifra de atletas puertorriqueñas en la delegación de Río 2016 ha sido reseñado continuamente por los diferentes medios de prensa deportiva de Puerto Rico, la representación y cobertura de la mujer deportista continúa a merced de una agenda que reiteradamente enaltece códigos de feminidad y ‘belleza’, mientras se margina a un segundo plano la información vinculada al rendimiento atlético.
Tras semanas de publicación de notas que celebraban la presencia de más mujeres en la delegación olímpica de Puerto Rico, el conglomerado GFR Media recurrió a una vieja, pero común práctica de cobertura del deporte que involucra a atletas mujeres. En la edición del domingo 31 de julio, el diario El Nuevo Día utilizó su sección de variedades Por Dentro para publicar un reportaje sobre las integrantes del Equipo Nacional de Voleibol Femenino de Puerto Rico.
La cobertura tenía el objetivo de destacar otras facetas no-deportivas para cada una de las doce mujeres que componen el equipo. Como era de esperarse, esas otras características de ‘interés humano’ presentadas por el reportaje se centraron en preguntas y datos concernientes al maquillaje, la moda en vestimenta y hasta las preferencias de consumo entre algunas de las voleibolistas. Ese día, la portada del diario destacó la publicación del reportaje con una imagen bajo el titular de “Diosas Olímpicas”.
Posteriormente, otra plataforma mediática de GFR Media apostó a vender noticias utilizando la misma estrategia de destacar la apariencia física de las atletas. A un día de la ceremonia inaugural de Río 2016, la versión cibernética del diario Primera Hora publicó la nota “15 bellezas olímpicas que no podrás dejar de ver en Río 2016”. El artículo presentaba atletas de diferentes países, incluyendo varias voleibolistas del equipo de Puerto Rico y a la tenista puertorriqueña, Mónica Puig. Aunque el breve escrito hace referencia a gestas deportivas entre algunas de las atletas presentadas, la agenda principal del texto constituye una invitación a presenciar los Juegos Olímpicos para poder disfrutar de la “belleza”, según la define el editor de Deportes de Primera Hora.
Los estilos y formas de representación de las publicaciones en los medios deportivos puertorriqueños hacia sus atletas féminas son parte de un fenómeno global. Estudiosos y estudiosas de las relaciones entre deporte y género en diferentes países continúan investigando sobre la pobre cobertura hacia la mujer en el deporte. Académicas en los Estados Unidos publican trabajos de análisis de contenido mediático en los cuales se demuestra de manera irrefutable que todos los medios de prensa comerciales le dedican menos páginas y minutos a la cobertura del deporte femenino.
Ante este panorama global, las representaciones realizadas por GFR Media a las atletas puertorriqueñas no es un acercamiento exclusivo de este conglomerado mediático. Este conjunto de plataformas mediáticas con sede en Puerto Rico simplemente forma parte de un patrón global que combina la práctica de menor cobertura del deporte femenino con tradiciones basadas en la publicación de reportajes que venden cánones de belleza normativa en las atletas.
Este asunto trasciende las mesas de redacción y edición en los medios de prensa que cubren deportes. De acuerdo a la académica en el área de deporte y género de la Universidad de Penn State, Marie Hardin, la construcción del deporte como institución social continúa tratándose como un campo “masculino”, tanto en práctica, como en patrones de consumo.
En una nota publicada por la versión digital del diario The Nation, se hace referencia al trabajo de Hardin, quien plantea que la sociedad nos condiciona a pensar que las mujeres y el deporte “no son una combinación natural”. Es precisamente esa noción de género del deporte que lleva a jefes federativos deportivos y medios de prensa a establecer estrategias para justificar cualquier aumento en el número de mujeres dentro de un mundo que aún se circunscribe a estándares sociales de “masculinidad”.
En ese contexto, podemos analizar las numerosas publicaciones mediáticas que destacan la apariencia física de la atleta por encima de sus ejecutorias deportivas. El destaque de la belleza y feminidad se constituye como un instrumento de justificación y acceso hacia un mundo moldeado bajo ideales de masculinidades heteronormales.
Aunque esta es la realidad que enfrentan las mujeres deportistas alrededor de todo el planeta, la coyuntura actual en Puerto Rico invita a gestar proyectos de cambio en favor de coberturas deportivas más dignas.
La mejor manera de celebrar el dominio numérico femenino en la delegación de Puerto Rico en Río 2016 es brindando mayor equidad en el número de noticias dedicadas a las mujeres. Asimismo, este balance por género en el número de noticias debe estar acompañado de textos que rompan con viejas prácticas de trivialización e infantilización de la atleta. Mayor cantidad debe estar acompañada por mejor calidad.
Si bien las noticias de interés humano son necesarias, estas no deben limitarse a la publicación de contenido y notas dirigidas solo a una población de consumidores masculinos heterosexuales. De igual forma se debe respetar las decisiones de cada atleta sobre la forma en que ellas desean representarse en imágenes, promociones y en su cotidianidad. Es su cuerpo y ellas son las que deciden.
El problema radica cuando los medios de prensa comercial son los únicos que dictan la agenda y deciden sobre las formas ‘válidas’ de representación de la atleta. Ojalá y la experiencia puertorriqueña en Río 2016 sirva de plataforma no solo para mayores, sino mejores coberturas de las mujeres deportistas.