Quienes escribieron y actuaron el cortometraje ¨Memorias desde la prisión¨ fueron las reclusas de la Escuela Industrial para Mujeres de Vega Alta. ¿La trama?, una reclusa recuerda durante la celebración de su cumpleaños en la cárcel, los momentos claves que le llevaron a su arresto.
¨Uno no aprende de cabeza ajena¨, dice Érika, una de las confinadas entrevistadas participantes en este proyecto. Luego de hacer uso del refrán común da cuenta de su propia historia. ¨Nos dicen los padres, no hagas eso que es malo. Muchas veces queremos saber, qué es lo malo que no están diciendo que es¨. Es decir, el joven desinformado sigue siendo curioso. Mientras Érika conocía ¨la calle¨ formó su carácter y contestó a medias sus dudas. Infringió la ley. Ahora, desde el presidio, se reinventa como persona mientras la separación de su familia le resulta insoportable. La producción de este cortometraje es el resultado de unos talleres de escritura y producción coordinados por la cineasta Sonia Fritz de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) y la profesora Edna Benitez, de la Universidad de Puerto Rico (UPR), gracias a los fondos obtenidos por la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades. A lo largo de dos semanas, una serie de conferenciantes expertos en su materia trabajaron con las confinadas para lograr que éstas trabajaran sus memorias y experiencias a nivel de escritura y a nivel fílmico. Dos grupos de cinco confinadas cada uno escribieron una historia en forma de diálogos. Sonia Fritz enlazó ambos y le dio forma final al guión. Lo interesante es que, a pesar que el corto no es la crónica personal de una de las reclusas en específico, contiene escenas que les son familiares a muchas de ellas. Es precisamente el regaño de una madre y una tía a dos muchachitas por pasarse en ¨el punto¨, uno de los momentos culminantes del corto. Más adelante el encuentro entre amigos en este lugar y el incubierto que llama finalmente a la policía da cuenta de una experiencia que conocen de primera mano casi todas las reclusas. Para la cineasta Sonia Fritz, durante el proyecto: ¨Hubo consenso de contar la historia de por qué están presas¨. Mientras se realizó el cortometraje las confinadas retomaron sus recuerdos y pudieron expresar sus frustraciones y tristezas. Además, adquirieron unas destrezas que redundaran en su rehabilitación. Gracias a la disposición del Departamento de Corrección es posible llevar a cabo este tipo de proyectos en las prisiones de Puerto Rico.