Por: Kassandra Paola Sención Cintrón
El barrio de Santurce se ha convertido en espacio de encuentro sustentable en medio de la odisea pandémica
De frente a la entrada sientes que estás en casa. El portón blanco corredizo da paso a un camino en piedras con un pasto verde brillante a ambos lados del sendero. Encima de esas hojas verdes, se encuentran las sillas y mesas de comerciantes, quienes exponen sus productos en el Mercado Machuchal, esperando que su visita se repita pronto.
Machuchal es un mercado ubicado en el barrio del mismo nombre, en Santurce, frente al expreso Román Baldorioty de Castro. Cada fin de semana, de jueves a domingo, llegan personas dueñas de pequeñas y medianas empresas a compartir su sabiduría según la labor que hacen, y a vender lo que producen en sus talleres, fincas, huertos y cocinas.
“La gran mayoría de la gente que (tal vez) vienen a estos mercados son negocios que surgieron en la pandemia”. Así lo comparte Vidal Carrión, creador de Gostosos PR, proyecto motivado por una iniciativa entre el municipio de San Juan y la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Río Piedras para la revitalización del casco urbano se este sector, y que se encontraba en el Paseo de Diego, para allá para el 2012 hasta el 2018, y que al igual que muchos comercios, hizo una pausa luego del huracán María.
Mucho se comenta de cómo los huracanes fungen como un antes y un después, y Machuchal es parte de ese después.
Iniciativa pa’l pueblo
Fundado en el concepto de economía social y la protección de los derechos de tantos comerciantes, Machuchal se cumple dentro de la existencia de Cultura Bicicleta – La Cooperativa, cuya junta de directoras la preside Kathleen Ramos, y es compartida con personas como Vidal y un equipo familiar que buscan un solo fin: la ayuda de los comerciantes puertorriqueños, la protección de sus derechos y la exaltación de lo local.
Con su preparación en Planificación Ambiental Urbana, Ramos generó un proyecto de movilidad e inclusión de modalidades alternativas de transporte social. “Fue algo que salió del estudio y de querer aportar a la sostenibilidad […] Creo fielmente que puede mejorar la economía si más gente puede tener y descubrir que la bicicleta es un método viable para vivir”. Así que si vas a Machuchal, podrás alquilar una bicicleta e irte de paseíto por la zona.
De todo para todos
En Machuchal encontrarás de todo para todo el mundo: la matita para sembrar y tener tu propio recao, las pantallas para el regalo de ese ser querido o el “snack” perfecto para cuando te vas de paseo. Puedes hacer una inversión de unos $40 a $50 dólares y aportar al negocio de cada cual, y con más ahínco en tiempos de pandemia.
Ese es el caso de Isa Fuentes, quien colabora desde Ropero, uno de los proyectos fijos en Machuchal, el cual, desde 2019, recoge donaciones de ropa, zapatos, prendas y otros artículos de segunda mano o nuevas, y les da una segunda oportunidad de uso junto a Irene Charrón.
Ambas jóvenes creen en la protección del medioambiente a través del consumo consciente y ecoamigable. Específicamente en su área de énfasis – la moda – educan y aportan a la Tierra mediante el proceso de upside clean, el cual convierte piezas de ropa con manchas, por ejemplo, en esa camisa o pantalón que puedes lucir como nuevo.
“Eso es parte, también, de nuestras inquietudes. Más que la cuestión fashion y de moda, es también la cuestión de reducir los desechos y la contaminación”, problemática generada mediante el fast-fashion, práctica que exige el cambio continuo del uso de prendas que terminan en la basura, cuando la realidad, no lo son.
Y no es la ropa la única a la cual podemos darle larga vida.
Nishka Carrasquillo se dedica “a hacer visible la comida fermentada y a hacer visible los microbios, ya que tienen tanta mala reputación”.
Se trata de una práctica de sobrevivencia, la conexión y la relación simbiótica (o sea, la que tenemos con otros organismos vivos) que debemos reconocer que existe con las bacterias en nuestros cuerpos, y más en esta época de COVID-19, en la que el sistema inmunológico cobra mayor importancia. “Se nos olvida que hay muchas bacterias que son beneficiosas y que, realmente, si no existieran ellas, nosotros no existiéramos”.
El proyecto de Nishka, que puede conseguirse como @obviomicrobio en Instagram desde finales del 2020 – aunque lleva en el campo 11 años – consiste en la fermentación de plantas para “rescatar” su valor nutricional y aumentar el gustativo. “La fermentación nace por la necesidad de preservar vegetales en el invierno”. O sea, no es algo novedoso, sino que siempre ha estado en la humanidad, siempre ha sido accesible y la respuesta a nuestras necesidades biológicas. La fermentación consiste en conservar alimentos sin oxígeno para dar paso a que microbios lo digieran antes de nuestro consumo. Así, al entrar a nuestro sistema continúan consumiendo lo que ya tenemos.
Aunque para algunas personas pueda sonar extraño, Nishka asegura que la fermentación “eleva el sabor de las cosas a otro nivel”, además del valor nutricional que posee. “Yo me siento que estoy rescatando vegetales del supermercado […] Es una forma de darle vida a estos vegetales que crecieron convencionalmente y con químicos”.
Es cuestión de tiempo para que nuestro cuerpo les de la bienvenida.
Agricultura: abandonada por las autoridades, rescatada por el pueblo
En cierto modo, Machuchal también es una extensión de ese proyecto de primer grado en el que sembramos una habichuela en el jardín de la escuela para la clase de ciencias.
Girando en torno al mismo concepto de la sobrevivencia y la sustentabilidad, nos damos cuenta de que no hay espacio tan pequeño en el que no se nos den frutos. Es el mensaje que transmite Moriviví Hacienda Solidaria, un proyecto agroecológico familiar que trabaja un modelo de siembra intensiva que transforma un espacio pequeño, como lo es el jardín de nuestros hogares, en un huerto mediante diferentes técnicas del policultivo, como la acuaponía (sistema en el que los peces producen abono para las plantas y estas les devuelven agua limpia) y la siembra en tierra, que es la que ya conocemos.
Aunque de primera instancia era para consumo propio, Karen Vázquez y Carmen Álvarez han extendido el proyecto a quienes interesen y así “motivarlos a que se siga consumiendo lo de aquí, primeramente, [y] fomentar esta economía solidaria dentro de la comunidad y dentro de familiares y amistades, también”, comentó Vázquez.
En la misma línea se encuentra el agricultor ecológico Juancho -quien prefiere que se le reconozca como tal-, a través de su proyecto Trapiche busca armonizar las prácticas agrícolas mediante un proceso más amigable con la tierra. Con un tono orgulloso cuenta que, actualmente, produce jugo de guarapo de caña y entre sus cultivos se encuentran hortalizas, árboles frutales y farináceos, en la finca “La soñadora”, en Ceiba.
Juancho asegura sentir admiración por todos los agricultores del país, pues “aquí se vive de milagrito en milagro”, compartió. La educación en la agricultura y la internalización de que esta es un trabajo importante se ha echado de lado mientras los años pasan y el sistema avanza hacia una industrialización más retante.
Joya de la comunidad
Vidal indicó que hay comerciantes en lista de espera para participar, por lo cual, sin duda, hay mercado pa’ rato. “Pensé que toda esa gente, cuando se fuera la pandemia, o cuando se controlara, como tal vez estamos ahora, iba a necesitar este tipo de actividades […] Necesitábamos un espacio donde […] pudiéramos darle ese empujón a todo ese montón de negocios que acababan de abrir dentro de la pandemia”, compartió.
El público ya puede formar parte de uno de sus proyectos más recientes, el mercado eco consciente Vibra Verde, el cual se celebra el último fin de semana de cada mes, o sea que, este 27 y 28 de marzo tendrán una segunda edición.
“Tenemos muchos comercios, muchos agricultores, artesanos que trabajan con cosas reusables, personas que ahora están emprendiendo en artículos para el cabello [que son] orgánicos [y] veganos. Están haciendo carteras, sunblocks [entre otros artículos]”, comentó Isa, enfatizando en que este evento se concentrará en la parte agrícola que exalta lo orgánico y eco amigable. “para el planeta y por el planeta”, concluyó Isa Fuentes, a lo que Irene Charrón añadió que son bienvenidos todos los artículos reusables, como bolsas, cubiertos y sorbetos, que minimicen el gasto de material contaminante no reusable.
También, este sábado volverán con los mercados en Río Piedras, pues este sector de San Juan forma parte inspiracional del plan para revitalizar la isla entera, por lo cual esperan que el gobierno municipal tenga una participación activa de cara a la revitalización de Río Piedras y un posible segundo local.
“Cada vez que viene algún microempresario nuevo, la misma comunidad viene a apoyarlos y a apoyarnos”, añadió Vidal para recordar que, en efecto, Machuchal es del pueblo para el pueblo.