Estadísticas recientes del Instituto de Ciencias Forenses de Puerto Rico, indican que el año 2011 cerró con 245 muertes por suicidio en comparación al año 2010.
El desglose muestra que al cierre del pasado año, 211 hombres y 34 mujeres ontaron por el suicidio. Mientras, en el año 2010 hubo un total de 334.
La Directora de la Comisión para la Prevención del Suicidio (CPS), del Departamento de Salud, Lyzza Miranda Rodríguez, dijo que a pesar de esta disminución “continuamos realizando esfuerzos para evitar la privación voluntaria de la vida”.
Con ella coincidió el Secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, quien sostuvo que la meta seguirá siendo que se reduzca cada vez más la tasa de suicidios”.
Programas como “Tus Valores Cuentan”, la Línea PAS (1-800-981-0023) y campañas como “No borres tu vida” y “Yo amo la vida 24/7”, son algunas de las iniciativas con las que el Departamento de Salud apuesta para prevenir el aumento en estadísticas de suicidio en la Isla.
Asimismo, para lograr reducir cada vez más el número de suicidios, la CPS trabaja a diario mediante un enfoque preventivo que tiene como objetivo lograr la preparación del individuo en el manejo de los factores de riesgo.
“No somos de los que esperamos a que ocurra la tragedia para entonces tomar acción, al contrario, creemos en tomar medidas que eviten la pérdida de los seres queridos mediante alternativas y estrategias dirigidas a valorar la vida”, destacó Miranda Rodríguez.
Mencionó además algunas señales que podrían ayudar a detectar el comportamiento suicida.
“Debemos estar pendientes a la conducta de nuestros allegados. Si la persona comienza a hablar mucho de la muerte, repartir pertenencias que le son significativas o hacer un testamento, esto puede ser indicativo de que algo no está bien por lo que se debe sugerir asistencia de un profesional de salud mental”, enumeró.
A su vez sugirió que ante un comportamiento suicida de un allegado, “se debe prestar atención y no dejarlo solo. No minimice situaciones como ésta, sino más bien, dele la importancia que se merece la vida. Nunca piense que el individuo que manifiesta su intención de cometer el acto no lo hará, mucho menos lo rete a la comisión del mismo”.